10-10-2017

155 19 4
                                    

Oh. Dios. Mío. No me puedo creer aún todo lo que pasó ayer. ¡No me lo creo! Hoy he evitado ante todo mirar a Connor a la cara. ¡No podía hacerlo después de lo de anoche!
Verás, diario, Connor vino como habíamos acordado. Nos sentamos en el salón de mi casa y empezamos a repasar los ejercicios. Estábamos haciendo actividades de física, y me acordé de mi compañero para el trabajo. ¡Me sonrojé sin querer! Pero, creo que Connor notó aquello, porque se me quedó mirando. Debió pensar que me había puesto colorada... ¡Por él! Madre mía, que vergüenza.

"¿Por qué te sonrojas?" Me preguntó él. "No sabía nada acerca de que reaccionabas de esa manera conmigo." Añadió y comenzó a eliminar el espacio que nos separaba, y mira que ya estábamos cerca.

Me puse MUY nerviosa, y él también lo notó. ¡Maldito Connor!

"No, te equivocas. Estaba pensando en otra cosa..." Dije sin mencionar al amor de mi vida.

"¿Qué cosa?" Insistió.

"En... Bueno, en alguien." Admití.

"¿En mí? Puedes decírmelo, Marta." Dijo mientras se acercaba más.

"..."

No sabía qué hacer, se estaba acercando muchísimo. ¡Oh, vaya!

"Pienso en Dylan, no en ti." Dije en un tono un tanto frío.

Él se me quedó mirando un momento. Nuestros rostros estaban MUY cerca. Su mirada se había apagado, y creo que ya sé por qué. Si le menciono a Dylan, parece deprimirse. ¡Seguro que hay una historia detrás! A lo mejor fueron enemigos de la infancia que no se soportaban. O quizás eran muy amigos hasta que uno traicionó al otro. O tal vez, simplemente, no se soportan. Bueno, en todo caso, no soy una cotilla por lo que no me voy a meter en donde no me llaman.

"¿Estás segura?" Preguntó una vez más él.

"Sí, totalmente segura."

"Quizás yo pueda hacerte cambiar de opinión."

Y dicho esto, me rodeó la cintura con un brazo y unió nuestras frentes con delicadeza. Podía sentir su respiración chocar con la mía.
Un extraño calor comenzó a inundar mi cuerpo de pies a cabeza, acompañado de un cosquilleo que me dejaba intranquila. Creo que podría haber vomitado allí mismo. Pero no por Connor, sino porque estaba TAN nerviosa que empezaba a sudar y todo.

"Te noto tensa, Marta." Me susurró al oído.

"Tonterías, estoy perfectamente."

"Eso quiere decir que, ¿no te incomoda mi presencia? Sobretodo tan cerca de ti."

Me lo pensé detenidamente. Es decir, ¡claro que ne incomodaba! Pero tampoco me molestaba que alguien estuviera tratando de captar mi atención...

"No, no me incomoda." Respondí al final.

Ojalá no hubiera dicho eso...

"Pero te lo has pensado." Volvió a susurrárme mientras se acercaba aún más.

"Tengo por costumbre pensar antes de hablar, a ti no te vendría mal probarlo." Respondí susurrando también... ¿Por qué susurraba?

Dejándome llevar, le rodeé el cuello con los brazos y le deje acercarse todavía más. Creo que llevaba tanto tiempo detrás de Dylan sin que él mostrara ninguna señal de que le importara, que estaba deseando que cualquiera hiciera el papel de mi príncipe azul. Aunque la escena no fuera como en un cuento de hadas, en un bosque mágico y con luciérnagas sobrevolando nuestras cabezas, tenía su toque especial. Era la primera vez que estaba tan cerca de un chico que no fuera parte de mi familia. Y creo que el estar pensando en todas estas cosas hizo que me pusiera aún más nerviosa.

"Relájate, Marta." Me volvió a susurrar mientras me acariciaba la cintura.

No dije nada, tan solo me quedé mirándolo a los ojos mientras él me miraba a mi.
Yo también puse de mi parte y me acerqué hacia él. Quería sentirme especial por una vez en mi vida.
Connor se inclinó levemente y nuestros labios se rozaron. Me quedé petrificada, acababa de darme cuenta de que aquel iba a ser nada más y nada menos que... ¡Mi primer beso!
No le correspondí al roce, porque estaba aún en shock. Él, por suerte, notó que la causa de que no le correspondiera no era que no quisiera, sino que no me atrevía.
De inmediato, comenzó a convertir aquel leve encuentro entre nuestros labios en un beso con todas las de la ley, intensificándolo cada vez más.
¿Te estás preguntando si le correspondí? ¡Pues claro que sí! ¿Cómo no iba a hacerlo? Estaba en otro mundo para entonces. ¡Se me hacía imposible resistirme! Correspondí aportando un poco al acto de mi parte.
Cuando nos separamos, Connor me sonreía ampliamente. Yo estaba AÚN más nerviosa que antes.

"Me encanta el sabor de tus labios." Me susurró. "¿Me dejas volver a probarlos?"

No dije nada. Simplemente me quedé mirándolo en silencio.
Él estaba a punto de volverme a besar cuando alguien irrumpió en el salón. ¡Madre mía, ahora sí que estaba nerviosa!

"Ey, chicos. ¿Qué tal lleváis los problemas de física?" Preguntó... ¡¿Mi padre?!

Llevaba un delantal de mamá puesto, un gorro de chef que se había comprado en los grandes almacenes y una bandeja con galletas recién hechas en la mano. Y estaba allí, detrás del sofá donde nosotros estábamos sentados. Mirándonos. ¡Y nos acabábamos de besar! Pero qué vergüenza...

"Sí, vamos bastante bien, señor Wilson." Respondió tranquilamente Connor.

"Bueno, aquí os dejo unas galletas por si os entra hambre. Así coméis algo y evitais comeros el uno al otro." Dijo con una sonrisa mi padre.

Oh, no me puedo creer que aquello estuviera pasando de verdad...
Mi padre se marchó y me volví a quedar sola con Connor. Él ya tenía en la mano una de las galletas. Se me acercó al oído para decirme algo.

"Que pena, a mi me valían las dos cosas." Me susurró haciendo referencia a lo que había dicho mi padre.

¡AAAAAAAH! ¡No me lo puedo creer! No voy a volver a invitar a Connor a mi casa para nada. ¡Ni siquiera con mis padres se corta un pelo! Maldito Connor Hunter...

 ¡Ni siquiera con mis padres se corta un pelo! Maldito Connor Hunter

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Diario de una torpeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora