Hermanos Políticos

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Varios días ya habían pasado después de aquel encuentro entre Yuuri y sus 3 pretendientes, mientras que el azabache trabajaba arduamente, un dos clientes llevaban tiempo llendo a su área de trabajo simplemente para admirar su gran belleza y elegancia.

Dos hermanos políticos quedaron cautivados por aquel veterinario, Jean y Otabek eran sus nombres, mientras que uno era más extrovertido que el otro trataban de cautivar al oji-marrón.

Mientras que a Yuuri de alguna manera le gustaba toda esa atención, le faltaba tomar un poco más de confianza.

— Vamos, acepta la cita, no perderás nada~.- Insistió aquel canadiense.

— Jean, me siento halagado por tus invitaciones, pero, debo trabajar, es época de cortes de cabello.- Dijo el veterinario mientras escribia una cita en su libreta.

— No es tan sencillo mantener mi clínica si me la paso saliendo, ¿No crees..- Cuestionó con una sonrisa amable.

— Está bien, lo entiendo, pero, aceptarías si fuera en un día de descanso o sea uno inhábil.- Agrego Jean con una sonrisa.

— En ese caso, creo que si podría, pero tú hermano, o sea, Otabek, ya lo hizo, lo siento.- Respondió algo avergonzado.

— Entonces yo te invitaré para tu próximo día libre.- Dijo seguro de sus palabras.

— Me parece perfecto, yo te diré que día estoy libre.- En una pequeña hoja, anotó su número de teléfono​, el cual le dió a Jean.

El canadiense se retiró dejando trabajar al azabache, con un pensamiento fijo en su cabeza, juró que ese veterinario sería de él, pues, todo lo que se proponía era capas de hacer todo para lograrlo.

Tiempo después, Yuuri terminó su jornada laboral, tenía que ir a la cita con aquel Kazajstán de duro mirar.

Después de llegar a su departamento, apresurado, se dió un baño y se arregló de la mejor manera, ahora solo faltaba que fuera por él.

Pensaba en cómo actuar pues, no sabía qué tipo de comportamiento tendría Otabek, estaba nervioso, pero aún así estaba firme en seguir su cambio.

Debido a toques en la puerta a abandonó sus pensamientos, tras verse por última vez al espejo abrió la puerta con una sonrisa ligera.

— ¿Estas listo o no?.- Cuestionó el Kazajstán con un ligero sonrojo en sus mejillas.

— Claro, siempre estoy listo.- Respondió con picardía mirando al contrario.

— ¿Donde iremos?.- Rompió el silencio el azabache.

— Iremos a un club, ahí seré DJ.- Subió a su motocicleta y le entrego un casco al menor.

— Vaya, eso si que no lo esperaba.- Colocó el casco en su cabeza para después subir al igual que el Kazajstán.

Durante el trayecto a aquel club, Otabek hablo con Yuuri acerca de sus gustos, ambiciones y algunas cosas sin sentido, buscaba a toda costa saber de aquel veterinario.

Ya en aquel lugar Otabek duro un tiempo como el DJ del lugar hasta que llegó otro de sus amigos a reemplazarlo.

Cuando al fin pudo estar con Yuuri logró entablar una conversación más animada que la de su motocicleta.

— Dime algo Otabek.- Hablo el azabache con diversión.

— Puedes decirme Beka, no hay problema.- Respondió tranquilo y con una ligera sonrisa.

— De acuerdo, Beka, ¿A que se debe tanta atención?.- Cuestionó bebiendo su trago invitado por el Kazajstán.

— Verás Yuuri, es más que obvio que gusto de ti, lo único que no sabes es cómo es que llegue a esa conclusión.- Dijo mientras se perdía en los hermosos ojos del azabache.

Veterinario Por ExcelenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora