En la oscuridad de la noche

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Si antes podía sentirse la tensión en el aire, ahora hasta podía cortarse con un cuchillo fácilmente. Las únicas personas que hablaban eran Clary y James. El resto... cada uno tenía su problema: Jocelyn miraba de vez en cuando a Valentine y trataba de entablar charla, pero Valentine miraba al niño, éste se daba cuenta de su mirada, pero no le interesaba, Clary miraba a su hermanito junto a ella y a Lucian; Jace miraba también al niño que cuando capto su mirada le saco la lengua; Sebastián vio esto y sonrió orgulloso de su supuesto hermanito, que algunas veces le hablaba. El postre fue un delicioso mus de chocolate, que al menos los relajó un poco. Luego de la cena Jocelyn le dijo a Valentine que se quedaría, pues era muy tarde como para volver, pero aún tenía cosas que resolver con sus padres.

- ¿Dónde dormirás? -le preguntó Valentine, y Jocelyn lo miró un momento no entendiendo la pregunta.

-Contigo claro está-respondió como si fuera lo más obvio del mundo. Valentine, a pesar de permanecer impasible, se sorprendió, y extrañamente se emocionó. Hace muchos, muchos años que no dormía con su esposa, no le importaba que no fuera ella realmente, seguía siendo Jocelyn. La cena terminó en silencio y luego todos se retiraron, dejando a las sirvientas limpiando todo. Jocelyn y Valentine se fueron al cuarto de este último, Lucian fue al de huéspedes, Jace fue la habitación continua a la de Lucian, que también era de huéspedes, James dormiría con Clary en su habitación y Sebastián en la suya, así cada uno desapareció por sus respectivas puertas y, como si las luces mágicas lo supieran, se apagaron dejando el pasillo en oscuridad.

Habitación de Clary

-Hoy nuestro hermano estaba raro. A penas habló conmigo-dijo el niño.

-Lo sé. Lo noté desde que volví, y Jace y nuestro padre también-le respondió Clary mientras sacaba ropa del armario.

-No es mi padre-susurró el niño para sí, pero su hermana aun así lo escuchó y decidió pasarlo por alto-. Hermana, cántame una canción para dormir-la repentina petición del niño distrajo a Clary de su tarea de ponerse el piyama, que consistía en un top negro casi transparente y sin pantalones, a James no le afectaba, pues ya estaba acostumbrado y además era un niño. Siempre había pensado que su hermana mayor era muy linda a pesar de su edad, y no culpaba al Wayland por estar enamorado de ella, pero aun así odiaba al chico (en realidad a cualquiera que se acerque con segundas intenciones, por eso les había dado la idea a Jace y Jonathan de tratar de emboscar al rubio).

Clary se acercó a su hermanito para arroparlo, y luego sentarse junto a él. Mientras me acariciaba los lacios cabellos pelirrojos, comenzó a cantarle Scarborough Fair.

Ya a mitad de la canción, el joven se quedó dormido, disfrutando de la calidez que emanaba del cuerpo de su hermana mayor. Ya pasada una media hora, la joven pelirroja, que hasta entonces sólo admiraba el rostro tranquilo de su hermanito, estiró su brazo para tomar su estela de su mesa de luz y se dibujó una runa en sus tobillos. Luego salió de la cama y caminó hacia la puerta, mientras ahora sus ojos brillaban en un vivo verde y atravesaba la puerta como si ésta fuera de humo.

Habitación de Valentine

Luego de la cena, Valentine y Jocelyn se dirigieron por el largo pasillo hasta el cuarto del Morgenstern. Una vez que entraron, pasó lo que Valentine menos hubiera esperado: apenas logró cerrar la puerta, cuando su esposa lo besó con pasión y desesperación, como si hubiera estado esperando eso durante mucho tiempo. Valentine tardó un momento en corresponder, y cuando lo hizo, rodeó la cintura de Jocelyn con sus brazos y la atrajo más así.

-No tienes idea de cuánto te extrañé. La Inquisidora estuvo sobre mí por el caso en Washington D.C. pero por fin pude liberarme-dijo Jocelyn entre besos.

En el Último MinutoWhere stories live. Discover now