– Oye. – Dijo el chico, captando la atención de la contraria quien le miró levantando una ceja.

– ¿Si? –

– ¿Tocas alguno de los instrumentos que tienes en tu habitación? – Sin más, fue directo al tema.

Kyouka se extrañó ante dicha pregunta, recordando el primer día que pasaron en la residencia. Las chicas habían decidido hacer un estúpido concurso de habitaciones para calificar a la mejor decorada y todos fueron pieza por pieza, comentando los gustos de los demás. Aquél día Kaminari conoció, muy poco, la habitación de Kyouka y comentó: "es una habitación para nada femenina", recibiendo una descarga de ondas sonoras como respuesta por parte de la dueña.

– Toco el bajo eléctrico, la guitarra no se me da muy bien. –

Mentira. Aquella afirmación era mentira y Kaminari lo sabía perfectamente; puede que tocara excelente el bajo, pero a juzgar por lo que pudo escuchar, tenía un gran talento innato en la música. ¿Cuál era la necesidad de ocultarlo? Tal vez se sentía avergonzada de ello.

– ¡Genial! ¿Por qué tienes ese interés tan grande en la música? – Continuó haciendo preguntas, acompañándolas de una amplia y amigable sonrisa.

No tenía nada de sentido ¿Realmente se trataba del Kaminari de siempre? ¿Aquél chico idiota que no hacía más que recordarle lo poco femenina y pesada que era?

– Es por mis padres, sus gustos musicales y para rematar, mi padre es músico. – Ante cada palabra pronunciada, el chico se recargaba cada vez más sobre la mesa, clavando sus ojos de color miel sobre el rostro de Kyouka.

No quería bombardearla con tantas preguntas, así que optó por meter diversos comentarios entre cada respuesta que recibía. Hablaron un poco de sus padres, géneros de música, bandas, discos, videos y unas cuantas marcas. Sorprendentemente, la conversación iba fluyendo con suma naturalidad. Kaminari se mostraba completamente entusiasta e interesado en los temas que trataban.

En ese corto lapso de tiempo, había logrado que Jirou se riera; siempre provocaba una risa en la chica, pero esta vez era diferente. No se estaba riendo de él, se estaba riendo con él.

– Cielos, Jirou. Creo que nunca nos habíamos tomado la molestia de charlar así. – Comentó el rubio, recargándose en el respaldo de la silla y llevando ambos brazos hacia su nuca.

– Tienes razón... Nunca me habría imaginado que te gustara la misma música que a mí. – Seguía sin poder creerlo. Aquella conversación había resultado tan confortante que, ninguno de los dos se percató de la hora. Los demás no tardaron en ir bajando a la cocina por algo de comer, rompiendo aquella burbuja de intimidad que habían formado los dos chicos.

Kyouka se levantó de su asiento, tomó el tazón donde había comido y, después de lavarlo, se dirigió hacia su habitación. La rutina estaba volviendo rápidamente.

Luego de tomar un refrescante baño en las duchas, pensó que sería buena idea adelantar algunos cuantos deberes que tenía pendientes. A pesar de ser un colegio para futuros héroes, no se escapaban de las clases comunes y corrientes, materias que aburrían a prácticamente todos.

Subiendo las escaleras para llegar a su "madriguera", se encontró sorpresivamente con el niño electricidad, parado justamente frente a la puerta de la habitación de Kyouka.

– ¿Qué haces aquí? – Preguntó con un ligero tono de molestia en su voz.

– ¿Tú qué crees? Venía a buscarte. – Respondió encogiéndose de hombros, con suma despreocupación.

No se sentía muy segura con respecto al comportamiento tan extraño que había estado manifestando Kaminari, probablemente se encontraba enfermo o aburrido, incluso podría estar buscando un beneficio como un favor o algo por el estilo. Cualquier cosa que tuviese entre manos, ella no bajaría la guardia en absoluto.

Still into you (My Hero Academia)Where stories live. Discover now