05: Compañeros de piso

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Capítulo 05 | Compañeros de piso

Esperanza.

Mi corazón bombeaba esperanza aquella mañana del martes que, como si quisiera acoplarse a mi estado de ánimo, amanecía soleada. La noche anterior, al volver a casa, le conté a Emma las grandes noticias y ella brincó conmigo mientras abríamos la última botella de vino espumante que nos quedaba.

Sabía que Emma se alegraba por mí, aunque también por lo que mi trabajo significaba: podía contar con mayor dinero para escoger un mejor lugar para mudarme. Al menos podría planificarme a raíz de ello.

Traducción: ¡en pocos días ella podría follar con su novio libremente y no me importaba mudarme!

Realmente estaba feliz. Mis ojos se encandilaban ante la infinidad de colores de la ciudad que parecían no haber estado allí antes. Crucé las puertas principales de LB&T con firmeza y seguridad. Me sentía en mi mejor momento, y mientras mis tacones retumbaban en las escaleras para llegar al ascensor del primer piso, saludaba con una sonrisa a varias personas que todavía no conocía.

Aquel sentimiento era mejor que diez orgasmos.

Decoré un poco mi nuevo puesto de trabajo con algunos detalles que había traído de casa. Era un gesto poco significativo para muchos, pero no sabía si iba a pasar allí un mes o un año, así que intentaría aprovechar todo lo posible y dejar mi propia huella.

Estaba terminando de decorar con mis post-its de corazón, cuando un olor a colonia masculina invadió el lugar. Era mi fragancia de hombre favorita: 212 VIP. La misma de Joe, pensé, pero alejé el pensamiento de inmediato. Levanté la mirada y me encontré con un Nathaniel Jones pulcramente vestido con uno de sus trajes negros y una corbata azul. Su cabello estaba ligeramente húmedo y lucía como un modelo de valla publicitaria.

Sintió mi mirada en su espalda y aunque volteó a verme, me ignoró. Me encogí de hombros sin darle importancia, mientras continuaba decorando mi puesto de trabajo, esperando que se hicieran las ocho y treinta de la mañana para comenzar.

No mucho después de mí, llegaron Tom y Melanie juntos y me saludaron con efusividad. Ella también llevó algunas cosas para decorar su lugar. Tom solo llevó un pequeño carro de juguete que colocó junto a la laptop de su puesto. Cualquiera hubiese reconocido ese pequeño Camaro amarillo.

—¡Bumblebee! —exclamé, señalando su juguete de colección. Él me miró con los ojos bien abiertos.

—¿Te gusta Transformers? —inquirió con emoción, como si estuviese esperando que alguien, cualquiera, le sacara el tema.

Tom tenía toda la pinta de ser de esos chicos nerds que pasaron su adolescencia leyendo comics y manga, asistiendo a todos los Comic-Con y que quizá fueron ignorados por la mayoría de las chicas por no ser precisamente atractivos.

Aunque Tom no era un chico feo. Al contrario, tenía un encanto inocente, casi oculto por su cabello alborotado de ligeras ondas, unas cejas semi pobladas y unos labios inusualmente rosados y brillantes.

—Solo las dos primeras. Especialmente La Venganza de Los Caídos —dije en tono casual.

Creo que estaba a punto de iniciar un debate conmigo, pero Janet nos interrumpió cuando carraspeó su garganta. A decir verdad, me gustaban las películas de ciencia ficción, y mi placer culpable eran los comics de superhéroes y uno que otro anime, pero no quería quedar como una nerd en mi primer día de trabajo.

Todos volteamos a ver a la asistente de Johnson, que sostenía una pequeña hoja blanca.

—Buenos días —saludó con una sonrisa—, a continuación sabrán a qué departamento fueron asignados por esta semana. Los jefes están al tanto de sus nuevos pasantes, así que no tendrán problemas en ser recibidos por ellos. Trabajarán en dicho departamento hasta el viernes. Les aconsejo que den lo mejor de ustedes, porque cada semana su jefe asignado nos enviará un reporte completo sobre su desempeño.

Vendiendo el amor © ✓ [Vendedores #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora