¿Qué estás diciendo?, es Draco, ¡Draco Malfoy!

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El vapor que el Expreso de Hogwarts emitía inundaba la estación, era tan espeso aquella mañana que a Hermione le hizo pensar que algo andaba mal con el tren, pero aquello se debía a la humedad del ambiente, hacía un calor sofocante que pegaba su camiseta blanca contra su espalda. Iba vestida con ropa muggle, como todos allí, para no llamar la atención de los peatones de King Cross. La muchacha miraba por encima de las cabezas de la gente dando saltitos para distinguir lo que estaba buscando, y pronto lo encontró.

Un grupo de gente con cabello colorado se abría paso desde la barrera, cada uno de ellos estaba cargado con carritos que portaban sus baúles y respectivas mascotas. La mujer que dirigía el grupo se adelantó y alcanzó al menor de sus hijos varones, sacó un pañuelo del bolsillo delantero de su vestido y le frotó la cara al muchacho.

-¡Mamá!- se oía gritar al pelirrojo- Deja de avergonzarme.

-Ronie, querido, tienes la cara completamente sucia, ¿qué anduviste haciendo?

-¿Qué anduviste haciendo Ronie querido?- coreó un muchacho alto de pelo rojizo, corto y crispado. Su gemelo rió a carcajadas y agregó:

-Sí, ¿qué anduviste haciendo Ronie?, ¿espiando a Fleur de nuevo?

-Ya cállense- gruñó Ron con las orejas coloradas y el ceño fruncido.

-Vamos Ron, hay que encontrar un buen sitio- Un muchacho de la misma edad de Ron lo tomaba del brazo y empujaba para que su amigo lo siguiera. Tenía el cabello negro azabache y enmarañado, usaba gafas redondas y sus ojos verdes relucían bajo la luz del sol.

-¡Harry, Ron!- Hermione se acercaba corriendo con la mochila colgada al hombro y arrastrando el baúl con una mano, ya que con la otra sostenía la jaula de Crookshanks, la cual se balanceaba violentamente. Al llegar a donde se encontraban sus dos amigos dejó el baúl y la jaula con estrépito en el suelo y luego se lanzó a abrazarlos. Ron, al cual se le había ido el color rojo de sus orejas, se ruborizó, lo cual hizo que el color volviera; y Harry abrió los ojos de par en par en un gesto de sorpresa.

-¿Desde cuándo nos demuestras tanto cariño Hermione?- quiso saber Harry cuando Hermione los soltó y volvió a agarrar sus pertenencias.

-Los he extrañado mucho este verano- confesó Hermione riendo- ¿Vamos?, no encontraremos sitio- Dicho esto los tres amigos se encaminaron a la puerta del tren y subieron de un salto, introdujeron sus baúles con la ayuda de la señora Weasley.

-¡Cuídense!- gritó ésta a la vez que el tren comenzaba a avanzar- ¡Ron, escríbenos todas las semanas!

-¡Lo haré!- contestó el muchacho en un grito y cerró la puerta- Olvídenlo- les confesó a sus amigos mientras tomaba su baúl y se encaminaba por el pasillo.

-¿Creen que este año nos darán menos deberes?- se esperanzó Harry mientras abría la puerta de un compartimiento con dificultad y se metía dentro.

-Ni lo sueñes- bufó Ron introdujendo su baúl en la rejilla portaequipajes, también metió la jaula de Pigwidgeon junto a la de Hedwig y se dejó caer en una butaca al lado de la ventana.

-Claro que no Harry- comentó Hermione sentándose con delicadeza al lado de Ron- Y espero que no lo hagan, tenemos que prepararnos bien para los EXTASIS y…

-¿Ya estás pensando en exámenes?, ¿no puedes descansar un poco?

-Por supuesto que no Ron- replicó Hermione con enfado- Si quieres aprobarlos deberías empezar a preocuparte desde ahora.

-Pero si son el año que viene- argumentó Ron, pero Hermione no respondió, sino que se limitó a mirarlo con desdén y a sacar El Profeta de su mochila, lo abrió y se perdió de vista tras él.

En el lado oscuroWhere stories live. Discover now