Décima Quinta Carta. [Final]

1K 158 54
                                    

Yuuri estaba buscando de arriba a abajo en su casillero alguna carta. Ya había revisado todos sus libros y cuadernos, también las bolsas y todo lo que tenía ahí, pero no había ni siquiera una nota.

Había pasado casi un mes entero desde que él le escribió una carta, y desde entonces se había perdido todo rastro de la existencia de aquél anónimo. 

Se sentía realmente desesperado, se moría de ganas de conocer a ese chico, pero estaba dispuesto a esperar el momento.

Cerró la puerta del casillero y chilló, para luego respirar hondo y apoyar su frente en la pared.

—Vamos, no puede ser tan malo... —murmuró para sí mismo y se acomodó el cabello, pensando en que pronto su anónimo daría alguna señal de vida.

—¡Hey, Katsuki! —alzó la vista y parpadeó varias veces tratando de analizar si ese momento era real, e incluso se acomodó los lentes para asegurarse de que su vista no lo engañaba. Acaso... ¿en verdad Christophe Giagometti le estaba hablando? ¿Le hablaba a un simple mortal como él?
Seguro era una broma, o iba a burlarse. Era el segundo chico más popular de la escuela, un sueño para cualquiera que lo viese. Parte esencial de la mesa con las 6 personas más conocidas de la preparatoria, ese reducido grupo de chicos y chicas que obtenían cualquier cosa con sólo guiñar un ojo. Casi tan inalcanzable como el dios griego Viktor Nikiforov, pero eso ya sería exagerar. En fin, otra historia completamente diferente.

—Eh... ¿si? —respondió sin mucha confianza una vez estuvo seguro de que el momento no era producto de su vaga y distraída imaginación.

—Esto es para ti... —se acercó a él y le entregó un sobre. Yuuri lo tomó entre sus manos, y de nuevo todo parecía una broma. El mismo tipo de sobre, la misma tinta de siempre y el mismo texto con la misma caligrafía en el exterior. Miró a Chris alzando la ceja, ¿acaso él era su anónimo?

Claramente estaba esperando una respuesta, pero lo único que el teñido hizo fue guiñarle el ojo y retirarse de ahí. ¿Ven? Se la pasan haciendo guiños.

Lo más rápido que sus manos le permitieron, sacó la hoja de papel dentro y comenzó a leerla.

"¡Hola, Yuuri!

Disculpa los signos de admiración, pero es que estoy emocionado. 

Bien, seguro ahora tendrás muchas dudas, pero ahora sólo te voy a responder una: No, no soy Chris. Sólo me está ayudando con esto como buen amigo que es. Ahora le debo un gran favor.

Cuando leí tu carta, me dieron ganas de arrancarme cada cabello uno a uno, pero por obvias razones no lo hice. De verdad quería hacer algo muy muy grande para ti, porque mereces lo mejor. Pero no quería que te sintieras incómodo, así que decidí organizarte algo más sencillo, pero sin dejar de ser tierno. 

Me quebré la cabeza pensando en la infinidad de opciones que tenía, pero quería que fuera tan único y hermoso como tú. Lamento haber desaparecido las últimas semanas, siendo sincero si quería que esperaras más de lo necesario para causar más emoción. No me mates, ¡perdón! :)

Tuve que hacer muchísimas cosas, hablar con bastantes personas y cerrar muchos tratos. Por cierto, tu familia es realmente encantadora, se nota que te quieren mucho. ¡Tus fotos de bebé en la pared es lo más dulce que he visto! Espera, creo que me estoy saliendo del tema. Perdón, otra vez, soy muy distraído. En fin, estuve buscando muchas locaciones para esto, pero encontré la mejor de todas. Ni siquiera lo imaginas.

Te prometo que no exageré, creo.

Busca a Yuri y a Otabek afuera, van a llevarte al lugar que escogí, ¿si? Muero de nervios.

Cartas a un Chico Suicida | Viktuuri. Où les histoires vivent. Découvrez maintenant