🍑JiMinniePoo playero

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Viernes, oh glorioso viernes, el último día de la semana escolar/laboral de YoonGi por fin había llegado, y el pelinegro no hallaba la hora de poder llegar a su departamento, tomar a su chico en brazos y mimarlo el resto de la tarde, podría estudiar luego para su examen del lunes, había sido una semana exhaustiva, merecía aunque sea un pequeño descanso, por lo que ver por fin la entrada de su departamento, le hizo soltar un largo suspiro aliviado. Al fin.

Buscó sus llaves en su bolsillo, intentando hallar el tacto del nuevo llavero de gatito que JiMin había comprado para él en lo profundo de su abrigo, sin embargo, no lo encontró, por lo que sin más, demasiado perezoso para buscar en su mochila y sabiendo que probablemente JiMin lo estaría esperando adentro, tocó el timbre, esperando escuchar los pequeños y casi rítmicos pasitos apresurados de JiMin dentro del departamento, corriendo a abrirle la puerta para luego recibirlo con un caluroso abrazo, sin embargo, no oyó nada, lo cual le hizo preocuparse tan solo un poquitito. JiMin podría no haberlo escuchado. O podría estar en el baño. O tal vez había salido a comprar algo a la tienda, no era necesario hacerse ideas exageradamente dramáticas sobre eso, ¿o sí?

Se asomó por la mirilla curioso, intentando al menos, divisar alguna sombra o figura humana que se dirigiera hacia él, sin embargo, antes de poder acomodarse bien y fijar la vista en ese punto, la puerta se abrió, dejándolo trastabillar hacia adelante un par de pasos, antes de ser atrapado por dos cálidos brazos que lo rodearon fuertemente, JiMin hundiendo su rostro en su hombro y su cabello desordenado cosquilleándole en la nariz.

—PinkyPoo. —Suspiró el menor suavemente, aliviado, como si la presencia de YoonGi estuviera calmando un gran pesar que lo aquejaba.

—Hola, sol. —Saludó el mayor devolviéndole instantáneamente el abrazo, disfrutando de la suavidad del cabello de JiMin contra su piel, suspirando por lo bien que se sentía tener a su bebé en sus brazos.

Fue cuando el abrazo comenzó a ser inusualmente largo, que volvió a preocuparse. No era que le molestara, él podría pasar abrazando a su PinkyPoo niño todo el día y toda la noche sin sentirse ni un poco incómodo, pero era realmente extraño que JiMin no estuviera ahora saltando a su alrededor contándole sobre las actividades que había realizado en su día, o alguna serie nueva que había empezado a ver y que quería que terminaran juntos. Dio un par de pasos hacia adelante con JiMin aún abrazado a él, y cerró la puerta de un puntapié, dejando su mochila en el piso para así deshacerse del peso extra, seguido de eso, sus manos bajaron hasta los muslos del muchacho de cabello rubio, levantándolo con facilidad para así poder transportarlo hasta el sofá, pues el menor no parecía querer despegarse de él, y no era cómodo hablar en la puerta.

— ¿Qué pasa, JiMinnie? —Preguntó frunciendo el ceño, buscando insistentemente el rostro el menor, por mucho que JiMin quisiera seguir escondido en su hombro, terminando por tomar suavemente su mentón cuando se dio cuenta de que el menor no planeaba mirarlo por su cuenta.

Un mohín triste y enfurruñado se formó en los abultados y lindos labios de JiMin, quien pareció prácticamente lloriquear en sus brazos, casi provocándole pánico al mayor, quien pensó que el rubito comenzaría a llorar— No lo sé —Murmuró segundos después, volviendo a esconderse contra la piel de YoonGi apenas tuvo la oportunidad.

— ¿Cómo no sabes? —Preguntó el mayor contrariado, pero sin dejar el tono dulce con el que se estaba dirigiendo al menor. Quería averiguar qué era lo que sucedía con él, no hacerlo sentir regañado.

—No lo sé —Repitió el menor frotando su rostro contra la franela del sweater de YoonGi, resoplando con frustración, demostrándole al pelinegro que era completamente sincero cuando le decía que no sabía que sucedía con él mismo— Sólo... —Murmuró segundos después, sigiloso sobre cómo iba a expresarse, intentando explicar lo mejor posible sus sentimientos— Desperté sintiéndome muy, uhm, ¿triste? —Meditó un segundo, planeando su palabras— E iba a buscarte, pero ya te habías ido a la universidad, y luego no volviste al almuerzo y... —Se abrazó más contra el mayor, abultando sus labios por lo duro que estaba presionando su mejilla contra el hombro huesudo de YoonGi— y no lo sé, no sé por qué me siento así, PinkyPoo. —Susurró angustiado, confundido y oprimido por sus propios repentinos sentimientos, estaba tan triste, tan desolado, y no entendía a qué se debía que se sintiera así— Sólo quiero que me abraces.

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⏰ Última actualización: Feb 14, 2018 ⏰

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