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Make it ours (Newtmas)

Por favor, lean la nota final :v

Es impresionante cómo la vida de las personas cambia si ciertos sucesos se dan. Hace años Newt y yo escapamos del orfanato con el mero afán de ir a cumplir nuestros sueños. Él quería ser un bailarín de ballet profesional, yo un gran inventor. Siempre supimos que si nos quedamos en ese lugar, las posibilidades de lograr nuestros objetivos era casi nula, incluso los que nos cuidaban solían insistir, más a Newt, que los sueños no se hacen realidad.

Eso no nos detuvo.

A los 12 años escapamos y subimos en un tren de carga. Así fue como llegamos al lugar que le prometí haría sus sueños realidad: París. Recuerdo bien cómo Newt estaba muy emocionado por ir a la Ópera de París para averiguar cómo inscribirse en la escuela y aprender ballet como era debido.

Haríamos nuestra París.

Imprevistos nos separaron la primera noche, aunque nos volvimos a ver, también la segunda noche nos separamos. Pero, para la tercera noche, los dos ya habíamos logrado un poco de estabilidad, en lugares diferentes. Él logró entrar en la Ópera, aunque tuvo ciertas dificultades, y aún más dificultades para aprender al ritmo de todos los demás. Yo conseguí un pequeño empleo de asistente por un amigo que conocí, Minho, ayudábamos al genio que construía el monumento que sería de los más importantes.

Aún nos veíamos algunas tardes y más porque un chiquillo había roto la única pertenencia que Newt tiene de su familia, una cajita de música. Yo me las arreglé para repararla en más de una ocasión antes de esa y volví a hacerlo.

Un día, Newt iba a tener una audición muy importante y yo lo invité a una linda cena en la azotea de un edificio, Minho tocaría el violín y por fin tomaría el valor para decirle a Newt lo que siento por él.

No salió nada bien. Resultaba que él en realidad no había aceptado mi invitación, había aceptado la de una bailarina de la Ópera, una extranjera con acento horrendo. De alguna manera nos cruzamos todos, discutimos y Newt se fue dejándome con el corazón en las manos.

No supe de él por algunos días, hasta que un día se presentó en el taller donde trabajaba con Minho. Claro, yo me escondí para que no viera que estaba ahí, aunque lo descubrió igual, se disculpaba como si no estuviera presente. Simplemente de di a Minho la caja de música reparada para que se la regresara.

La siguiente vez que nos vimos, me venía a invitar a su actuación, la primera que tendría. Claro, ninguno contaba con que una madre demente tratara de evitar que él asistiera al evento para que lo supliera su hijo, pero con un invento mío pudimos librarnos de ella y llegar a tiempo para su presentación.

Fue mágico el verlo danzar en el escenario. Brilló como nadie más, fue la estrella de la noche. Y en esa ocasión, Newt besó mi mejilla, por lo que creí que podría corresponderme.

No pensé que esa estrella se iría alejando de mí.

Él triunfó, se convirtió en un bailarín importante. Incluso estuvo en giras y tomó clases en otros países. La gente admiraba la manera en que un huérfano había logrado su sueño.

Yo me quedé estancado. No vivía en la calle pero tampoco mis inventos llamaban la atención de la gente. Vivía de reparar cosas, rentaba un pequeño departamento junto con Minho.

Al principio aún me llegaba a encontrar con Newt y me contaba cómo le iba. Después casi no lo veía, el ser bailarín ocupaba bastante de su tiempo. Finalmente, quedé en el olvido y me enteraba de lo que ocurría con él por los carteles.

Era algo deprimente saber que él hizo suyo el mundo y yo... yo no pude ni hacer mío su corazón.

Fue cuando empecé a preguntarme si algo así le había pasado a alguien más, que su mano derecha se hizo exitoso mientras al otro le tocaba la miseria a la que de por sí se le estaba pensaba que tendría. Se siente horrible que la primera persona que amaste, te olvidara. Sin embargo, yo debía seguir adelante, aún no estaba dispuesto a rendirme. No sé cuánto me tarde en lograrlo, pero puedo hacerlo.