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La terraza de la casa de Max es muy amplia y hermosa, es como una especie de apartamento, tiene dos habitación con baño, también una cocina e incluso una zona de lavado, alguien podría vivir muy cómodamente en este lugar.

¿Por qué este lugar es como un apartamento?
—A veces vienen familiares a quedarse bastante tiempo, entonces mis padres prepararon este lugar para ellos.
—¡Oh!, genial.
— Si. Sacaré la lasaña del horno espera.
— ¿Horno?
— Claro, ¿por qué te sorprendes tanto? —¿ la preparaste?
— Claro...
— No mientas.
— Ok, ok... La hizo mi madre.
— Jaja, lo sabía.
— Cállate y come. –Dice mientras me sampa una cucharada en la boca.
¡Oye!. – Le digo con la boca llena.
Hablar con la boca llena es de mala educación, eres una cochina.
— Y tú un grosero.
Solo come niñita.
— Sili kimi niñiti.
— Respeta a tus mayores.
— ¡Ya acabeeé!... ¿Qué dijiste?
— Que respetes a tus mayores.
— Dale viejito, mis respetos.
— Cansona.
— Bravucón.
— Ahora si me las pagas. –Se abalanza sobre mí y me empieza a hacer cosquillas por todos lados.
¡YA!, ¡POR FAVOR PARA!... ¡JAJAJA!... NO PUEDO MÁS... – Max besa mi boca para que yo deje de gritar.
—Siempre haces eso.
—¿Qué cosa?
—Besarme para callarme.
—¿A caso te disgusta?
—Jaja... —Rio de manera juguetona. —De hecho me encanta. —Respondo un poco coqueta. Max sonríe y me planta un suave y cálido beso que le sigo de inmediato. Sin darnos cuenta ese cálido y tierno beso se transforma en un beso lleno de pasión y sentimientos; las cosquillas pasan a ser caricias y el beso se hace cada vez más intenso.

Con delicadeza Max me toma de las piernas  y me carga; dirigiéndose hacia la habitación con cama doble que se encontraba en la terraza.

Ya recostados en el suave colchón de espuma y cubiertos por las  las frezcas sábanas blancas todo parecía ser un sueño; jamás en mi vida me imaginé en esta situación con mi mejor amigo.

Ashly, ¿estás segura de esto? . –Dice Max antes de despojarnos de nuestras pijamas.
—La verdad no lo sé; pero mañana me iré y no te volveré a ver en mucho tiempo.
— No haré nada que tu no quieras.
—Deja las preguntas y solo gosalo baby.
— Jajaja, eres una pervertida.
— Tú no te quedas atrás. —Sonríe algo juguetón y vuelve a besarme.

Los besos en los labios pasan a ser en el cuello, y luego por todo mi cuerpo; no entiendo qué es lo que siento, tengo nervios, pero entusiasmo; es la primera vez que lo hago y de verdad no tengo ni idea de qué debo hacer o como debo comportarme; me encuentro tensa y un poco angustiada.
— Tranquila Amor, no tienes que preocuparte, seré bueno contigo, no te haré daño, no voy a lastimarte.
Sus palabras me tranquilizan, y me transmiten confianza, así que dejo de pensar en tantas cosas y solo me dejo llevar.
Besos y caricias, palabras bonitas susurradas y todo esto es un juego de amor, no entiendo qué es lo que hago. Me siento mal y culpable, pero a la vez, tranquila y confiada. Muchas emociones vienen hacia mí pero me dejo llevar por las más poderosas "La pasión" y el "Amor".
Empezamos a despojarnos de nuetras ropas. Adiós pijamas, adiós ropa interior.

Nuestros cuerpos desnudos uno tan cerca del otro me hace sentir de una manera extraña. Por un momento miro por completo a Max y quedo perpleja admirando la belleza de su cuerpo. Es un hombre muy fuerte con un cuerpo bastante trabajado y al recorrer cada parte de él, jugando con mis dedos hacen que se me enchine la piel mientras un corrientazo por todo mi cuerpo me hace estremecer.

Veo como Max observa cada detalle mi cuerpo y sonríe al ver mi rostro ruborizado; con mucha delicadeza empieza a hacer un camino de besos desde mi pelvis hasta mis labios y juega con sus dedos y manos de la misma manera en que yo lo hago. Cada vez vamos más rápido y los besos tiernos se convierten en besos llenos de pasión; las caricias se vuelven un poco más bruscas y excitantes. Lo único que puedo pensar en este momento es que estoy muy feliz de entregarme al hombre que amo.

Sin tanto qué pensar, Max empieza a tocar con delicadeza mi entrepierna dandome a entender que se prepara para entrar.
¿Estás lista?
— Eso creo... ¿y tú?
— Eso creo... ¿Entonces?
— No lo sé.
— Pues... ya iniciamos, así que hay que terminar. — Dice Max un poco agitado y nervioso.
— Vale... —Respondo un poco insegura.
Sin más que decir y nada que pensar Max entra y un pequeño gemido sale de mi boca, pero sin saber por qué un par de lágrimas corren por mis mejillas.
— Cariño... ¿Estás bien?.
— Tranquilo Amor, estoy bien, no te preocupes, puedes continuar.

La éxtasis y la pasión aumentan cada vez más, hasta que la conciencia desaparece. Entre miles de caricias mutuas, besos y abrazos, continuamos con la acción, nuestras conciencias estaban pérdidas y nos dejamos llevar por la exitación. Al terminar, ya cansados los dos nos quedamos mirándonos fijamente. Max acaricia mi rostro y hombros con delicadeza mientras yo esbozo una sonrísa tímida.
Finalmente cerramos la acción con un beso final y nos acurrucamos entre nosotros cubiertos por las sábanas que al parecer ya no eran blancas.

Querido Amigo "Mis malas Decisiones" [EDITANDO]حيث تعيش القصص. اكتشف الآن