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Jace y Aleck volaban directo hacia el cielo, si era verdad que Magnus estaba alli el azabache haria hasta lo imposible para traerlo de vuelta a casa- Aleck, hermano ¿estas bien?- pregunta el rubio, quien sentía el vínculo tirante desde hace un rato, el mayor lo mira y niega- estoy muy preocupado Jace, me enviaron para matarlo ¿y si no llegamos a tiempo? ¿Y si no puedo controlarme y termino matando a alguien inocente? ¿Y si los que quedan me temen?

Ay Aleck- le da alcance sujetándolo por la muñeca haciéndolo detenerse, el azabache lo mira aleteando para mantenerse en vuelo - no te preocupes, Magnus es un hombre fuerte, ya veras y sobre lo demás se que nunca asesinarias a ningún inocente, tus alas lo muestran, yo soy el que tiene la marca en sus alas no tu, además si te fueran a temer, es por lo que hayan dicho de ti, no por algo que hayas hecho- lo alienta motivandolo -ya habíamos hablado de eso Jace, no fue tu culpa, ambos eran niños y era él o tu- lo reprendió antes de volver a elevarse al ver a Jace hacerlo, siempre esquivaba esa conversación

Al llegar a la frontera ambos se quedaron estaticos, por lo menos unos 200 angeles los esperaban- Alexander Lightwood y Jonathan Herondale, tienen prohibido pisar estas tirras santas- un fuerte gruñido salio de los labios del pelinegro- terminen con esta tonteria, saben al menos lo que está ocurriendo realmente o solo siguen órdenes como corderos al matadero- pregunto el rubio con ira

Aleck no escuchaba, no veia, solo tenia ojos para una persona que estaba atada y amordazada, se acerco ignorando las palabras de alerta que le daban, Magnus lo miro negando, si se acercaba lo matarian, no podia hacerlo, no debia- Aleck!! -el grito vino de parte de Jace quien trato de llegar para cubrirlo, pero no fue necesario, las flechas nunca llegaron a tocarlo, a pocos centímetros quedaron suspendidas para luego girar apuntando en la dirección que habian sido disparadas, la sorpresa inundó los ojos de todos, ambos angeles seguían en el aire por lo que al pisar tierra una le toco el pecho- no te acerques y no tendre que matarte- le dijo un joven angel, el mayor sonrio mirandolo a los ojos- si quisieras matarme ya lo habrias hecho- el chico dejo caer la lanza corriendose a un lado

No le evitaron el paso, pero tampoco se lo dieron libre, dio un pequeño empujon, al llegar donde el mayor se inco para tomar su rostro con suavidad, Magnus agacho la mirada, sabia que estaba herido y sin fuerza, pero era la vergüenza lo que no lo dejaba levantar la mirada- mirame- le pidio el angel, tuvo que hacer un poco de fuerza para levantar su mirada, pero se encontro que tenia los ojos cerrados

Sabes que no es tu culpa ¿verdad?- pregunta el azabache acariciando la mejilla del brujo, el mencionado se negaba abrir sus ojos, Aleck miro a los angeles que lo rodeaban, sabía que solo seguían órdenes y lo entendía, hace un mes él había estado en esa misma posición- por favor, sueltenlo, no quiero tener que elegir entre mi raza y el amor de mi vida

Al escuchar estas palabras los angeles lo soltaron, Magnus cayo como un peso muerto entre los brazos del azabache, este retiro la mordaza y el moreno pudo hablar- no deberias estar... -un ataque de tos le evito hablar, Alexader lo sujeto bien para que no se fuera a lastimar- y asi me dices que no deberia estar aqui

Jace se acerco un poco, pero no pudo llegar hasta su hermano, los demas le habian cerrado el paso, la duda se veia en sus ojos, no querian dejarlo pasar, pero tampoco que se quedara ahi- podrian decirme ¿que esta ocurriendo? Por favor- pidio el rubio al angel más cercano

Tenemos ordenes, ordenes que estamos desobedeciendo en este mismo momento- dijo con un gruñido- nosotros no somos traidores, queremos evitar una guerra sin sentido, eso es todo- argumento el rubio- si asi fuera no habrian matado a tantos ese dia

Aleck se levanto sujetando al brujo entre sus brazos, sabía que sus acciones no pasarían inadvertidas - se lo merecian, cometieron pecados que debian pagar, ademas nunca nostraron culpa por lo que hicieron- dijo en voz batante alta para que todos lo escucharan- no hicieron nada malo- alego uno, pero otro que se veía más mayor lo hizo cayar con una mano.

Un ángel y un hijo del demonioWhere stories live. Discover now