27. Sumos 1/2

3.1K 310 65
                                    

¡Por fin puedo descansar en mi dulce cama! Después de todo el drama parece que los chicos no sé lo tomaron tan mal como yo creía que lo harían, aunque no creo que sea el mismo trato que tenía con algunos de ellos desde que entre.

Algunos del ellos, como Charlie, Kendall, Alexander, Julian, Jake y Evan estaban bien en que fuera una chica y por lo visto no me trataron diferente, en cambio Dylan no lo veía igual, pensaba que este lugar ya se estaba corrompiendo, supongo que para él debía de ser un santuario de puros hombres, y al ver a una mujer aquí todo se fue al carajo.

Pero no es como que me importara mucho su opinión, si quiere aceptarlo pues bien y si no pues ni modo.
Ya estaba a punto de dormirme cuando escucho como alguien toca la puerta.

—Saaid abre tú, estás más cerca de la puerta.– dije mientras me acomodaba en mi cama, pasaron unos segundos y Saaid no respondía.– ¿Saaid? Abre la maldita puerta.

Seguía sin contestarme, no tuve más opción que levantarme yo misma y patearle el trasero por no abrir la puerta, pero no contaba con que no estuviera en su cama, en realidad seguía igual que en la mañana. Bufé y resignada abrí la puerta para patearle el trasero a quien estuviera tocando a estas horas de la noche.

—Hola...– genial, ahora venía Fox con su cara de perro mojado.

Estaba muy enojada con él por haber revelado que era una chica y mandando todo mi plan a la basura. No dije nada, me reserve a decirle algo ofensivo y mejor le di un puñetazo en la cara. Dolió como un infierno pero al menos libero un poco de mi enojo, probablemente mañana iba a estar morada pero lo valía.

—Esta bien, me lo merezco.– dijo mientras detenía el sangrado de su nariz.– ¿Ya estás mejor?

No iba a salir nada de mi boca, no porque no quisiera, sino porque si lo hacía me iba a soltar llorando del dolor en mi mano, la cual ya se estaba inflamando. Al ver que no iba a decir nada me tendió una pequeña bolsa con hielos.

—Tenía el presentimiento de que me ibas a golpear, así que te traje esto.– tomé dudosa la bolsa y la puse en mi mano.– espero puedas entender que no lo hice con el propósito de dejarte en evidencia.

Sin decir más se fue hacia su habitación, cerré la puerta y me fui a dormir.

{...}

—Despierta mi bella durmiente, ya es hora de levantarse.– dijo una voz cerca de mi oído.

—¡¿Pero qué carajos?!– ¡Era Saaid cantando! ¡Y además me traía comida!– ¿Acaso es un sueño? Por favor que sea un sueño, no, más bien sería una pesadilla.

—Vamos hermanita tienes que levantarte o se nos hará tarde para la prueba de hoy.– Saaid está más amable que cuando quiere que le haga un favor.

De muy mala gana me levanté y me fui a duchar, afortunadamente estaba vacío, así que no tenía que preocuparme por ver los peludos traseros de los chicos. Después de esa ducha me vestí y llegué a la habitación, y ahí estaba Saaid, limpiando como si fuera Cenicienta. Esto ya sobrepasaba los límites de lo raro, era perturbador.

—Hermanito ¿Te sientes bien? Estás actuando muy raro.– le toque la frente para comprobar que no tenía fiebre, pero estaba bien, incluso más que bien.– Esto sonara aún más extraño pero... ¿Qué es lo quieres que haga por ti?

—Nada.– respondió con una muy inusual sonrisa.

—¿Nada?

Internado Jamón |S.I #1| COMPLETA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora