I.

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────Narrador Externo────

Un leve rechinido. Las viejas escaleras del porche crujir ante el peso.

La tenue brisa de invierno. El gran lago ante la casa. El cuerpo sobre el porche estremecerse levemente.

Allí, sentado con alguien sobre su regazo cubierto por una manta. Natsu Dragneel...

A su lado, una casi vacía botella de licor. Miraba la luna reflejada sobre el lago, una de sus manos acaricio a la persona bajo la manta, una persona que descansaba en su regazo.

Aquel Natsu era distinto, los años le habían cobrado factura siendo ahora un adulto rozando los 40 años.

Cerro sus ojos sintiendo nuevamente la brisa esta vez más intensa.

─Liz, vas a enfermarte. ─Murmuró.

De las mantas, se asomó la cabeza de una pequeña de unos 7 años. Sus grandes ojos jade, su piel ligeramente bronceada parecida a la de él, su cabello negro azabache atado en dos coletas.

─Papá, estas borracho...

Natsu soltó una pequeña risa posando una mano sobre la cabeza de su hija.

─Solo un poco Liz.

Liz se incorporó un poco, aun con la manta encima se recargo sobre su padre en busca de calor, Liz también contemplo el reflejo de la luna en silencio.

─Quería recordar los viejos tiempos.

─ ¿Viejos tiempos? ─Cuestiono inocente.

─Si...─Miro a los ojos de su pequeña rodeándola con un brazo. ─Cuando ella era mi mejor amiga...

─ ¿Ella? ¿Esa historia de nuevo...? ─La niña sonrió con diversión.

─Vamos, nunca te cansas de esa historia. ─Sonrió al infante.

─Entonces...adelante, la cena navideña puede esperar.

─Así se habla.

───Narración Por Natsu───

Hace unas pocas semanas todo había cambiado.

Más bien, algo en mi lo hizo.

Las visitas a su casa eran cada vez más y más frecuentes. No me bastaba con estar solo unos cinco minutos dentro, simplemente, cuanto más tiempo pudiese estar con ella mejor.

Ese día no era la excepción, justo había terminado una misión. No podría decir porque, pero estaba completamente ansioso por verla. Y por fin, estaba allí.

Sonreí, la ventana estaba abierta de par en par y eso para mí, era una clara invitación para que entrara, viéndome incapaz de rechazar tal oferta...lo hice, salte hacia allí.

Esperaba verla como siempre, para terminar, girándose y regañandome. Pero no...

─ ¿Qué haces? ─Fue lo primero que pude preguntar.

Ella estaba ante su espejo, aún más arreglada que de costumbre, para que me hacía idiota, lucía fantástica.

─Arreglarme.

Una respuesta vaga pensé, es más, ni siquiera me regaño. Me deje caer sobre su cama esperando llamar su atención, pero aun así no lo hiciste, siguió concentrada en arreglar su peinado.

─ ¿A dónde vas?

Por fin se giró mostrando una sonrisa.

─Una editorial se ha fijado en mí, tengo una cita con uno de los directivos hoy, estaré algo ocupada los siguientes días así que...no creo poder salir de misión estos días.

"Era Mi Mejor Amiga"Where stories live. Discover now