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Mis ojos furiosos se deslizaron hacia la mesa en la que se encontraba desayunando Hunter junto a sus amigos. Dylan y Max. Aún no entendía como podían tener esas actitudes hacia alguien que ni siquiera les dirigía la palabra.
Al estar sentada en la mesa que quedaba al lado de la de ellos, podía escuchar alguna que otra broma. Hice un esfuerzo para dejar de mirarlo.
Me concentré en mi desayuno pero inconscientemente desvié la mirada nuevamente hacia su mesa cuando una pelirroja se sentó a su lado. No se oía la conversación pero se la veía hablándole animadamente. Cuando se le acercó peligrosamente a su rostro, rondé lo ojos. Sabía que iba a hacer eso. A penas Hunter notó mi mirada, una pequeña sonrisa apareció en sus labios. No se alejó pero aun así se le notaba que no le prestaba atención a lo que la chica le decía. Cuando sus ojos azules me miraron fijamente, intenté sostenerle la mirada lo más que pude pero dejé de mirarlo cuando sentí mis mejillas arder.
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Éramos bastantes los estudiantes que estábamos esperando al profesor detrás de la puerta. Quise buscar a Luke con la mirada pero lo encontré lejos. Entendí que no se había acercado porque Hunter se había posicionado a mi lado pero aun así lo llame para que se acercara.
Miré la hora en mi reloj y bufé. De un momento a otro Luke desapareció de mi lado con la excusa de que se había olvidado algo en su habitación. Varios estudiantes se sentaron en el suelo a esperar al profesor mientras que otros se alejaron un poco del pasillo. Pensé que era la única que se había quedado cerca de la puerta pero me equivoqué. Hunter seguía a mi lado. No sabía si era porque quería esperar cerca de la puerta o simplemente lo hacía para joder a Luke, que se alejaba de mí cada vez que él estaba cerca.
El pasillo se convirtió en un bullicio. Todos hablaban y comentaban cosas. Todos tenían a alguien al lado con quien hablar. Y yo simplemente tenía a Hunter. Alguien con quien no podía sostener una maldita conversación sin sacarme de las casillas. Pero aun así intenté entablar una conversación.
-Hunter.- lo llamé. Tenía la cabeza inclinada contra la pared, con los ojos cerrados.
-¿Qué? - espetó y abrió los ojos.
-¿Que hicieron tus amigos con los lentes de Luke?
-¿Enserio sigues con ese tema?- un brillo burlón encendió sus ojos.
Apreté los puños a mis costados. -Son importantes para él.
-No es problema mío.
-¿Por qué son así con él? - cuando pregunté, su mirada volvió hacia mí.
-Nena, ¿de verdad no te diste cuenta qué pasó realmente con los lentes?- se burló.
-¿Cómo?- pregunté confundida.
Rió por lo bajo y negó con la cabeza.
No sabía en qué momento pasó pero su rostro estaba demasiado cerca del mío.- Linda, los lentes no existen más. - susurró contra mis labios y se marchó junto a sus amigos.
Cuando por fin ingresé al aula con el bolso sobre uno de mis hombros, que por cierto era la última en ingresar, me encontré a todos los estudiantes ya acomodados en sus respectivos asientos riendo y conversando entre ellos.
Mierda, quería sentarme junto a Luke pero no sabía dónde diablos estaba. Ni si quiera sabía si había vuelto de su habitación.
-Señorita, busque un asiento libre así comenzamos con la clase.- en el momento que aquellas palabras salieron de la boca del profesor, todos los estudiantes posaron sus ojos sobre mí. Era demasiado incómodo que todos estén mirando cada maldito movimiento que hacía.
Incómoda y sonrojada esquivé algunos bancos hasta llegar al único asiento disponible en esta jodida aula.
