VI

1.4K 137 35
                                    

...

Su sueño fue más o menos grato quitando que soñaba sólo con Ernesto. Ya se comenzaba a cansar del asunto.

Se sobó su cráneo, y un poco desorientado miró su alrededor: al parecer se había caído del techo deslizándose por las tejas mientras estaba en brazos de morfeo.

Se puso de cuclillas y se asomó a la ventana que daba a la sala de estar. Buscando a Imelda, si seguía como leona de seguro ni pasar por el umbral de la puerta lo iba a dejar.

— Papá. — Y el pobre esqueleto no tardó en saltar con el inesperado llamado.

— ¡Chingasu--!— Se detuvó de inmediato al ver a su querida hijita.— Coco... me tomastes desprevenido...— Suspiró aliviado, por un momento temió que fuese Imelda con el arma recargada, es decir su zapato.

La dulce calaca se rió de su padre, mientras que este colocó su mano sobre su nuca avergonzado.
— Está bien... ¿Qué pasa mija? — Dijo sonriendo y parándose.

— Mamá sigue furiosa contigo, creo que no es buena idea que vayas con... el señor Ernesto.— Sugirió su hija, sonaba preocupada, y ella estaba en su razón de ser pero... por alguna razón necesitaba verlo, bueno, hablar con él.

Sin embargo sabía que si se atrevía a desobedecer a Imelda ella le volvería a hacer la ley del hielo, o incluso peor. Necesitaba una estrategia.

Hector tomó a su hija por el hombro, derrotado. — Mira... mija, no deseo ni quiero destrozar a esta familia otra vez... sólo aclarar mi mente, Ernesto fue algo significativo en toda mi corta vida, a pesar de acabar con ella... hay cosas que nunca entendí y él es el único que puede responder aquello. — Omitiendo la evidente culpa que sentía que el nombrado estuviese encerrado dentro de una campana.

— Papá...— Socorro estaba más que preocupada, era complicado su padre estaba pasando por una clara crisis, esta sólo pudo darle en abrazarlo con calidez, poniéndose de puntillas. — Por favor, no vuelvas a desaparecer. El tío Ernesto ya no es alguien de fiar, ten en claro tus intenciones Papá. —

Tío Ernesto.

El joven Héctor apareció en la humilde habitacion con un pequeño cucurucho envuelto en sus brazos, se trataba de su recién nacida hijita.

Éste sonreía, era un momento importante, iba a presentarle su bendición a su mejor amigo, a Ernesto.
'Nesto... Se colocó a un lado de él, aún sonriendo, sabía que su amigo desde hace varios días estaba molesto (celoso) por toda la dedicación y tiempo que le estaba ofreciendo a su esposa, pero es que estaba embarazada.

Después de tanto esfuerzo, su pequeñita había nacido y era hora de mostrarle el lado bueno de todo eso.

El caballero de bigote, alzó una ceja entre molesto y sorprendido. Héctor ofreció qye tomará a su bebé.
La llamamos Socorro... Dijo casi en un hilito de voz, apoyando su cabeza sobre el hombro de Ernesto tiernamente.

Éste la tomó bruscamente, y le miró expectante. Y claramente incómodo, sintió como si cualquier movimiento la fuese a romper.

Su cara expresaba inconformidad.
Este volvió su mirada a Hector.
¿Qué esperas que haga?

Eh, hazle una mueca... Dijo con sus ojitos brillando, Ernesto sintió como se abochornaba por la adorabilidad de Héctor.

Ernesto sin saber realmente qué hacer, presionó la naricita de la bebé. Haciendo que esta abriese sus ojitos con lentitud y esbozara algo parecido a una sonrisa para luego agarrar con sus diminutas manos la mano del hombre.

En ese momento Ernesto, se sintió conmovido, enternecido, como si le hubiesen agregado demasiada azúcar, un calor sobre su pecho reposo y le sonrió devuelta.
— Haha, te agrada tu tío ¿eh chamaca? — dijo su padre, volviendo a apoyar su mejilla sobre el hombro de Ernesto.

Sí fuera por este ángel, no le molestaría estar junto a Imelda.

Héctor entrecerró sus ojos recibiendo el abrazo de su preocupada hija, no quería hacerla sentir de esa forma nunca jamás. Se sentía estúpido.
Hijita, nunca más te dejaré. Ni por nadie. No temas.—  y besó su frente.

Iba a tratar de que nadie acabara herido otra vez por sus acciones, no de nuevo.

(...)

Se había hecho una eternidad tener que esperar al joven esqueleto, se aburría en aquella sofocante soledad.

¡Ni siquiera tenía un balón para sufrir demencia!

Golpeó su cabezota contra la pared de la campana frustrado ¿cuánto tiempo más tendría que esperarlo? Y no podía ocultarlo, se sentía angustiado y nervioso, lo extrañaba.

Y era tan extraño para él que esas emociones florecieran en él, por lo menos cuando estaba muerto... porque de vivo: todo eso se le volvía a repetir y todo a causa de ese fideo andante de Héctor.

Sonrió de lado, sin embargo, recordarlo lo hacía sentir bien. Olvidando el momento en el que lo asesinó.

— ¿Ernesto?— Pegó un salto cuando oyó su voz. Nuevamente golpeando su cráneo de forma sonora.

Si estuviera vivo, estaría como un tomate.

—Pfft.— El compositor cubrió su boca, intentando no reír. No quería simpatizar con él.
— Acabo de asustar a Ernesto de la Cruz, no me la creerían.—
Pero ya lo había hecho.

El músico carraspeo para aclarar su voz claramente humillado.
— Creí que me dejarías plantado compañero.— Tardó muy poco en reconstruir su faceta segura, no se dejaría perturbar.

— Lo pensé. — Hector se sentó sobre el suelo, esta vez, distanciado de la gran campana.
— Imelda...— Ernesto refunfuñó cruzado de brazos, esa mujer.
— Me advirtió sobre ti, no puedo confiar en ti. Ernesto, ya no soy un joven iluso, he aprendido de mis errores...— Titubeó.— Estaré atento a lo que digas o hagas.—

Ernesto rió, sólo rió para acabarle la paciencia al pobre Rivera.
— Como digas, viejo amigo.— La voz del esqueleto seguía sonando adorable, despues de tantas décadas, incluso cuando trataba de ser serio o intimidante.

Hector hizo crujir sus dientes, sabía que deseaba provocarlo, pero no iba a sucumbir.
— Teníamos un trato, he venido a eso...— Recordando su fin.

— ¿Puedes ser sincero Ernesto? — Se inclinó a la campana con vehemencia, sin saber en realidad el porqué.

— Eres el único que puede ejercer eso sobre mí, Hector, sólo contigo.—

-------

Y CONTINUARÁ...

JSJSJ Como ven, lo gay se esta poniendo cada vez más intenso. 👀👀👀 ni saben lo que les espera.

Ojalá les haya gustado, he estado un poco desanimado y escribir o dibujar me cuesta un poco.  :]♡

¿les gustó la portada nueva? hecha con amors.

Acordes desorientados. [Ernector]Where stories live. Discover now