"esto no parece tener fin" me dijo Ciela en mi cabeza. Paré un momento para observar el panorama que se estaba desarrollando. Miles de Negas que estaban esparcidos por la zona cambiaban su ruta y se dirigían hacia mi posición.

-¿que diantres está ocurriendo aquí?- dije antes de que un nega se abalanzase hacia mi. 

-Esto se esta poniendo cada vez mas interesante- dijo Ciela, mientras hacia que la espada se iluminase mas- ¿confías en mi?- me preguntó mientras esquivaba ataques

Pude ver como, des de mi interior, Ciela estaba a mi lado, ofreciendome su mano. Fue en el momento en que se la estreché que me vi envuelto de un aura de color azul claro. Pude sentir la magia extendiéndose por todo mi cuerpo. Fue el momento en que decidí en lanzar una bola de fuego cuando me di cuenta de lo que estaba sucediendo.  La potencia me empujó hacia atrás varios metros, provocando una gran explosión en la zona a la que la había tirado. Me quedé pasmado ante esa intensidad de magia. Pero aun así, seguían viniendo negas por todos los sitios. Tras ver lo que sucedía con la magia de fuego, conjuré una magia eléctrica. Miles de rayos cayeron alrededor mio, dejando un campo llano. No podía creer que todo ese poder proviniera de mi. Pero entonces sentí un fuerte dolor en mi pecho.

-Noto que tu cuerpo empieza a desvariar, Kalen- me dijo Ciela preocupada- tenemos que salir de aquí lo mas antes posible

Pude ver una vía detrás del caos que forme tras la ultima explosión y el campo de hielo. Corrí lo mas rápido que pude, soportando el fuerte dolor que sentía en mi pecho que, a medida que avanzaba, se iba calmando poco a poco. Sin embargo sabia que si lanzaba un hechizo mas algo malo iba a ocurrir. Parecía que había escapado, pero apareció un gigante delante de mi. Detrás de mi, los negas iban rodeándome poco a poco hasta llegar a acorralarme junto al gigante. Luché contra los otros que me rodeaban, matando a todos los que podía pero volvía estar en la misma situación que antes. No me quedó otra alternativa que lanzar otro hechizo de fuego. Volví a ser empujado hacia atrás por la explosión que ocasioné. Pude eliminar al gigante y a una buena cantidad de negas pequeños pero, tras volver a ponerme en pie, volví a sentir ese dolor en el pecho. Mi boca expulsó una buena cantidad de sangre. Intenté mantenerme en pié con la espada mientras veía como volvían a rodearme. Noté que el dolor iba desapareciendo poco a poco hasta volver a restablecerme lo suficiente para mantenerme en pie. 

-Esto no es bueno- dijo Ciela des de mi interior- si volvemos a utilizar magia de nuevo, quizás tu...

-Lo se- dije en voz alta- pero tengo que escapar de aquí. 

De pronto me vi envuelto en una lluvia de flechas, lanzadas por todos los negas que me habían vuelto a rodear. EN ese momento no pude reaccionar a tiempo, pero Ciela volvió a su forma humana y me rodeó con su escudo. La lluvia de flechas no cesaba, resquebrajando poco a poco el escudo que Ciela había creado. 

-No podré agunatar mucho mas...- me dijo Ciela resistiendo todo lo que podia.

Sabia que no había otra alternativa que volver a utilizar otra magia y rezar para que, esta vez, si haya una vía de escape. Ciela me miró preocupada, diciéndome que no lo haga. Pero era la única forma de salir de allí. Estuve a punto de lanzar otro hechizo cuando, de repente, alguien cayó de cielo 

-Edad de hielo- fue lo que oí antes de que todo se volviera de color blanco. EL ataque cesó. Cuando aquella niebla se disipó, pude ver todo bajo una capa de hielo: tanto gigantes como negas pequeños quedaron atrapados bajo una capa de hielo.

-Espero no haber llegado tarde- me dijo Carl, quitándose la mascara- vamos, no tenemos mucho tiempo. Tenemos que ir al subterráneo 7 

En ese preciso instante pude comprender por qué era uno de los que formaban parte de los Dawn Reaper. No dude ni un instante en seguirlo. Ciela volvió a su estado de arma para poder avanzar mas rápidamente. 

-¿Des de cuando tu...?- pregunté aun asombrado de lo que acababa de ver

-Es largo de explicar. Se que en tu ciudad casi me destroza aquel enclenque pero te lo explicaré cuando hayamos salido de este caos

Otro terremoto sacudió la zona. Unas paredes de acero se estaban levantando poco a poco, cerrando el paso a muchos negas

-Veo que ya casi todo el mundo esta abajo. Tenemos que darnos prisa- dijo Carl mientras aumentaba la velocidad. 


Las zonas comunes estaban vacías. Incluso los pasillos que antes estaba traficado por guardias estaba desértico en aquel momento. 

-¿ya estáis todos?- preguntó Carl por una radio que tenia colgado en su cinturón

-"A excepción de los que han caído"- dijo Galio al otro lado de la radio

-Esta bien, ahora me encontraré con vosotros- contestó Carl cortando la comunicación

Llegamos a una sala con unas grandes puertas de metal abiertas, que conducían a un túnel con antorchas encendidas. Según Carl, nos íbamos a encontrar al otro lado del túnel. Pero, cuando íbamos a cruzar la puerta, una sombra nos adelantó y nos golpeó a Carl y a mi por sorpresa, alejándonos del túnel. Cuando me levanté, vi a Carl inconsciente en el suelo. Un encapuchado, como los del barco, se puso delante de la puerta mientras nos observaba. Al cabo de unos segundos, comenzó a dirigirse hacia mi. No dude ni un instante en coger mi espada para atacarlo, acto al que él también respondió invocando su propia Blade Soul para detener mi ataque. Fue algo extraño, pero pude ver como su cuerpo se rodeaba de un aura  de un color verde intenso. Después de intercambiar varios golpes, pude ver una pequeña brecha que decidí aprovechar. Mandé a volar su espada a la otra punta de la sala. Estuve a punto de atravesar su cuerpo con mi espada cuando de repente, sentí como algo me empujaba hacia atrás. Di unas vueltas de campana antes de poder chocar con la pared. Cuando me levanté, pude ver al encapuchado, acompañado de una chica. 

-Es imposible... el estaba solo cuando llegó aqui

-Esto no me gusta...- me dijo Ciela des de mi interior- eso de ahí es...

De pronto, la chica que se había puesto delante del encapuchado para protegerlo, desapareció y volvió a aparecer su arma otra vez en sus manos. Aun podía seguir viendo el aura de color rojo envolviendo al encapuchado

-Quien eres?- pregunté, pero no hubo respuesta. EL encapuchado me seguía mirando, analizándome de arriba a abajo. 

-Ya veo- dijo finalmente. Su voz era seguramente la de un joven, algo mayor que yo, pero no parecía tener mucha edad- así que eres tu quien provocó todo aquel desastre en el barco

-¿ Y que con eso?- dije en posición de ataque- ¿tu también eres un Vacuo?

Me siguió mirando hasta que finalmente soltó una pequeña risa entre dientes

-Si es así... no me contendré ni un poco. Muéstrame tus fauces... 

Final Wolf


En el límite del bien y el malDonde viven las historias. Descúbrelo ahora