Hi, S T R Δ Π G Σ R

Δ ⅩⅡ Δ

Era el día siguiente, Bill estaba tranquilo esperando a Candy en la entrada de la cabaña.

–Disculpa –escucha una voz atrás de él–, ¿no te molesta si te acompaño?

–Claro, Dipper –le responde con una sonrisa.

Se veía el atardecer, Bill se apoyaba en uno de los pilares de madera y miraba a Dipper cómo se le acercaba hasta sentarse en uno de los escalones, a lo que él se le une y suelta un suspiro. «No sé estaré haciendo lo correcto» comenta a Pines.

–¿Es por la cita con Candy?

–Si, tal vez tengas razón –responde– y de verdad no la quiero ilusionar pero es que no quería hacerla sentir mal con un "no" sino se iba a sentir triste, mejor hoy le diré cuando finalice todo que la prefiero como una amiga y listo.

–Es mejor porque sino sientes lo mismo por ella puede armarse un escándalo. Espero que lo puedas hacer, no como mi hermana que el tipo hasta casi me mata.

Ambos se ríen, él realmente disfrutaba la compañía de Dipper, y lo sabía y era la razón por la que tenía miedo. Hubo un silencio, no incómodo, los dos cruzaron miradas en un momento. Bill lo miraba, no sabía qué sentía exactamente pero había encontrado justo lo que buscaba en la mirada de Pines, se fue acercando poco a poco a él.

–¿Bill? –pregunta Dipper, al sentirlo más cerca– N-no creo que sea el momento indicado.

A lo lejos escucharon pasos y se separaron en un instante, Bill vió a Candy con un vestido, maquillada y por lo visto una de sus amigas la maquilló. Bill se pone nervioso y a la hora de levantarse Dipper se va a parar también y ambos sus manos se apoyaron en la misma ubicación del escalón que llegaron a juntar sus manos que a la hora de estar de pie las separan inmediatamente, los dos terminan sonrojados. Candy mal interpreta pensando que estaban asombrados de ella, «parece que le gusto también» piensa ella.

–Te ves bien, Candy. ¿Vamos?

–Claro que si, Bill –sonríe y abraza un brazo de Bill sin que él lo esperaba, poniéndolo más tenso y nervioso.

Ya en el restaurante, él fue caballeroso y amable con ella, ambos la pasaron bien, se rieron, se divirtieron.  Aún así él no sentía nada por ella y él por rara vez se lamentaba por ella, como si el hecho de conocer más a Pino lo hubiera hecho más humano, mejor dicho, más sensible.
Ella tan solo lo seguía mirando con los mismos ojos enamoradizos, y en el momento en que él la fue a dejar a casa ella antes de entrar se le acerca.

–Oye, estaba pensando... encuentro que esto salió bien y se me ocurrió que tal vez podríamos repetirlo –comenta acercándoselo.

–Ah... Candy –intenta decirle Bill pero ella no lo escucha.

–Y tal vez en un lugar diferente o más cerrado en que podamos estar solamente los dos –lo abraza por los hombros e intenta besarlo –, y...

–¡Candy! –la detiene– Mira, sé que temía ilusionarte pero esta cita la acepté para ver si podría gustar de ti pero lo siento... siento que esto va rápido y te quiero como una amiga, Candy. Lo siento.

Ella suspira triste y se aleja de él. «Lo entiendo, Bill. Buenas noches» dicho esto entra a su casa. Él no dice nada y retorna a la cabaña. Cuando llega tan solo le cuenta a Dipper, por lo visto había salido todo bien pero algo que él sabía más que Pino era lo que sentía por Dipper y sabía que no sería fácil. Y sabía que esa noche era la última para poder decidir el Raromagedón o a Dipper.

Antes de ir a dormir, Dipper suele ir a la lavarse los dientes caminando por el dormitorio y luego vuelve al baño y termina, mientras que Bill suele quedarse en el baño y lavarse los dientes con calma. Pues en el momento en que Pines vuelve al baño estaba Cipher, al terminar ambos el extranjero en casa se resbala en piso ya que por andar inquieto Pines no se dio cuenta que un poco de baba cayó en el piso, y como estaba al frente de Bill, cayeron como piezas de dominó. Él sabía que iba a caer de espaldas y se golpearía en la cabeza, así que puso su mano por debajo de la cabeza de Pines, y la otra mano por la cadera apegándolo más a su cuerpo.  Al caer el plan había funcionando y el impacto no le había dolido tanto y menos en la cabeza, ambos quedaron con los rostros muy cerca, las narices rozaban, Dipper había abiertos las piernas al quedando las piernas y cadera de Bill al medio entre las dos piernas de él al caer.

Él lo sentía como en su pesadilla pero esta vez se sentía real, se apoyó de sus rodillas, con cuidado sacó la mano que tenía debajo de la cabeza de Pines y la bajó junto a la otra mano que estaba en la cadera, rodeando el cuerpo del menor, y se empieza a levantar con él con cuidado mientras que Dipper enreda sus piernas en la cadera del ser inmortal y a abrazar rodeando sus brazos por los hombros de Bill. Se dejaron llevar al punto de cerrar los ojos y sentir cada vez más cerca el roce de los labios de cada uno, Dipper subió una mano al cabello de Bill mientras que éste sentía su corazón latir por primera vez y se dejó llevar y lo besó, sentía cómo Dipper correspondía al beso mientras le acariciaba el cabello lentamente. Se sentía bien, él sabía qué quería, él sabía a quién quería pero tenía una leve confusión y discusión en su interior. Por cada segundo que duraba el beso sentía que algo se le iba. Cuando el beso finalizó al separarse vieron a un lado a Mabel, quien veía la escena con tristeza.

–Dipper... tu eras el único que sabía que Bill me sigue gustando y se lo había ocultado a Candy –triste y apunto de llorar.

–Mabel, te lo puedo explicar –dice bajando de a poco de Bill mientras que éste de la nada se empezó a sentir mareado al dejar a Dipper de pie.

–¡No necesito que me lo expliques! –se le resbala una lágrima, gimotea mientras solloza desconsolada– Lo único que desearía es que fuera una pesadilla y que Bill gustara de mi. ¡Tu sabías que él me gusta!

Mabel sale corriendo y Dipper intenta ir tras ella de no ser que ve a Bill a punto de desmayarse que lo guía rápidamente al cuarto y lo recuesta en su cama.

–Quédate aquí, ¿si? Voy a ir tras ella, esto es mi culpa.

–Pero... Dipper –intenta decirle al nombrado.

–Después me dices ahora descansa, te sientes... raramente débil y necesito hablar y solucionar esto con mi hermana.

Dipper sale del cuarto y Bill intenta tomarle el brazo pero ya se sentía débil, raramente débil.