.La Perspectiva De Un Padre.

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Cuando vio que su esposo abandonaba la habitación, el se dirigió a la suya, cerrando con suavidad la puerta para no delatarse el mismo. Oyó otra puerta cerrarse y ahí observo su primer apunté.

Anotaciones:

Sostener al bebé con ambos brazos y mecerlo, así disminuirá su llanto y pedirle que se duerma.

Ahora si, a dormir.

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Al día siguiente, nueve de la mañana, levantándose tarde después de una noche de desvelo, abrió la puerta encaminándose hasta la cocina, viendo como su dulce amorcito revolvía, huevos en una sartén, sonrió de medio lado, se acerco y rodeo con sus brazos la diminuta cinturilla del contrario.

-bueno di-Ahhh!!!......

-¡no me toques, maldito!.-dandole puñetazo en la cara, volvió su atención hacia lo que hacia.

-jo, ¿te volviste a levantar con el pie izquierdo dulzura?- se levanto aun con esa sonrisa. Sobandose.

-vuelveme a decir "dulzura", y olvidate de tu capacidad para procrear, gusano.- dijo sin mirarlo.

-ya, ya....tranquilo mi amor.- ganándose una mirada gelica.-..bien ya entendí.

-sientate y come....- puso el plato, con huevos, tocino, dos rebanas de pan con mantequilla y un sumo de naranja. El pelinegro tomo un tenedor, miro a su esposo que tenia los brazos cruzados, observándolo con impaciencia, probo los tocinos y aguantó una cara disconforme estos estaban a medio coser, tomo los huevos que estaban un poco quemados, probó una rebanada de pan con mantequilla, esta presentaba casi la totalidad negruzca y apretó sus labios en unas linea recta, agarro el vaso con el sumo de naranja y esto casi lo escupe por lo amargo que sabía.

-¿y bien?- su lindo espocito, estaba impaciente.

Horrible, toma clases por favor, debes medir mejor el tiempo y no descuidar otras cosas, te recomiendo leer el primer tomo de "recetas para una buena esposa". Esta comida es de todo menos agradable.

Pensó.

-exquisita, la mejor que haya probado, simplemente superaste a mi madre, gracias por este desayuno de gran alcurnia, dime ¿a que horas puedo volver a probar una comida así mi amor?- lo dijo sosteniendo ambas manos del contrario. Su pareja le miro sin creerle ni un pelo, a decir verdad, si respondía lo que pensó, era hombre muerto.

-bien, eso esta bien....- a lo lejos escucharon el llanto del niño.- iré yo a ver.....¡sueltame las manos subnormal!- separando las manos con brusquedad y limpiándose como si hubiera tocando algo repugnante.

Se comió lo que restaba del plato, a pura fuerza. Y los pasos de su esposo se aproximaron, cargando en brazos al niño que hipaba en sollozo, miro como le daba suaves palmadas y calentaba el biberón, probó la temperatura y consumo cuidado le dio al crió, que ni perezoso empezó a alimentarse.

••A la hora de alimentarlo, comprobar que la temperatura de la mamila este bien, darle palmadas en su espalda para tranquilizarlo, consumo cuidado darle biberón.

¡¿Nuestro Bebé?! Where stories live. Discover now