Vanilla boy [2Jae]

¡Jaebum!

La clase de biología por fin había terminado. Todos los estudiantes comenzaron a guardar sus libros y cuadernos para luego correr a la cafetería, era la hora más dura, solo los más valientes conseguían una buena porción de comida. Desafortunadamente Youngjae y Bambam, su mejor amigo, no eran demasiado fuertes, por lo tanto ambos traían la comida desde sus casas.

—¿Qué trajiste hoy Jae?

—Hm...— Bambam vió como Youngjae sacaba una cajita de leche de su mochila.

—¿Otra vez tomando eso? Te vas a enfermar.

—¡Pero amo la leche de vainilla! ¿Quieres un poco?

—¡Soy intolerante a la lactosa Youngjae! Me podría cagar aquí mismo— Youngjae hizo una mueca de asco y posteriormente soltó una gran carcajada.

—También traje espagueti.

—Que horrible combinación, el que se va a cagar es otro al parecer— Youngjae volvió a reír y siguió tomando su leche.

Ambos amaban comer en las escaleras, ahí nadie molestaba, no había ruido y era sorpresivamente muy limpio, después de todo la mayoría de los estudiantes y profesores preferían usar el ascensor.

Bambam sacó de su mochila un trozo de pizza y empezó a comer.

—¿No que estabas a dieta?— Bambam desvió la mirada avergonzado.

—Mañana empiezo.

—Aja...

Ambos rieron y continuaron con su almuerzo. Minutos después una figura bastante familiar y demasiado grande se posó frente a ellos.

—¿Otra vez estás bebiendo eso?

—Hola Yugyeomie.

El menor de todos, aunque irónicamente el más alto, se sentó junto a ellos. Bambam lo miró de reojo y se sonrojó.

—B-buenas Yugyeom.

—Bambam... Buenas.— ahora ambos estaban sonrojados.

Youngjae sabía que algo pasaba entre esos dos, así que se levantó sin llamar la atención para que ambos siguieran en su mundo.

Tomo su cajita de leche y la basura que había dejado a un lado y caminó hasta una maquina expendedora para comprar otra cajita de leche de vainilla. Desafortunadamente quedaba solo una, y aún más desafortunado fue el hecho de que otra persona tomara la cajita de leche que debía ser suya.

—M-mi leche...— dijo en un tono casi inaudible, pero de todos modos esa persona lo escuchó.

—¿Querías esa leche?

—No... O sea sí, pero no importa, mañana volverán a recargar la máquina.— intentó sonreír, pero su semblante triste lo delató.

—Si quieres puedes tenerla.— los ojos de Youngjae se iluminaron.— no tengo tanta hambre hoy.— mentía. La verdad moría de hambre, pero Youngjae le pareció tan adorable que no podía dejarlo ahí con esa mirada de tristeza.

—V-vaya... ¡Muchas gracias!— dió un pequeño saltito y sonrió.— si quieres puedes tener mi sándwich.— ¡Un ángel! Buscó en su mochila hasta finalmente encontrarlo y extendió su brazo.— Por cierto, ¿Cual es tu nombre?

—Soy Jaebum, Im Jaebum.

—Un gusto Jaebum, ¡Soy Choi Youngjae! De verdad estoy muy agradecido, te debo un gran favor.— le sonrió y se giró para volver a las escaleras con sus amigos, dejando a Jaebum totalmente embobado después de ver esa hermosa sonrisa.