—Detente, yo... —tomó su brazo intentando calmarla, pero ella se soltó rápidamente.





—Lamento mucho no quererte como tú me quieres a mí, por más que lo desee jamás estaré a la altura de tus estándares o sentimientos. Ojalá haber sido el tipo de novia con la que estudiabas en la biblioteca, visitabas museos de arte o simplemente compartían gustos tan mínimos como un libro —los ojos de Minhyun solamente demostraban dolor, dolor por no haber entendido la presión que Jion se auto imponía.






Puede que ella tuviese razón, pero las relaciones son de a dos y el también había metido la pata. Puede que a los ojos de los demás parecía un novio ideal, quizá lo era, pero se preocupó de serlo para Jion. Tampoco le preguntó si alguna vez quería casarse o se tomó un instante para contemplar si estaba conforme feliz cuando salían juntos. Todos esos pequeños detalles se le pasaron por la cabeza en cosa de segundos, logrando ver la relación con sus ojos. Ella vivía preocupada de no ser suficiente mientras él no hacía más que presionarla para eso, demonios, incluso la expuso frente a todos sus seres queridos.





—Ahora entiendo todo —murmuró para sí mismo. Levantó la mirada para verla, y allí estaba con las mejillas húmedas y los ojos llenos de culpa, le rompía verla así. —Los dos somos culpables Jion, por más que te ame con toda mi alma, no fue suficiente para hacer las cosas bien. Lo mínimo que podemos hacer es dejar las cosas hasta aquí, no quiero hacerte más daño.






—Ni yo a ti —completó.






El silencio volvió a reinar entre ambos, pero esta vez toda la tormenta había acabado y toda la inquietud se había esfumado. Daniel vio a lo lejos cómo se daban un último abrazo, un tanto sorprendido, porque eso significaba que estaban en buenos términos. Mientras caminaba hacia ellos vio que él le susurró una cosa mirando en su dirección, Jion se giró sorprendida y Minhyun se despidió con una reverencia. 





—¿Todo bien? —preguntó.





—Eso creo —sonrió, medianamente aliviada.





—Compré ingredientes para hacer bibimbap, no sé si seas fanática de la cocina pero al menos yo sí... —dejó de hablar cuando notó que Jion lo miraba de forma distinta. —¿Pasa algo?






—Nada, mejor vamos —respondió, tomándolo del brazo en dirección a los taxis. Pero Daniel no contaba con el hecho de que Minhyun sabía que él inventó el viaje a Busan para no ir a la proposición, y era lo que le susurró a Jion antes de irse.






8:07 p.m.





Cuando llegaron a casa, Jion se dedicó a limpiar y cambiar las sábanas de las habitaciones para que Daniel y ella pudieran tener privacidad en distintos lugares, mientras él se encargaba de la cena. Se sentía esta química hogareña en el aire, era extraño, pero en el buen sentido.





—¡Está servido! —exclamó mientras se sentaba en la mesa. Jion se sentó al frente de él y sonrió al mirar lo apetitoso que se veía todo.






—Muchas gracias, justo había terminado de ordenar —comentó, antes de empezar a comer.






Estaba más que claro que el chico era bueno para conversar, pero Jion no podía prestar atención a lo que decía sobre dejar sus gatos al cuidado de Seongwoo, porque seguía pensando en lo que dijo su ex novio le comentó antes de irse. 




—Uhm... Daniel —el chico levantó la mirada con la boca llena. —¿Puedo preguntarte algo? —asintió repetidas veces mientras masticaba. —¿Es verdad que viniste a Busan para evitar la proposición?





Comenzó a toser descontroladamente, por lo que la chica tuvo que acercarle un vaso de agua. Cuando se calmó un poco la miró nervioso. —...No, para nada, te dije que había venido a ver a mi familia —era imposible negar que a Jion le encantaba verlo mentir, Pero... ¿Por qué le agradaba la idea de que fuera verdad lo que Minhyun dijo?






—Pero si tu mamá casi te echa de la casa por haberla visitado unos minutos —comentó, sospechosa.






Después de esa última oración Daniel se quedó congelado, supo que ese instante era el momento perfecto para decir la verdad; pero seguía aterrado porque sabía que rechazaría sus sentimientos y probablemente se enfadaría si él intentase algo. Por otro lado al verlo tan abrumado, Jion se sintió culpable al haber mencionado el tema.





—¿Estás bien? Era una broma, claro que viniste a ver a tu familia —afirmó, tratando de convencerse a sí misma de igual forma.





—No —dijo seriamente. —Es verdad, no me gustaba la idea de verte aceptar y fingir que estaba feliz, porque no hubiese sido honesto siendo que acababa de asumir que siento cosas por ti.





Que Daniel gustase de Jion era un secreto a voces, pero escucharlo desde su propia boca seguía teniendo su propio impacto. No habían expectativas de por medio, es más, el chico esperaba un reproche de su parte e incluso dejar la amistad hasta aquí. No era como si ella lo recibiera con los brazos abiertos, ¿O quizá sí...?

you, clouds, rain | kang danielWhere stories live. Discover now