CAPÍTULO 2

66 10 18
                                    


Si, era real. Justo después de que Tatiana me cuelgue el móvil fui a asomarme a la ventana, y lo primero que vi fue personas corriendo de un lado a otro, sin control y desesperación.

—Entonces, ¿era verdad? —digo con un hilo de voz casi inaudible.

—Me...me temo que si —me lo afirma Miriam.

—¿Ves? , al final sí que hará falta esta estúpida armadura —dice Ad con un tono normal pero a la vez con tristeza.

—No puedes dejar de hacerte el gracioso ni en este momento, quizás tus padres mueran y a ti solo te importe tu puta armadura —grita Miriam con furia y asco hacia Adrián.

—Por lo menos yo no fui vacunado con esa mierda, cosa que tú sí —contraataca Adrián con gritos aún más fuertes.

—¿Estás vacunada? ¿Cuando pensabas decírnoslo?— le reprocho a Miriam, a la vez que me acercaba a ella.

—No quiero que me pongan en cuarentena —los confiesa Miriam y de repente se desploma al suelo mientras rompe a llorar.

—¿Y sus padres? —me pregunta un tanto preocupado Adrián.

—No tengo ni idea —digo mientras dejo a un lado a Adrián y voy a consolar a Miriam.

—Adrián— le llamo.

—Llama a sus padres y pregúntales que hacemos.

—Vale, pero creo que dirán que le llevemos al hospital.

—Esto...Emma, mira su mano —me dice Adrián señalando la mano de Miriam.

Miro la mano y está llena de trozos de piel negra con sangre brotando de la herida y en la  superficie saliendo manchas negras y moradas.

—¿Qué coño hacemos Adrián? —le grito desesperándome.

No obtuví una respuesta pero pude ver un Adrían que cogía del tronco a Miriam y se dirigía con ella hacía la salida.

—La llevo al hospital,está aquí en la esquina —me dice Adrián. Puedo notar en la voz el esfuerzo que está haciendo al cargar con el peso de la chica.

Reaccioné y me puse a ayudar a Adrián.

Cuando salí por la puerta de mi casa pude ver todos pisos de mis vecinos con las puertas abiertas  y todo destrozado.
Le dí una ojeada al interior de una vivienda y no había nadie estaba todo roto.

—Por el ascensor no —me dice Adrián.

Yo asiento con la cabeza y me dirijo hacia la escaleras.
                     
                             (***)

Ya nos quedaban un par de calles para llegar al hospital más cercano.
Las calles eran un desastre.
Coches parados en medio de la acera.
Gente corriendo de un lado a otro.
Supermercados vacíos.

Al parecer la gente creía que esto iba a ser la apocalipsis, simplemente sigo creyendo que va estar todo bajo control en el hospital y que no va a haber ninguna de esas criaturas que aparecen en la series.
Sin embargo, hay una posibilidad pero es muy remota.

A unos cien metros más o menos del hospital pude ver cómo 4 pacientes salían corriendo del hospital con la bata llena de sangre, con cortadas por todo el cuerpo, la boca ensangrentada y atacando las personas cercanas a dichas personas.

—¿Qué cojones está pasando? —grita Adrián mientras llora desconsoladamente.

—Volvamos a casa porfavor —le ruego a Adrián sollozando.

—¿Que hacemos con Miriam? —me pregunta Adrián.

—No tengo ni id...—no puedo acabar la frase porque a Miriam le empezó a brotar sangre de la boca y a toser.

Por instinto Adrián y yo soltamos a Miriam haciendo que caiga al suelo.
La pudimos ver retorcerse en este, mientras que los ojos se le estaban poniendo de un color grisáceo.

Sin decirme ni una palabra Adrián echó a correr.

—¡Espérame! —Digo mirando por última vez a Miriam.

Sin obtener respuesta corrí detrás de Adrián. Supuse que iría hacia mi casa.

De un momento a otro sentí como un cuerpo se abalanzaba sobre mí haciendo que caiga al suelo. Cerré los ojos porque sabía lo que me esperaba. Pero ese momento no llegó.
Al girarme y ponerme boca arriba pude ver a Miriam mirándome detenidamente con esos grisáceos ojos.

—¿Miriam? —la intenté llamar a lo que ella me suelta un gruñido.

En menos de un segundo Miriam se me había abanzado de nuevo sobre mi. Ella forcejeaba con mis manos ya que yo opuse resistencia para que no alcanzase con la boca ninguna parte de mi cuerpo.

De un momento se escuchó un disparo y el cuerpo de mi amiga se cayó hacia un lado dejándome libre.

—Gracias —logré decir con un hilo de voz.

Dicho desconocido me cogió de la mano y me guió corriendo hacia un lugar supuestamente "seguro".

La zona viva de los muertos. #GoldenLA2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora