Yo no te debo nada

211 22 2
                                    

—¿Ya terminaste?— me preguntó Amy apuntando a una caja frente a mis pies.

Respondí afirmativamente con un movimiento de cabeza. Desde que regresé de mi no tan amable encuentro limité mis palabras en cuanto logré calmarme. Probablemente aun se encontraban restos de tristeza húmeda en mis ojos, pero quizá Amy pensaba que era parte de mi cansancio y desvelo. O tal vez no quiere iniciar una conversación incómoda.

Mi teléfono no había dejado de vibrar anunciando mensajes de Oliver. La mayoría no necesitaba respuesta alguna, yo solo me dedicaba a demostrar mi presencia con algún emoticón o una imagen que sirviera de triste excusa para una conversación monosílaba. 

La conversación con Jason me había dejado sumamente irritado. Necesitaba calmarme o terminaría siendo grosero con la primera persona que me dirija la palabra. Después del incidente del baño no lo había visto, supongo que le dejé en claro que no tenía humor para platicar. Me sentí tranquilo sabiendo que no tenía modo de contactarme ya que como él me había recordado, lo bloqueé de toda red social y cambié mi numero desde que nos separamos.

Cerré la caja que tenía frente a mi y doblé los manteles tratando de encontrar una pizca de paz mental. Quería llorar muy fuerte, y apenas era el primer día de la convención. Toda la semana sería la misma rutina de levantarme, tomar el autobús y venir a fingir una buena actitud. Jason había arruinado este sitio también. Todo era su culpa.

—Hola aventureros del bajo mundo— giré la cabeza lo más rápido que pude cuando escuché la voz de Oliver. —¿Cómo les fue?

Me levanté de la silla de un salto y lo abracé del cuello. Se tambaleó un poco tratando de mantener el equilibrio. Me sentía aliviado de tenerlo de nuevo conmigo, no me había dado cuenta de lo aterradora que me resultaba la presencia de Jason. Enterré mi cabeza en su pecho dejando que el olor a su loción me hiciera olvidarme de todo lo ocurrido.

Sentí sus cálidos brazos apretar mi cintura y pude escuchar que reía suavemente. Quería quedarme ahí para siempre.

—Fue un día pesado,  eso explica la actitud cariñosa —respondió Amy refiriéndose a mi. 

—¿Algo que pueda hacer para ayudar?— preguntó Oliver, movió un poco de cabello para despejar mi frente y me plantó un sonoro beso. 

Me separé de él para dejarlo ayudar con las pocas cosas que nos faltaban. La presencia de Oliver me hizo olvidarme parcialmente de ese incómodo intercambio con Jason. Lo que quería era largarme cuanto antes de ese lugar. Espero que los siguientes días de convención pasen rápido.

A lo que podía observar, Amy y Oliver se estaban llevando bastante bien para haber compartido menos de 50 palabras en todo el día. Eso me tranquilizaba, ya que desde que Jason había salido de mi vida, ella era algo selectiva, por no decir, muy cruel con cualquiera de mis otros ligues. Estaba agradecido que él se estuviera ganando todos los buenos puntos.

Terminé ignorando por completo la conversación entre ellos dos, enfocándome en mi estrategia para los siguientes días. Llegando a casa haría un inventario de todo lo vendido y al final de la semana repartiríamos las ganancias.

"Quería una oportunidad de hablar contigo."

Mi corazón latió con pesadez al recordar esas palabras. Apreté mi mandíbula haciendo rechinar mis dientes. No teníamos nada de qué hablar.

"Después de ese día no supe nada de ti"

No quería que me volviera a encontrar. Quería desaparecer por su culpa. ¿Por qué tenía que mencionar la fiesta de Charly? Si tuviera que enumerar, ese sería sin dudarlo, el peor error que he cometido en mi corta vida.

Historia de un AdolescenteWhere stories live. Discover now