Noº11

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Era lunes de nuevo.
Tyler apoyaba la cabeza en su pupitre, con una mano bajo esta y la otra sobre su cabeza. No estaba durmiendo, por lo menos no mentalmente, pero, como ¿funciona eso? Bueno, no movía ningún músculo, pero su mente no dejaba de repetir el nombre de "Josh".

¿Es posible extrañar a una persona, incluso si la viste el día anterior?

Ya aceptaba que le gustaba Josh, pero no era capaz de decirle, tampoco de coquetearle.
La verdad nunca había pensado en que le gustaría un hombre, pero no tenía problema. No le contaría a nadie, claro está, además no tenia a nadie que lo escuchara.
Josh era el primero. Ojalá pueda escribir que es el primero de más palabras.
¿"Novio"? No, no era capaz de preguntarle.

Pensando y soñando con otras realidades con Josh, se terminó la jornada de clases, iría a verlo.
Probablemente ya esté cansado de él, tal vez no lo quiere ver más.
El castaño se detuvo en seco.
Se preguntó si valía la pena ir al café, de todas formas tantas dudas fueron una pérdida de tiempo, ya que sus pies se movían con ritmo hacia el café.

Tal vez el teñido esté cansado de él, pero se arriesgaría de todas formas. No perdía nada, había hecho el ridículo tantas veces que por fin decidió vencer el miedo a que ocurra otra vez (probablemente).

El repentino valor que surgió es su cuerpo lo hizo caminar más rápido hacia el café.
Iba a unos cuantos pasos de llegar a la puerta de este, pero no estaba igual que antes: papeles cafés cubrían las paredes de vidrio y un gran cartel colgado en la puerta ponía las siguientes palabras: "SE ARRIENDA".

Tyler se quedó helado. Había cerrado. No volvería a ver nunca más Josh, no tenía su número y recordaba muy poco la dirección de su departamento.

El único lugar donde se llegó a sentir seguro cerró.

"Gracias, universo" pensó el chico sarcásticamente antes de darse media vuelta y emprender camino a su casa.

Pumpkin and cinnamon  //  ºtyshºWhere stories live. Discover now