Final

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No me había percatado que ya llevábamos un par de horas caminando sin parar, estaba tan metida en mis pensamientos que no lograba sentir mis piernas. Cristian, quien hace unos minutos se encontraba a mi lado, estaba agachado intentando recomponerse no pude evitar sentirme mal por eso. Después de unos minutos más decidimos tomar un descanso. Inebitablemte me quede dormida apenas toque el piso. No se cuanto tiempo habrá pasado desde que decidimos tomar un descanso  pero no parece ser mucho ya que  los chicos siguen descansando y platicando entre ellos.
Me reincorporo de manera brusca lo que provoca que un ligero mareo, llevo mi mano al suelo en un intento de buscar estabilidad. Hace frío y tengo sed, por un momento mi entorno me es indiferente pero eso termina cuando el grito de alguien me lleva directo a mi actual realidad.

— ¡Hey Sam! Cristian te está buscando, creo que quieren platicar contigo otra vez — no se de quien se trata pero recuerdo haberla visto un par de veces en el comedor. Tiene la piel oscura, pequeña y de contextura delgada. Lleva el pelo semi recogido con dos mechones que caen hasta sus mejillas.

—Yo … veré si tengo suerte para encontrar algo de agua —me apresuró a decir.

—Puedo acompañarte — se ofrece

-—No —le corto   — iré  yo sola tu descansa —sonrió en un intento de transmitirle en calma para que no insista —volveré  si encuentro algo —asintió y se sentó al lado de un grupo de cúbicas que no se encontraban tan lejos de donde yo estaba.

Antes de irme pude ver a Cristián hablando con Aron ,no pude evitar sonreír me alegraba que amos estuviesen bien .
Tomó una campera antes de irme, y le aviso a Aron antes de partir, se limita a decirme que me cuide.
Camino sin tener idea de donde me dirijo pero eso no me importa ahora, mi boca se encuentra seca al igual que mi garganta. Al cabo de lo que parece ser una hora me de tengo cuando piso un charco de lodo, que no pude evitar pisar dejando mi zapato blanco de un marrón oscuro con pedazos de hojas secas.
Ya había estado andando un buen tiempo hasta que vi unos arboles entrelazados bastante feos ,uno estaba tan inclinado que lo rodee de manera exagerada por temor a que cayera .Detrás de estos pude divisar un río , por alguna razón me encontraba llorando , estaba tan cerca ,solo tenia que correr como aquella vez y estaría devuelta en casa y eso hice .

Corrí.

El río … Había ido un par de veces cuando tenia diez años ,por accidente claro esta , mis padre jamás me dejarían ir sola tan lejos .Todavía recuerdo  estar corriendo y sentir la brisa fría golpeando mis mejillas húmedas por mis lágrimas. En lo alto de la  cerca con letras grandes y rojas con borde negro  se podía leer ''prohibido el paso’’ , con el enojo a flor de piel me arrastre por debajo de el y seguí corriendo como si no importara nada más .En ese tiempo el pasar aquella barrera había sido mi primera  vez rompiendo  las reglas , recuerdo sentir la adrenalina recorrer mi cuerpo , aquella sensación de libertad  acompañado de un ligero cosquilleo en el pecho. Había discutido con mi madre sobre por que era tan importante a que asistiera a la escuela ,en ese momento me había cuestionado el por que  de las cosas. Fue una terrible semana tanto para mi como para mis padres , me la pasaba encerrada en mi cuarto pensando en todo en general , mi cabeza no dejaba de dar  vueltas, eso en conjunto con mi mal humor por la falta de comida, y luego la discusión fueron las causas principales que terminaron por hartarme.
Después de correr un buen rato por el bosque me tope con un río , no era lindo la verdad carecía de encanto , era la primera vez que veía uno. En los cuentos que me leían de pequeña los describen de manera tal que resultaban casi mágicos , creo que en ese entonces había esperado que un hada saliera de entre los arbustos y me cumpliera un deseo , eso no paso . Me quede hasta que el sol cayó , no recuerdo muy bien que paso después , pero luego de esa pelea no volví a pensar en el por que de las cosas, no de esa forma .
Corrí hasta más no poder, hasta que mi pecho doliera y mi piernas solo se muevan por inercia. Por alguna razón una tristeza abrumadora se apoderó de mi, empecé a llorar como nunca antes pero a pesar de eso me encontraba sonriendo. Estaba tan cerca y tan lejos al mismo tiempo, pronto las casas se hicieron más grandes así que aligere el paso. Me senté en el suelo, que todavía seguía siendo de tierra, me encontraba en los alrededores de la ciudad. Me pongo de pie y empiezo a caminar al mismo tiempo que intento recuperar la respiración. Al cabo de unos largos minutos tocó, y después de caminar por una calle de tierra llena de pierdas, logró pisar la primera calle con pavimento y viviendas . Todavía me encontraba algo lejos de mi casa y por alguna extraña razón me detengo. El cielo está cubierto de nubes oscuras y una fría brisa empieza a colarse entre mis ropas. Todo esta muy silencioso.
Generalmente las calles son transitadas, y ahora parece ser una ciudad fantasma. Me apresuró  hacia la primera casa y golpeó  la puerta. Nada. Miró por las ventanas pero no logró divisar nada, las  luces parecen estar apagadas. De pronto un escalofrío recorre mi cuerpo e intento mantener la compostura. Algo está mal, lo sé. Corro en dirección contraria y hago lo mismo con las demás casas, golpeó y grito desesperadamente en busca de una señal de vida pero no hay nadie. Todas  parecen estar vacías.
Me dirijo al patio trasero de  una de las casas y tomo una piedra lo bastante pesada y grande que me pueda ayudar a romper el la ventana . Hago un último intento para abrir la puerta trasera pero fallo otra vez. Respiro profundamente y lanzo la piedra en la ventana, esta se rompe acompañada de un gran estruendo, que me hace llevar mis manos a la cabeza. Rápidamente me sacó la chaqueta y la envuelvo en mi brazo sin dejar mi piel a la vista. De esta forma logró limpiar los restos de vidrio para evitar hacerme daño. Tomó impulso y logró meter la mitad de mi cuerpo en el interior de la casa, tomó un último esfuerzo y caigo de rodillas  en lo que parece ser la sala de estar. Me levanto y empiezo a buscar alguna señal que me diga que está pasando. Pero no hay nada. Subo al segundo piso y me adentro a lo que parece ser  la habitación principal, en esta sólo hay una cama matrimonial y un pequeño marco con una foto familiar encima de la mesita de luz . Lo tomo entre mis manos y siento como la respiración se me corta.

<< Catherine >>






Corro en busca de su habitación, no se bien porque. Después de abrir dos habitaciones más ahí está, su cuarto. Su cama está ordenada como si recién la hubiesen hecho, es de color marrón con almohadas de colores chillones amontonadas una encima de la otras, además de un par de peluches bastante tiernos.
En su tocador se encuentran un par de fotos pegadas con cinta de manera algo torpe, alrededor del marco de su espejo. Hay un perfume que casi está por acabarse y muchas coletas en uno de los cajones, abro el otro y no hay nada. Agarro una de las fotos en la cual  Catherine es más joven, debió tener unos nueve años y, a su lado, una chica más grande de unos unce la toma por el cuello de manera amistosa, haciendo que sus mejillas se queden pegadas. Ambas sonríen abiertamente. De repente escucho como la puerta es abierta. Bajo las escaleras lentamente.
Mi boca no logra mantenerse cerrada cuando la veo. Al principio ningún ruido se escapa  de entre mis labios pero después de unos segundos dejó salir un pequeño chillido. Rápidamente esa cosa voltea a verme y nuestros ojos se encuentran, la boca se me seca y mi corazón golpea mi pecho de forma desenfrenada. Un frío sudor recorre mi espalda y salgo corriendo en dirección contraria, oigo sus pisadas subiendo las esclareas y me apresuró a adentrarme en la habitación principal. Le pongo el seguro  y me escondo en el armario.
Llevo mi mano al pecho e intento controlar la respiración.

<<No puede ser, ¿qué esa cosa?>>

Millones de pensamientos se cruzan por mí cabeza provocando un dolor agudo en esta.  La puerta es empujada con gran fuerza, me asomo  por las rendijas de la puerta  e intento ver lo que sucede ahí fuera. De pronto la puerta sale volando chocando con la cama matrimonial, mi espalda golpea el fondo del armario y me llevo las manos a la boca intentando  reprimir cualquier sonido que salga de mi boca. Percibo  como revuelve las pocas cosas que se encuentran en el cuarto hasta que se detiene en seco. Puedo ver su sobra.

—Te encontré
















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