Capítulo 9

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"Yo no sabía que más podía decirle. Me sentía tan torpe, tan incapaz. No sabía cómo llegar hasta él, dónde reencontrarlo... ¡Es tan misterioso el país de las lágrimas!" 

(Antoine de Saint-Exupéry)


–Buenas noches, hijo.

Camden elevó la mirada que tenía clavada en el suelo mientras atravesaba la estancia. Se detuvo y miró hacia el umbral de la puerta. Su madre estaba ahí, esperándolo. Sonrió un poco e, inconscientemente, acomodó mejor la capucha que cubría su cabello.

Eso los habría delatado. Si había algo que distinguía a los gemelos Sforza uno de otro, era el cabello y no los ojos, pues mientras Kieran era completamente rubio, él tenía el cabello claro pero tirando a castaño.

–Hola, mamá. ¿Me esperabas?

–Sí. No puedo dormir a menos que todos mis hijos estén a salvo. De preferencia, bajo el mismo techo que yo.

Camden sonrió ante esa afirmación. Era tan propio de Stella Torrenti el sentirse segura y feliz sabiendo que las personas que más amaba estaban a su lado. Por otra parte...

–¿Papá también está despierto?

–Me temo que no le permití dormir al sentirme inquieta, así que fue al estudio.

–Ah. Está trabajando.

–Bueno, es un Sforza después de todo –Stella sonrió levemente–. Me dijo con claridad que, si ya estaba despierto, no iba a ponerse a desperdiciar tiempo.

–¿Querías estar sola, madre? –inquirió, esbozando una media sonrisa.

–Sí, eso también. Él me entiende –ladeó el rostro–. Tienes su misma sonrisa.

Camden dejó de sonreír y suspiró. Ni siquiera sabía que estaba sonriendo y no había razón para hacerlo en ese momento.

–¿Bebiste?

–¡Mamá!

–Está bien, está bien, solo preguntaba.

–No. Nada –Camden se habría acercado, pero sabía que si lo hacía todo se echaría a perder–. ¿Vas a dormir ahora, mamá?

–Pronto.

–¿Sienna no ha llegado?

–Hace unos minutos. Pero, ella es la que menos me preocupa.

–¿Te preocupamos nosotros?

–Los hombres Sforza siempre son una fuente de preocupación.

–¿Por qué?

–Tantas cosas, hijo. Y, no tengo razón para sentirme inquieta por Sienna.

–¿Por qué? ¿No es muy Sforza?

–Al contrario. Es muy Sforza. Eso significa que es el mundo el que debe sentirse inquieto por ella.

–Sí, eso es cierto.

–¿Estás cansado?

–Debería ir a dormir. Mañana tengo clase.

–Lo sé. Descansa, hijo.

–Buenas noches, madre –se inclinó y depositó un breve beso en su mejilla.

–No te desveles más.

–No lo haré –se alejó hacia las escaleras.

–Suerte con tu examen.

–Gracias, mamá –dio dos pasos más.

Infinitamente - Primera Parte (Sforza #7)जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें