22a hoja

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Caminaba por las calles de la aldea en busca de un lugar tranquilo para escribir. La casa de Shisui se sentía vacía desde que salió de misión.

Buscaba un sitio luminoso y tranquilo, desde donde pudiera observar toda la civilización. ¿Qué mejor sitio que en la montaña de los Hokage?

Aquel lugar le traía recuerdos, memorias que la hacían sonreír.

«He estado buscando proverbios que me ayuden a encontrar una salida a todo este embrollo.

He dedicado tiempo a leer libros para ganar conocimiento sobre las técnicas del Sharingan, sé que en un futuro las necesitaré. Desde el día que Itachi mencionó el Kotoakatsukami de Shisui, he temido por él.

Confío en que no delatará a Shisui; pero Itachi sirve a Danzō aunque sea para hallar un equilibrio entre él y la aldea, pero apuesto a que Danzō no termina de confiar plenamente en el Uchiha.

Él jamás dejará su destino en manos de alguien de ese clan.

Pongo la mano en el fuego porque seguro que Itachi está siendo espiado, y toda la información sabe es recogida por Raíz. Lo que me lleva a pensar que esa organización ya conoce del gran poder de Shisui y no tardará en intentar hacerse con él para dominar en la aldea.

¿Quién me dice si no lo atacarán en la misión? O peor, si ya ha sido herido. Esto me esta angustiando.

Tal vez, si no me hubiera enamorado de él como dice mi hermano, las cosas serían más fáciles. Ojalá fuera tan fácil, Asuma.

Oh, hermano. Cómo echo de menos nuestra vieja relación. Llego a pensar que dependo demasiado emocionalmente del Uchiha, que quizás llegues a tener razón.

Y tengo miedo. Por ti, por papá, por Shisui, por los Uchiha..por todos.»

Guardó el papel en su bolsillo y con la vista al horizonte, dejó salir un largo suspiro.

Aunque su momento de paz fue interrumpido al sentir un chakra extraño a espaldas de ella.

—Otra vez tú. —gruñó Lea al verla. —Ni siquiera sé cómo te llamas y ya no me caes bien.

—Vaya modales, Sarutobi. —se burló, para ella era un juego. —¿Preguntaste a tu querido Uchiha? Fue divertido ver lo preocupada que estabas, casi un pasatiempo.

—No vayas por ahí o la cosa se pondrá fea. ¿Quién eres?

—No tengo nombre, hace tiempo que nadie me llama por uno. —dijo y algo en su mente conectó.

—¿Eres de Raíz? —en Raíz los ninja eran tratados como objetos y no merecían tener nombres según Danzō. —Ahora tiene sentido...

—Chica lista. Después de todo eres la hija del gran Tercer Hokage, ¿qué esperaba? —se carcajeó y Lea apretaba sus puños llena de rabia.

—Trataste de separarnos ¿cierto? Era una prueba para testar nuestra relación, siempre fuimos unos conejillos de indias.

—Exacto querida. Y ahora que ya no hay nada más que comprobar, mi misión es eliminarte.

Dicho y hecho, se colocaron en posición de ataque y fue la desconocida la primera en atacar.

Inició una pelea de taijutsu, lanzando una patada hacia Lea. Esta la paró y dio un empujón. La chica aprovechó para hacer sellos de manos y expulsar un chorro de agua desde su boca.

Como contra ataque, Lea creó una pared de tierra que hiciera de muralla. Eso le otorgó tiempo suficiente para preparar su siguiente ataque. Con fuerza, saltó encima del muro y lanzó unos shuriken con remolinos de viento a su alrededor. Aunque la chica había desaparecido y los shuriken volaron lejos.

La chica apareció a su espalda y la golpeó ocasionando que cayera al suelo de bruces. Se vio atrapada por la desconocida de pelo castaño, siendo apuntada con un kunai a la cabeza. Lea supo que era el momento de poner en acción su plan.

Los shuriken previavemte lanzados fueron redirigidos hacia la espalda de la enemiga, incrustándose en ella. De una patada, se la quitó de encima y creó una maza de tierra. Esta se acercó y fue detenida por otra igual por parte de la castaña.

—No eres la única que se defiende con la tierra, Sarutobi.

Eso la distrajo y de un salto esquivó la maza enemiga. Del impacto se levantó polvo que utilizó mediante el viento para distraer al enemigo.

—Maldición, se ha metido en mis ojos. —exclamó enfadada y restregándose los ojos para eliminar el rastro de polvo.

Bajó su guardia y Lea se aproximó y le propinó una llave.

En el suelo, tomó el pie de Lea y la desestabilizó. A horcajadas de la Sarutobi, comenzó a golpearla a puñetazos en el rostro. En un último golpe, el labio de Lea estaba partido y sangraba.

Con dificultad juntó sus manos en un sello único; invocando unas corrientes de aire que llevaron a la castaña hacia el tronco del árbol más próximo.

Ya se habían acabado los juegos. No le quedaría más remedio que luchar en serio para perder de vista a aquella chica, aunque no tenía intención de matarla.

Rápidamente volvió a crear la maza y rompió el suelo en grandes pedazos. Con más sellos de manos ordenó que el viento los levantase, como si levitasen.

La chica, muy adolorida luego de tantos golpes, observó con pavor el ataque que la pelinegra preparaba. Y cuando vio cómo eran propulsados hacia ella, creó otra maza que los apartó. Aunque no sirvió, puesto que Lea los volvió a redirigir y cogió a la de Raíz desprevenida y cansada.

Lea no creyó necesario seguir con la batalla.

A duras penas, la castaña se levantó, ya decidida a decir sus últimas palabras antes de marcharse a informar a Danzō.

—Es inútil que gastes tus energías y chakra conmigo. Yo sólo soy un peón que facilitará el camino a Raíz.

—¿Acaso no quieres ser feliz viviendo tu propia vida? ¿Por qué vives sirviendo a Danzō, por qué ejerces el mal? —la pelinegra no cabía en su furia.

—Yo seré feliz cuando Danzō reine. Él me dio un hogar y me entrenó para hacerme fuerte y batirme hoy contigo. —explicó, hablando desde su corazón. O por lo menos lo que pensaba ella. —Mi satisfacción se dará dentro de poco. Pronto Raíz gobernará desde las sombras y Danzō se convertirá en el Hokage. Un verdadero Hokage en todo el sentido de la palabra.

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Hola!! Por fin Lea se ha batido contra la miembro de Raíz 👏🏻👏🏻

Lo que nunca te dije ↠ u.shisuiWhere stories live. Discover now