Capítulo VI

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Su cuerpo no le respondía. Tal vez debió echarse a llorar, salir corriendo, golpear al chico o simplemente irse directamente a algún otro sitio donde pudiese calmar sus nervios por un momento, pero no hizo absolutamente nada. Permaneció ahí, parada y sin poder evitar algunas miradas de confusión por parte de otros alumnos.

– ¡Hey! Estorbas, audífonos. –

Aquél tono de voz que normalmente le parecía molesto logró sacarla de aquél horrible fango formado en sus pensamientos. Se giró con algo de trabajo, encontrándose con Bakugo, quien le fruncía el ceño. Ese tipo parecía estar molesto todo el tiempo.

Temblando, se apartó de su camino, sin saber qué decirle siquiera. El joven suspiró pesadamente.

– Serás idiota... – Murmuró, mientras se agachaba para recoger el maletín de Jirou que seguía tirado en el suelo. Se lo entregó a la dueña, quien continuaba sin pronunciar palabra alguna.

Bakugo le indicó que le siguiera, a lo cual Jirou accedió sin chistar. A pesar de la actitud tan arrogante del chico explosivo, sabía que su compañera no se sentía del todo bien y no tenía que ser un genio para saber quién había sido el causante de ello: Kaminari y su idiotez extrema.

Originalmente pensaba llevarla a la residencia, pero entre más lo pensaba menos le gustaba esa idea. Optó por caminar hacia el lado contrario, llegando a un parque que no quedaba muy lejos de la escuela; ahí tomaron asiento en una banca. No había personas en esa zona más que ellos dos.

El joven decidió permanecer en silencio, no sin antes musitar un "maldición" con un tono de resignación. Esperaría a que la chica se calmara para poder conversar con ella; cualquiera diría que ese no era Bakugo, tan calmado y dispuesto a ayudar a alguien. Muy en el fondo él deseaba ayudar a las personas, con algo de estilo y luciéndose, obviamente. Jirou parecía necesitar ayuda en esa situación y probablemente él no resultaría la persona indicada para ello, pero a pesar de que no la conociera lo suficiente, sabía que la situación realmente la había afectado mucho. Ella no se comportaba de esa manera tampoco, lucía como un ratón desamparado en medio de una tormenta y, aunque deseara hacer mofa de ello, tenía muy presente que no era lo correcto.

– ¿Te sientes mejor? – Su voz sonaba muy ronca, era raro escucharlo hablar sin gritar a los mil vientos.

Jirou lo miró soltando un largo y profundo suspiro, asintiendo con la cabeza. Tenía ambas manos sobre su regazo y jugueteaba con sus pulgares para poder calmar el nerviosismo.

– Fue Kaminari ¿cierto? –

Escuchar aquél nombre se sintió como un gancho directo al estómago. Aquella imagen de Kaminari sonriéndole a esa chica y caminando a su lado le interceptó repentinamente. Mordió su labio inferior y arrugó la nariz, combinando la tristeza con enojo. Aquél suave juego con sus dedos se transformó en un par de puños repletos de tensión.

– No quiero escuchar nada de... él. – Finalmente se animó a hablar. Sollozaba ligeramente entre palabras.

– Entonces tenía razón. Estaba con una perdedora de la clase B ¿cierto? Qué raro, siempre lo rechazan. – Agregó Bakugo, despreocupadamente y aumentando el enojo de Jirou.

– Eso no ayuda ¿sabes? –

El rubio cenizo se encogió de hombros, sonriendo con algo de malicia.

– Al menos no te miento con palabras inútiles. –

– Demonios, que considerado. El héroe número uno ha salvado el día una vez más. – Comentó sarcástica, olvidándose del mal trago amargo y dejando descansar todos sus músculos, los cuales habían estado tensos desde aquella desagradable escena.

Still into you (My Hero Academia)Where stories live. Discover now