Capítulo 52

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—¿No tienes que ir a trabajar? —Darren preguntó

—¿Tú no tienes que ir al colegio?

—Touché...

—Vamos a sentarnos... —Frank ofreció, era alto pero no tanto como Darren y ahora Darren había crecido mucho más, pero aún así su padre tenía una personalidad tan imponente que todos lo obedecían y se sentían inferiores a él, sus ojos de un verde más claro que los de Darren eran  más intensos y expresivos que los del alma joven de su hijo. Darren lo imaginó en acción cazando, se dio cuenta que su padre era musculoso pero nunca lo había notado porque siempre usaba trajes elegantes.

Y su madre, por otra parte era de estatura baja, y ojos casi tan oscuros que parecían negros, su cabello corto se le veía mejor que cuando lo tenía largo hacía un año, pero sea como sea su madre era hermosa, pero Darren al verlos juntos se percató que Liselle se parecía a su padre, mientras que Darren se parecían más a su madre excepto por los ojos verdes y las facciones varoniles. Y sin embargo había similitudes entre él y Liselle, le pareció fascinante cómo la mezcla de ADN logre tanto; incluyendo transmitir la licantropía, pero eso es asunto muy aparte.

—Háblanos claramente —pidió su madre

Darren creyó que era hora de decirles la verdad a sus padres sin omitir detalle.

Nikki iba en silencio durante el recorrido del hospital a su casa, Adam había pedido el día libre para hacerse cargo de ella y atenderla. Ella miraba su brazo, se preguntó si la gente haría fila para firmar su yeso o harían todo lo contrario, que era lo más probable, ya que aún era la chica nueva y el único amigo que pensó que había ganado cree que es una traicionera embaucadora.

—¿Adam? —Nikki llamó su atención con voz ronca debido a que hacía tiempo que no la había usado

—¿Que pasa? —Adam preguntó mirándola por el espejo retrovisor, Regina se giró para ver a su hija, a ambos les pareció extraño que Nikki llamara a Adam por su nombre, normalmente lo hacía cuando estaba molesta, y eso era cuando la obligaban a comer carne— ¿te duele algo?

—¿Le implantaste a Darren el corazón de Tyler?

Regina contorsionó su rostro, ella tampoco sabía una palabra de eso y miró a su esposo, ambas mujeres fulminándolo con la mirada.

*

Darren se dio cuenta que no tenía nada más que decir, resumió todo rápidamente, y todo se quedó en silencio, notó las manos de su madre temblando y aunque su rostro era como el de una piedra, igual que siempre, sabía que por dentro estaba totalmente alterada, Frank la tomó de la mano pero él si se veía muy molesto

—Hey... no se preocupen, estoy aprendiendo a controlarlo

—Controlarlo requiere meses, a veces años... no puedes quedarte así...

—¿Y que harás? ¿extraerme el corazón? mi sangre ya está contaminada, y ya no estoy enfermo, ya no podrán pedir otro corazón

—Esto no se va a quedar así... —Frank se levantó y les dio la espalda

—No hay nada que podamos hacer papá

—No luchamos toda la vida para que estuvieras saludable para terminar así... me niego a aceptarlo. NO puedes ser un hombre lobo

Darren se preguntó si éste sería el momento en que su padre le daría a escoger entre la opción de suicidarse o irse de la casa y de la familia. Pero no estaba preparado

—Disculpen, ya se me hizo tarde para ir por Liselle al colegio —dijo Samantha con voz baja

—necesito aire yo iré... —Darren escuchó su propia voz temblar al final de la oración y sentía el nudo en su garganta, tomó la correa de Harrison y la enganchó al collar de su perro, salieron ambos de la casa lo más rápido posible.

Darren no tenía la fuerza emocional para caminar, estuvo cerca de tumbarse en la pared y sentarse en el suelo unos segundos y llorar, pero al parecer Harrison tenía prisa y casi lo arrastró.

*

Nikki ya se había cansado de discutir con su padrastro, y hasta que él confesó las últimas palabras de Tyler al morir, ella dejó de discutir y aseguró que debía ir a ver a Darren, sin imaginarse que Adam aún le ocultó algo.

Ella deseaba poder ir a casa de Darren en su bicicleta pero no podría sostenerse con el brazo enyesado, entonces se fue caminando, ya no corría peligro, supuso, ahora que la manada hostil sabía que ella no era licántropa ya no la querrían, y la manada había reducido considerablemente desde la última batalla, o eso le dijo Mike cuando salió del hospital y le aseguró que le disparó. Ya se sentía segura, casi parecía un final feliz, excepto que Darren tenía que saber que ella no tenía la culpa y que lo sentía en nombre de su padre, pero tenía que escuchar esa noticia.

Tocó el timbre de la casa de la familia Armstrong. Abrió Samantha para suerte de Nikki, si hubiera abierto Frank...

—¿está Darren? —Nikki preguntó

Samantha miró hacia dentro a su casa y entrecerró la puerta de manera que no pueda escucharla su esposo adentro ni ver a Nikki

—No —No quiso escucharse grosera pero lo hizo

—¿sabe a donde fue? ¿tardará mucho?

—No, será mejor que te vayas... y ya no lo busques más...

—Señora Armstrong por favor —Nikki se sentía nerviosa de rogarle o de dirigirle palabra a Samantha, la mujer tenía una mirada intensa y era de esas personas que se arreglaban ostentosamente incluso en un día de campo, a pesar de verse claramente irritada se veía hermosa, Nikki spudo ver el parecido entre ella y Darren, aún así le provocaba miedo a Nikki pero lo apartó— necesito hablar con él es urgente, dígale que lo siento mucho, no quiero perder su amistad... lo siento mucho, yo no tuve la culpa de nada

Aunque Samantha estaba molesta sabía que tal vez Nikki no tenía la culpa de nada, según Darren les dijo, ella no sabía de los hombres lobo hasta que fue atacada, notó sinceridad en su voz y sintió un poco de lástima al verla con el brazo enyesado y la gasa pegada en su frente. Casi sintió el deseo de decirle dónde encontrar a Darren.

—¿Quién está en la puerta Samantha? —Frank preguntó y se escucharon pasos detrás de la madre de Darren, Samantha cambió su expresión, tenía miedo de que su esposo llegara, pero no pudo decirle nada a Nikki y Frank ya estaba en la puerta mirando con recelo a Nikki pero antes de que pudiera decirle algo el teléfono de su casa comenzó a sonar.

*

Darren estaba tan inmerso en sus pensamientos que no notó a la gente caminando apresuradas para alejarse de ahí hasta que uno de ellos chocó con él, sólo se miraron ambos, el señor tenía a su pequeña hija de 7 años de su brazo, ninguno dijo nada y se alejó, Darren con el ceño fruncido desvió la vista y vio a todos correr hacia el sentido contrario donde él estaba protegiendo a sus hijos, fue entonces cuando él comenzó a correr preocupado.

Con su nuevo sentido del olfato desarrollado rastreó el olor de su hermana, por alguna razón su olor era muy fuerte y puro, alarmó a Darren y comenzó a empujar a toda persona que se atravesara, vio un tumulto de gente y corrió hacia allá, midiendo su fuerza empujaba ligeramente a la gente para hacerse espacio, su respiración era rápida, y sentía un puñal atravesar su corazón, tenía un mal presentimiento de todo esto.

*

—Samantha... debemos salir —Frank regresó después de atender el teléfono con su abrigo y el de su esposa en mano, su rostro había palidecido desde que Nikki y su esposa lo vieron entrar para contestar el teléfono

—¿Que pasa? —Samantha preguntó mientras observaba a Frank cerrar nerviosamente con llave la puerta de su casa

—debemos irnos —las manos de Frank temblaban igual que su voz; no le dirigió ni una sola mirada más a Nikki mientras se subían a su camioneta y arrancaba forzando la marcha del auto para irse rápido.

Cuando Darren llegó hasta en frente de la multitud donde los policías evitaban que la gente atravesara el área del crimen, vio al comisario hablando por teléfono en cuclillas junto a un cuerpo, un cuerpo de una niña de 9 años, con el rostro blanco lleno de pecas, y su cabello castaño que Darren conocía como la palma de su mano.

Liselle.

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El Corazón del Hombre LoboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora