17-10-2016

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   Hola, patético diario. ¿Qué te puedo decir del día de hoy? ¿Dylan? Le he estado evitando todo el día. ¿Lauren? Hemos hablado acerca del susodicho, solo te diré que no dijimos cosas precisamente bonitas sobre él. ¿Karla? Esa idiota no me importa, se ha metido conmigo como muchas otras veces. ¿Matilde? Sí, nuestra profesora y tutora. Bueno, nos ha dado grandes noticias para dentro de unos días. 

¿Sabes lo que se siente cuando estás aburrida, lamentando tu mera existencia y quejándote de todo aquello habido y por haber? Y, justo en ese momento en el que crees que todo va a ir a peor, te dan una noticia maravillosa. Sí, es glorioso. Pues eso fue lo que ocurrió hoy. Matilde entró al aula con una sonrisa en el rostro, portando en la mano una libreta y en la otra su bolso de estilo clásico que solo le da ese toque de señora mayor elegante. Nos miró y, en el momento en el que las palabras dejaron sus labios, creo que a la mayoría nos costó muchísimo trabajo retener las ganas de gritar un fuerte "¡Aleluya!". Y tú te preguntarás qué cosa tan impresionante nos habrá tenido que decir para emocionarnos de esa forma. Pues...







   ¡Una excursión! Tenemos una excursión prevista para el viernes veinte de octubre, con destino a un campamento en medio de una montaña... Sí, lo sé, suena bastante peligroso. Es decir, alguien podría intentar matarnos y nadie se enteraría. En fin, no voy a dejar que mis paranoias me impidan disfrutar esta oportunidad de... ¿Cómo dijo Matilde? ¿Sincronizarnos con la naturaleza? Vete a saber, a veces pienso que esa señora no está muy cuerda. 

   Cuando lleguemos al campamento nos asignarán un cuarto a cada uno. Los chicos en una cabaña y las chicas en otra. Cada cuarto consta de cuatro camas, así que tendremos que dividirnos en grupos con ese número de integrantes, solo espero poder estar con Lauren y en una habitación bien lejos de Karla, no quisiera que mi excursión se viera negativamente afectada por culpa de esa hija de su madre. Nuestra profesora nos dejó en claro que, ante el más mínimo problema, sería ella quien organizaría los cuartos. ¡No puedo dejar que se encargue de nuestra distribución! Es decir, seguro que separaría a Karla de sus amiguitas para que no montaran jaleo, a Lauren y a mí para que no habláramos y a Blair y Rubi las pondría cerca de su habitación para poder vigilar para que:

   A) Blair no pueda acosarnos al resto.

   B) Rubi no pueda escaparse para ir al bosque a practicar algún rollo extraño como la magia negra.

   "¿Con quién nos ponemos?" me preguntó mi energética amiga, tras que nuestra clase recibiera la noticia.

   "Eum... No lo sé, ¿qué tienes en mente" le respondí, rezando porque pronunciara cualquier nombre menos el de Karla.

   "Podríamos ponernos con Rubi, no es mala chica. Además, seguro que está libre y la profesora nos agradecerá por incluirla al grupo".

   "Suena bien" asentí con una sonrisa, ya sé a qué otra persona invitar a estar con nosotras. "¿Te parece bien si también hablamos con Blair?" cuestioné.

   "¿La loca? ¿Por qué quieres estar con ella?" pegunto Lauren atónita.

   "Porque le debo una. Es una gran chica en verdad. Piénsalo, si le presentamos a Matilde un sobre con nuestros cuatro nombres como compañeras de habitación, junto a unos caramelitos de menta, quizá aunque el resto de la clase tenga problemas a nosotras nos deja tal cual. Nos libraríamos de Karla y sus amigas" expliqué orgullosa de mí misma.

   Lauren comenzó a reír, hasta tuvo que tapar su boca con ambas manos para no recibir una bronca por parte de nuestra tutora. 

   "Oh, me gusta cuando eres mala. ¿Así que tu plan es sobornar a Matilde?" dijo entre risitas, tratando de no llamar la atención y pasar desapercibidas entre el bullicio que se había formado en la clase.

   "Exacto, pero tendremos que ser silenciosas".

   "¿Tú? ¿Silenciosa? Me lo creeré cuando lo vea" dijo divertida, antes de pellizcar suavemente mi nariz. "Y lo más importante es conseguir que Rubi y Blair acepten, no des las cosas por hecho antes de que ocurran, pequeño saltamontes".

   "Sabio consejo, mi sensei". 

   Ambas nos dedicamos un saludo al estilo oriental. En medio de nuestra conversación, una tercera persona se nos unió. Notamos la presencia a nuestro lado, así que nos giramos para toparnos con una muy sonriente Blair. Su sonrisa en un principio dio miedo, mostrándonos todos sus dientes, pero luego vi el brillo de sus ojos y no pude evitar contagiarme. Blair es una chica muy alegre, y esa felicidad que desborda es muy fácil de contraer.

   "Sensei, saltamontes, tengo buenas noticias" anunció. La vi sujetar la silla tras ella, girarla y sentarse en ella, sin tomar en cuenta de quién podría ser. "Ya hablé con Rubi y está de acuerdo, también se lo comenté a Matilde. Estamos en la última habitación, al lado del balcón con terraza y vistas al campamento. Le dije también que teníamos ciertos problemas con Karla y su grupo, así que me aseguró que a habitación de ellas sería la más cercana a la suya y a la de la tutora del A, Mercedes. ¿No estáis felices?" quiso saber.

   Tanto Lauren como yo nos quedamos calladas, observando a estar chica. ¿Qué había sido todo aquello? Ella realmente nos espió mientras hablábamos y llevó todo a cabo sin preguntarnos. Blair realmente se toma la justicia por su mano, del mismo modo que toma decisiones que afectan a un grupo en común sin su consentimiento. En fin, tampoco me puedo quejar, nos consiguió un buen alojamiento y convenció a Rubi. Creo que hasta le debo las gracias.

   Estábamos a punto de celebrar con Blair cuando cierto pequeño estruendo se escuchó. Ok, solo sé que rodé mi vista hasta hallar a Kendal en el suelo. Blair le había cogido la silla a él sin darse cuenta y, por lo visto él no se enteró.

   "Oops... Perdona, Kendal" dijo ella, sin perder su sonrisa. "Toma tu silla" dijo levantándose para después ofrecérsela. 

   "Déjame en paz, psicópata" le respondió él fríamente. Se levantó y le dio la espalda, escuchando de fondo las risas de Dylan y sus amigos. 

   "Awww, ¿te hiciste daño, Kendal?" rió Dylan, creo que cada día lo odio más. Pero estaba tan guapo con su pelo cayendo a los lados de su perfecto y definido rostro... No, Marta, no.

   Kendal lo ignoró, volviendo a su correspondiente asiento, en aquella esquina de la clase. Connor hizo ademán de seguirlo pero él le lanzó una mirada de no-es-momento-ni-lo-será-luego que él comprendió como si pudieran hablar telepáticamente. Luego, Kendal miró con desprecio a Dylan y los suyos para a continuación, mirar igual a Blair. Ella solo atinó a sonreírle a modo de disculpa, pero me da que con ese chico ni siquiera la sonrisa más cálida de Blair puede tener alguna reacción.

   El resto del día fue bastante bien. Blair estuvo con Lauren y conmigo y, sinceramente, aprendí muchas cosas de ella que antes no sabía como que estudiaba español en una academia fuera del colegio o que por un tiempo tuvo un pequeño crush con Axel, el ecologista de la clase. Descubrí que es una chica bastante risueña y que realmente te lo puedes pasar en grande con ella, a la vez que puede llegar a ser muy profunda. Otra cosa increíble de Blair es que puede llegar hasta ser realmente empática y se mete bajo tu piel con gran facilidad. Fue de ese modo como consiguió que Rubi se nos uniera a la hora del almuerzo en el comedor, donde los disparates no paraban de salir de nuestras bocas al igual que nuestras blancas sonrisas. 

   Ahora estoy en el coche con mis padres, de camino a casa. Me estoy empezando a marear con tanta curva, así que mejor dejo ya de escribir. ¡Hasta la próxima, diario!

 ¡Hasta la próxima, diario!

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Diario de una torpeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora