Capitulo 2

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Capitulo 2

    El mundo de Caroline Peyton tambaleó cuando vio a lord Collingwood regresar junto a Sandra y a su tía. Pero tambaleó aún más cuando les escuchó que la llamaban "Sandra".


— Mi niña, te habíamos estado buscando...— le expresó la señora Anne Blackmore.

— Sí, Sandra... Ya nos tenías preocupadas... ¿Te sientes mal?

— Creo que un poco... el joven llegó justo a tiempo de que me desmayara. Debe ser por el clima del verano...— dijo sin saber que más decir.

— Debes descansar... Te excusare con los invitados... Y gracias, lord Collingwood... ¡Qué forma de conocer a su prometida! ¿No le parece?

— Me alegra haber llegado a tiempo...—hizo una reverencia, mientras miraba a los ojos a Caroline, creyendo que era Sandra— espero que se mejore... Y volverla a ver.

— Gracias...


    La vio alejarse de él, mientras su corazón se empezaba a sentir atado por ella. ¿Acaso podía negarse, a sí mismo, la emoción de finalmente conocerla y ver que la vida ciertamente le había sonreído? De lo contrario, se hubiese sentido desafortunado.


— ¿Te sientes mejor? — le preguntó Sandra a Caroline.

— ¿Mejor?... ¿Cómo crees que me siento al mentirle a tu prometido?

— Te creyó... Piensa que tú soy yo...—su emoción era incuestionable.

— Lo sé...—su tono de voz expresaba cuán culpable se sentía en ese instante.

— Sabías que llegaría el momento de que esto sucediera... ¿Por qué te pones así, entonces?

— ¿Lo viste?

— Sí que lo vi...

— Es tu prometido... ¿No sentiste nada al verlo?

— No... Nada de nada...—su expresión era completamente de indiferencia y aburrimiento.

— ¿No te parece que lo justo sea que se lo digas, entonces, lord Collingwood, en vez de mentirle?

— ¿Te gustó? ¿Es eso?... ¿te pareció un noble atractivo? —la miró con picardía irónica.

— No...

— ¿No?


    Sandra miró a su amiga. Y comprendió, que la presencia, de lord Collingwood, la había impactado.


— ¡Te gustó!...

— No, solo que no quiero mentirle...

— ¿Por qué?... Si le mientes sin que te importe, ¿por qué decirle, entonces, la verdad?

— ¡Yo no soy tú!... Es injusto que se haga ilusiones conmigo. ¿Acaso no viste su impresión al escuchar que era "la señorita Sandra Ashford"?


    Caroline Peyton tenía dieciocho años y aquel había sido su primer baile en sociedad. Debido a la falta de dinero de su familia, jamás había asistido a ninguno. Pocos esperaban que imitara el éxito de otras que habían estado en su misma situación. Aun cuando ella tenía la belleza de los Peyton y un carácter agradable y su familia había pertenecido a una de las mejores de Inglaterra.


    Conocía también lo que el futuro tal vez le depararía. Después de todo, un matrimonio sin amor, si lograba encontrar a alguien que se interesara por ayudar a su familia. Simplemente por el origen de su familia. Algo que a veces le parecía también estar tan lejos de su realidad. Simplemente por no poseer mucho menos algún titulo aristócrata.


— No hay motivo para que él lo sepa. — replicó Sandra—. Y lo mejor será que tú también te quites esa idea de la cabeza.

— ¡Se va a enamorar de una mentira!... ¿No te duele engañar a alguien por ese repentino capricho que se te ha metido en la cabeza?

— ¿Por qué me tendría que doler?... — sonrió con gracia—. Además, piensa en tu familia... Probablemente él sea la única oportunidad que tengas para que tú y tu familia vuelvan a moverte en nuestro círculo. Tu familia alguna vez perteneció a esta sociedad...Solo piénsalo...


   En ese instante, la tía de Sandra entró en aquella habitación de nuevo, con una de las sirvientas que le llevaba una taza de té a Caroline.


— Espero que pronto se sienta mejor... Me he cruzado de nuevo con lord Collingwood, y a mi parecer le ha impactado el conocerla... Sigue preocupado por usted. Aunque ya le he dicho que está mejor...— sonrió contenta al ver como había resultado aquel encuentro. Mucho mejor que del que ellas habían planeado—. Ven Sandra, debes seguir fingiendo que eres Caroline... Nadie de los presente te reconoce...

— Bien...— dijo Sandra al sonreír—. Descansa Caroline, mañana será otro día.

Blanca Mentira (Editada)Where stories live. Discover now