¡El juego inicia!

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Yuuri era todo, menos una persona social y promiscua.
Su vida personal variaba en ir algunas veces a casa del su mejor amigo Pitchit el cual siempre terminaba escuchando la disconformidad del mismo con su vida.

De alguna u otra manera, en ese año se terminó cansando de la monotonía con la que sus días se llenaban; las rutinas insoportables que tardaron muy poco en llegar.

Pues a pesar de no ser agradable al oído, la única emoción que había era cuando había una emergencia en la veterinaria; cambiaba de algún modo la monotonía y desequilibraba la rutina.

Se hartó de tanta simplicidad con la que despertaba día a día, pues a pesar de tener "todo" a su alcance, la fama necesaria para ser un veterinario reconocido y el dinero suficiente como para tener aquella clínica tan impecable; se sentía vacío y sin ningún motivo por el cual vivir que no hayan sido los animales.
Aquellos compañeros de vida que son inseparables.

El cambio en su vida tan radical se basó en todo lo anterior, ahora, estaba a punto de dar otro giro completamente inesperado, desde que era un infante no celebraba de una u otra manera su cumpleaños, pues al estudiar y centrarse en ello; lo tomó ...

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El cambio en su vida tan radical se basó en todo lo anterior, ahora, estaba a punto de dar otro giro completamente inesperado, desde que era un infante no celebraba de una u otra manera su cumpleaños, pues al estudiar y centrarse en ello; lo tomó como un día más.

En su cabeza había un debate mental al cuestionarse sí lo que hacía era correcto o si debía dejar de cambiar para tratar de gustarle a las personas, cuando la respuesta era diferente.

El cambio para si mismo, no para los demás, el quería verse bien para sentirse cómodo, lindo con su persona y nada más.
No cambio por nadie más que para él.

La celebración de su cumpleaños en un día hábil de su veterinaria era algo que nunca imaginó en lo que lleva de vida laboral.
Aunque sin saber qué una batalla mental por parte de los interesados en su persona era totalmente diferente.

Pues, cada hombre con deseos incontrolables de poseerlo, de ambas formas si quieren verlo de esa manera, aunque sea un día de celebración el cual tiene al pelinegro con algo de euforia controlada... hay que pensar que habrá una tensión incómoda para los presentes pues; mayoritariamente serían hombres en aquella reunión, lógicamente por la cabeza de Yuuri no pasaba ni se imaginaba que tal cosa podría suceder, mientras qué... En casa de cada uno de los invitados, cada quien se vestía de la manera mas deslumbrante e impecable, añadiendo un toque de seducción.
Sin mencionar la mirada decidida en sus miradas y el pensamiento "territorial" de querer imponer ante los demás pues tarde o temprano sabrían que ese joven tan adorable, distraído y responsable y... Seductor, pícaro y juguetón tendría más de un pretendiente por ahí.

Aunque, siendo sinceros; ¿Quién no lo imaginaría?, pues a pesar de que antes de su cambio drástico él ya tenía la atención de varios, con esto mucho más que antes. Cabe mencionar que este mismo japonés estaba siendo vestido por nada más y nada menos que su mejor amigo, ropa que le quedaba como anillo al dedo, de un tono que le hacía ver tan... Apetecible y apuesto.
¿Como iba vestido?, con algo tan sencillo pero complicado al verse: Una camisa de manga larga color vino, le amoldaba perfectamente su torso sin mencionar el pantalón de vestir negro que ceñía su cintura y favorecía su voluptuoso trasero, claro, sin exagerar; doblado ligeramente de la parte baja de ellos dejando ver unos zapatos aterciopelados de un azul marino obscuro, su cabello peinado hacia atrás con ayuda de cera qué, no lo hacía ver totalmente rígido, sino que parecía estarlo con naturalidad.

Veterinario Por ExcelenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora