Róbame un beso, Aria.

treinta

  — está celoso.  — habló hanna y aria suspiró.

  — no puedo dejar de ser la roba-besos solamente por cameron.  — respondió la castaña. su mejor amiga abrió los ojos como platos, no podía creerlo.

  — ¿¡"solamente"?!  — chilló, incrédula.— ¡aria, cameron te encanta y tú...!

fue callada por la palma de la mano de su amiga, quién la observaba apretando los dientes.

cameron sonrió ampliamente, lo había oído.

"¿así que te encanto, eh roba-besos?"

- cameron.