Capítulo 19: "Provocaciones"

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No podía esperar menos de él, por lo que no me cabían dudas del porqué estaba aquí, a fin de cuentas, esas últimas palabras que me dedicó lo decían todo. Mi sonrisa no hacía más que ampliarse ante lo que se tejía en ese instante, pero no era lo único que se expandía, si no que mis pupilas también lo hacían, además, aunque suene loco, mi diversión se mezclaba con ira, dando como resultado que apretara mis dientes. Quizás en ese momento mi expresión no era muy agradable, y probablemente se asemejaba mi gesto al de algún psicópata, sin embargo, no podría asegurarlo porque no tenía donde mirarme.

—Así que tu verdadera intención es investigar a tu enemigo, ¿no es así? —me puse las manos dentro de mis bolsillos e hice esa pregunta con la intención de no ocultar mis sospechas, al fin de cuentas, seguramente la mejor estrategia para un hombre era mostrar sus garras y sus colmillos.

—Que interesante respuesta —dijo volteando hacia mí para verme con una expresión entre mezclada con odio y serenidad—. Creo que tú no sabes lo que es luchar por amor, Dalton —aseveró, y yo como parte de mi respuesta entre cerré los ojos.

—Pues yo creo que es completamente al revés. Aún recuerdo cuando me golpeaste en la calle; estabas convulsionado por la respuesta que te dio Lili. Estoy seguro que no fue la primera vez que te rechazo, ¿verdad? —y como si hubiera dado en el blanco, llegué a percibir cómo ligeramente sus facciones cambiaban: sus ojos se tensaron unos segundos, pero se tornaron algo tiritantes.

—Yo que tú no hablaría tan a la ligera —refunfuñó mientras tensaba más los músculos de su rostro. Yo por mi parte, elevé mi mentón con cierto aire de victoria. Sus palabras no me motivaban a enfurecerme, pero sí me provocaban alegría, y eso se debía a que sabía perfectamente el resultado que darían mis esfuerzos a la larga.

—Yo no soy como tú; no tengo la necesidad de tener pena por cualquier tipo de rechazo que me infrinja ella, y eso es porque sé que al final estaremos juntos —mi ego no podía estar más elevado en aquel instante, sin embargo, no esperé a que él se echara a reír con fuerza.

— ¡Eres muy gracioso Dalton! —dijo sin dejar del todo de reír, e inesperadamente, se detuvo de repente. Allí fue cuando me señaló con uno de sus inmundos dedos y me aseguró lo siguiente—. No sé en qué te basas para tener tal confianza, pero te aseguro que los resultados que tendrás, no serán los que tú esperas —entre cerró los ojos, y una vez más, me traspasó con éstos como si fueran cuchillas—. Te aseguró que en el camino te arrepentirás de haberte metido conmigo —y nuevamente, sentía cómo en mi ser se instalaba esa sensación de mal augurio.

—Eso ya lo veremos —le respondí y él sólo rio una vez más para luego alegar.

—Será divertido ver cómo esa confianza que tienes se desmorone cuando uno de tus principales pilares caiga por esa gran bocota tuya —hasta ahí llegó la charla, y él por último se retiró.

—Este sujeto no me trae buena espina —me dije en cuanto lo perdí de vista y volví a entrar a mi morada. Me apoyé luego sobre la puerta, ya que quería meditar un poco sobre qué era lo que debería hacer ahora. Me quedé ahí, hasta que finalmente decidí que mi siguiente acto, sería poner al tanto a Louis, porque seguramente el sabría qué decirme al respecto.

Fui escaleras arriba donde estaba mi recamara, tomé mi celular, y apreté el comando que me permitía remarcar, luego más tarde lo pondrían entre mis contactos, y sí, aún no lo había agendado, no por ser vago, sino que no quería hacerlo, pero viendo cómo se desarrollaban los acontecimientos, creo que era necesario.

—¿Hola, Louis? —hablé en cuanto escuché que me atendieron.

—Sí, ¿qué tal estás Dalton?, no pensé que ibas a llamarme. Por cierto, lo haces en un buen momento, mi hermana me dijo que actuaste un poco raro, ¿paso algo? —preguntó.

Soy un temerario mi amor ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora