En el lado oscuro

Un escándalo

-¿Dónde estabas?

Hermione se había sentado frente a Ron y le había dado un gran sorbo a su cerveza de manteca. No vio a Harry por ningún lado, eso significaba que estaba con Ginny, vaya a saber dónde. La muchacha había vuelto a las calles de Hogsmeade muy atolondrada, estaba un tanto mareada, ya que la cabeza le daba vueltas sin cesar, debido a todo lo ocurrido.

-Eh… por ahí.

-Desapareciste de Zonko, pensé que ibas a estar en Las Tres Escobas y por eso vine, pero tampoco estabas aquí- Ron parecía preocupado.

-Me aburrí y fui a dar un paseo, es todo. Deja de hacer preguntas Ron- contestó evasiva. Ron la miró unos instantes y luego levantó los hombros rindiéndose.

-Mira lo que compré- dijo Ron con una gran sonrisa en la cara. Metió la mano en la mochila y sacó una bolsa de papel- Caramelos del hipo,- sacó una bolsita más pequeña y transparente, dónde se amontonaban bolitas moradas- un disco con colmillos, esto realmente va a molestar a Filch, Bengalas Fili…- se interrumpió en la mitad de la frase. Tenía la vista clavada en algo a la altura del hombro de Hermione, la muchacha se dio vuelta y se ruborizó al instante. Draco estaba parado de espaldas a ellos y hablaba con alguien un tanto más alto que él, el individuo tenía la misma cabellera dorada del muchacho y movía las manos rápidamente, parecía enojado- ¿Qué hace Malfoy aquí?- Ron se refería al individuo que hablaba con el chico, cuando Draco se corrió unos centímetros hacia la izquierda Hermione pudo ver quién era, sin duda se trataba del padre de Draco, Lucius Malfoy.

-¡No me hagas esto Draco, estás armando un escándalo!- Lucius le susurró severamente a su hijo- Ven conmigo- concluyó aferrándolo del brazo.

-¡No!- se negó rotundamente- Y el que está armando un escándalo eres tú.

-Vamos Draco, es importante, deja de ser tan orgulloso.

Draco se acercó a su padre y le habló solo para que lo oyera él.

-Este es mi trabajo, deja de empecinarte en ayudarme, parece que todos aquí quieren hacerlo- comentó pensando en Snape.

-¿Lo has notado Draco?- preguntó su padre acercándose más a él.

-Que si he notado ¿qué?

-¡Baja la voz!- dicho esto lo aferró más fuerte del brazo y lo sacó a rastras de Las Tres Escobas. Lo empujó todo el camino hacia la entrada de Hogsmeade, luego lo tomó de los hombros y le habló con el rostro casi pegado al suyo- ¡La Marca Draco, la Marca!, el Señor está nervioso, intranquilo. Ha castigado a Avery por una idiotez que ha cometido y ahora está detrás de mí para que termines tu maldito trabajo.

-Tú no tienes que darme órdenes- murmuró Draco entre dientes- Ya bastante tengo con las suyas.

-Yo solo quiero saber Draco…- Lucius parecía cansado, los cabellos rubios le cubrían la cara y se le crispaba el contorno de los ojos- si estás en camino, ¿ya lograste hacer algo?

Draco lo miró unos instantes y luego contestó:

-Estoy en eso.

-¡¿Malfoy en Hogsmeade?!

-Shh, ¡baja la voz Harry!- lo retó Hermione en un susurro, luego miró a su alrededor para verificar que nadie lo había escuchado y lo miró severamente. Era de noche, Ron y Hermione habían puesto a Harry al corriente de las cosas y éste parecía un poco alterado.

-Pero Hermione, ¿no debería estar en el Ministerio repartiendo dinero para ganarse la confianza de la gente?, ¿qué quiere ahora?, ¿por qué está cerca de Hogwarts?

-No lo sabemos Harry- lo tranquilizó Ron- Lo único que logramos ver es lo que te contamos, discutió un poco con Draco- Hermione se ruborizó levemente al escuchar su nombre- y luego se lo llevó a rastras, es todo.

-¿Lograron escuchar algo?

-No, muy poco, dijo algo de un escándalo, pero suponemos que fue debido a que estaban haciendo un verdadero barullo allí.

-¿Qué estará tramando? Siempre que se acerca a Hogwarts ocurren cosas horribles, la última vez se llevaron a Hagrid, ¿lo recuerdan?

-Sí, lo recordamos Harry, ¿puedes hacernos el favor de tranquilizarte?- le pidió Hermione, cruzó las piernas en la butaca y se apoyó contra el respaldo- No logramos nada con alterarnos.

-No puedo tranquilizarme, Hermione. Sin duda alguna Malfoy anda detrás de algo, y voy a averiguarlo.

La tenue luz de la luna se colaba por la pequeña ventana del baño de hombres. Draco tenía el cabello echado hacia adelante, por encima de su frente, el muchacho se pasó una mano por él y lo alborotó un poco más. Mantenía las manos apoyadas en el lavamanos, y miraba fijamente su reflejo en el espejo. Oía las cañerías gotear y las lechuzas ulular fuera del castillo. ¿Qué iba a hacer?, no sabía cómo cumplir la misión que se le había dado, le habían dado instrucciones, claro, pero le estaban resultando muy difíciles de llevar a cabo. Iba regularmente a la Sala Multipropósitos siempre que tenía un espacio libre, pero aún así no lograba arreglarlo, no lograba arreglar ese maldito armario evanescente. Un par de veces pensó en solicitar ayuda, pero su orgullo le ganaba. Lo tenía que hacer sólo, quería demostrarle a su padre, a Snape y a Voldemort que era capaz de lograrlo. Draco abrió la canilla, se frotó la cara con agua y salió del baño. Tenía que seguir intentándolo.