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Aleck se habia elevado con rapidez probando sus nuevas alas, eran más pesadas pero a la vez más resistentes, cada aleteo lo impulsaba de una manera que aun no estaba familiarizado, las corrientes de aire se movian deliciosamente por las plumas ahora doradas, esto solo indicaba cuanto habia crecido, pues a pesar de todo lo que habia pasado, sus hermanos aun tenian las alas blancas, bueno excepto Jace, que para sobrevivir tuvo que asesinar a un niño, por la edad se concideraba inocente, pero no por sus acciones, así que solo logro manchar las puntas. Mientras pensaba en todo esto estaba ganando altitud rapidamente y antes de lo que penso llego al limite que separaba Alicante del resto del mundo terrenal, en cuanto cruzara esa linea se encontraria en terreno sagrado, pero no le importo. Un aleteo más y se vio envuelto en un ataque de flechas, con rapidos giros y aleteos esquivo cada una pisando tierra con paso fuerte, los que estaban alli se congelaron al verlo; todos crecieron oyendo las historias de los Querubines, el guerrero elite al cual todos aspiraban, eso era lo que Aleck mostraba, erguido, sin armas a la vista, ojos azules y frios, pero sobre todo un poder tan natural como respirar- ¿donde esta el cónsul?- pregunto viendo a cada uno

Nadie se atrevio a respoder, estaban entre asustados y petrificados, cerca de alli habian unos pequeños jugando que al ver lo que ocurria salieron corriendo excepto uno, el pequeño conocia muy bien esa voz, pues en algunas ocasiones le habia ayudado a entender un poco las runas y sus funciones. Se acerco aun cuando los otros trataron de detenerlo- no está, se fue aunque no sabemos a donde- el mayor se inclino y revolvió su cabello- Muchas gracia- respondio con dulzura, la sonrisa que le dedico logro calmar a los más pequeños, que aunque no entendian porque estaba tan enojado, sabian que no era con ellos asi que se fueron, mientras que el azabache entraba en el instituto. Al abrir las puertas el silencio reino el lugar, cada angel y arcangel que estaba en los pastillos se hacian a un lado, no como la vez que lo vieron en la espalda de su hermano, si no con miedo la mayoria, otros con respeto, sus alas se extendieron en todo su esplendor para luego recogerse en su espalda, pero en ningun momento se guardaron, su color dorado y su tamaño amedrentaba a cualquiera, pero era la furia en la mirada lo que los hacia retroceder. 

Llego sin problema a la oficina donde incluso los guardias al verlo se hicieron a un lado, abrio la puerta encontrandola tal como esperaba, sin nadie en el escritorio, recogió sus alas para que no le estorbaran al buscar entre los cajones, abrio cada gaveta, leyo cada carpeta y pergamino que encontro, pero no habia nada que le indicara lo que estaba buscando, frustrado arrojo un libro hacia la pared, el golpe hizo que un cuadro cayera revelando un estante donde su epellido brillaba en letras doradas sobre un libro negro, con cautela se acerco tomandolo en sus manos, no era muy grande ni grueso, al abrirlo vio palabras tachadas, numeros y caligrafia desordenada, en un vistazo rapido noto fechas en las esquinas, era un diario, pero porque su apellido estaba alli, paro en una pagina donde comenzo a leer

17/2/2006

Alexander Gideon Lightwood Trueblood
Querubin
Potencial amenaza

El infante fue extraído de sus padres con satisfacción dándoles muerte asegurando que no puedan moverse entre los mundos, su hermana se rescató con éxito del vientre de su madre muerta

Es imprecindible que se aleje del brujo conocido como Magnus Bane, al ser amigo de sus padres puede colocarlo en contra, se sugiere sembrar odio y rencor para asesinar al demonio

Un ángel y un hijo del demonioWhere stories live. Discover now