CAPÍTULO 7

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(P.O.V EMMA)

Noté un movimiento brusco que hizo que mi cuerpo se sacudiera.
Abrí los ojos rápidamente, al parecer me había quedado dormida.

—Has despertado justo a tiempo dormilona. —me dice Pablo mientras me mira.

—No me he despertado. El conductor me ha despertado, ya que no sé quién coño le ha dado el carnet de conducir si nisiquiera sabe frenar bien. —espeto molesta, a lo que Pablo se encoge de hombros y mira hacia otro lado.

—Pues niña. —hace un parón. —Si no te gusta como conduzco nadie te obliga a venir, tienes dos piernas perfectas para caminar, ¿sabes? —suelta un gruñido.

Estaba claro que yo, a ese coche, no me volvería a subir. Me buscaría la vida, con o sin mis compañeros y compañeras.

—¿Cómo te atreves a decirle eso? —me pregunta Cristina con un tono de enfado.

—Porque sí. —digo a la vez que ruedo los ojos.

—No te entiendo, es decir, este maldito grupo es el único que nos puede salvar de esta puta mierda de mundo, ¿y tú te comportas así? —dice elevando las manos en forma de protesta.

—Si no estoy agusto, pues no me voy a quedar está claro. —alzo las manos igual que ella, y las dejo caer.

—¡Oye! ¡Parad ya! —dice Lau.

—Es ella, que no podía cerrar esa maldita boca. —le explica Cristina.

—¿Perdona? —pregunto sorprendida.

—Perdonada estás querida. —responde Cristina.

—Uh... Pelea de gatitas. —espeta acercándose el conductor con el que previamente había discutido.

—Mira imbécil de mierda, no te metas ¿vale? —le grito poniendo la mano enfrente de él, dándole a entender que no se acerque más.

—¿A quién llamas tu imbécil niña? —pregunta a la vez que dirige la mano a su cinturón donde guardaba su arma, cuando la localiza, la levanta apuntándome.

—A ti, maldito. —Le responde Pablo a la vez que coloca su arma en la cabeza.

—Baja la maldita pistola. —le obliga Pablo apretando mas la pistola en la cabeza.

—¿Qué está ocurriendo? —grita Warren saliendo de la gasolinera trotando hacia nosotros.

Con la distracción que ha creado Warren, decidí correr como si mi vida fuera en ello, y esconderme detrás del coche.

Estúpida, tu vida peligra. Corre.

Lo logré, logré colocarme detrás del coche. Pablo siguió en la misma posición.

—No, no...baja tu el arma. —dice Warren.

Cristina y Lau se habían metido detrás de unos arbustos, Kei y Erika estaban mirando por provisiones en la gasolinera junto con las demás personas.

—¡Joder que coño hacéis! —grita un compañero de Warren.

De repente se escucha el Walkie Talkie de Warren.

—No hay suficientes provisiones para todos, abandonen misión, es mejor llegar a salvo nosotros que ellos— dice la voz que proviene del aparato de Warren.

—¿Nos váis a dejar aquí? —pregunta Pablo.

—Bueno, pequeña princesita, parece que tendrás que ir andando, y encima morirás de hambre, que pena que uno de esos Zombies te coman esa preciosa carita. —espeta el hombre sin miedo alguno por el arma que se encontraba en su cabeza en aquellos momentos.

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⏰ Última actualización: Apr 21, 2018 ⏰

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La zona viva de los muertos. #GoldenLA2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora