saturno.

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"Los nuevos demonios son los vasos y los besos."

Saturno. El único que podía incendiar una habitación, decir que no era más que lluvia y convencernos a todos.

Eras la persona que nunca pensé que llegaría a perder. Pero ahora más que nunca estoy empezando a pensar que nadie, ni siquiera tú y yo, seremos para siempre.

Durante un tiempo, tú fuiste el planeta y yo la que orbitaban alrededor de cada una de las palabras que salían de tu boca. La verdad vivía en ti y tú eras mi verdad. Estaba convencida. Te he querido de todas las formas que se puede llegar a querer a una persona.

Pero fue el tiempo quien me hizo chocar tantas veces que acabé convirtiéndome en un planeta yo también. Y la venda cayó al suelo, dejándome ver que los dos nos equivocábamos. Te quiero de todas las formas que se puede llegar a querer a una persona.

Prometimos encontrarnos en los cruces de caminos y acudimos puntuales una vez tras otra. No faltaron ni las lágrimas, ni los besos, ni las sonrisas ni la búsqueda de una paz a la que habíamos llamado hogar.

Crecimos.

Crecimos mucho, pero crecimos alejándonos. Nos aferramos a la idea de que había algo más grande que nosotros mismos que nos mantendría atados, un hilo infinito que nunca podría romperse. Mi actitud y tus ganas parecían darnos la razón.

Sin embargo, siempre llega gente nueva. Los vasos se vacían, los besos cambian de destinatario. Los hilos desaparecen, y yo empecé a perderme en las carreteras. Nos mojó la lluvia y en aquel momento supe que era yo, contigo a mi lado, y no nosotros.

Nos volvimos dos unidades cuando antes solíamos ser el todo.

Te quise de todas las formas que se puede llegar a querer a una persona. Pero Saturno ya no tiene anillos, hablamos pidiendo permiso y yo he aprendido a no echarte de menos.

Las estrellas siguen brillando fuerte en el cielo, contigo o sin ti.

Apricity.Where stories live. Discover now