Reemplazo del entrenador.

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En este momento, me sentía vacía y todo en este lugar lo era. Mi fiesta de cumpleaños no tenía sentido, porque ya no tenía ganas algunas de celebrar, Yuri me había estado mintiendo y aquello me dolía demasiado. Sentía los ojos pesados, la garganta seca, algo en mí dolía y aquel dolor no cesaba, ¿era esto el sufrir por amor? ¿Algo así se sentía? Estaba enamorada de Yuri, ¿y cómo no estarlo? Si se había comportado de una manera tan hermosa conmigo, me dijo tantas cosas, le di mucho de mí, confíe en ella... ¡Dios! ¡Me sentía tan mal!

Pero tenía que acabar con este dolor y el primer paso era terminar mi relación con Yuri. Empezamos a salir hace un par de meses y ella era mi primera relación seria. No tuve novio o novia antes, todo esto era nuevo para mí, pero Yuri tenía 25 años, era una mujer seria y madura, pensaba que no quería juegos y que me tomaba en serio. ¡Pero vaya que me equivoqué! Seguro que a ella esto de terminar una relación era algo a lo que estaba acostumbrada, estaba segura de que solo a mí me iba a costar.

No lograba encontrar a Yuri entre tanta gente y tanto humo de cigarrillos, tanto ruido, así que tomé mi móvil y le escribí un mensaje. "Hey, nos vemos en mi habitación. Es la puerta que no es rosa, entre los pasillos. No tardes." Escribí rápidamente y a los pocos segundos recibí su respuesta. "Ya voy, bonita." Quería sonreír, siempre sonreía cuando Yuri me decía algo lindo, por más mínimo que fuera, amaba cada uno de sus cumplidos. Estaba acostumbrada a recibirlos de todo mundo, pero los de Yuri eran especiales, eran los únicos que me hacían ruborizar. ¡Ah! ¡Cómo quisiera no haber escuchado lo que hablaba con su amiga para seguir viviendo en la mentira que me hacía tan feliz! Antes de ir a mi habitación, decidí sentarme en el sofá de la sala de estar solo para prepararme un poco. ¿Realmente iba a hacerlo? Estaba enojada con ella pero también estaba triste, los recuerdos me invadían como nunca y me inundaban de tristeza.

[...]

Era el primer día que llegaba tarde a la escuela, tanto Tiffany como yo, nos habíamos quedado dormidas después de una madrugada de películas y no nos dimos cuenta cuando el despertador sonó. Fuimos corriendo lo más rápido que pudimos al auto y mi chofer, Harry, nos llevó rápidamente a la universidad. Tiffany y yo teníamos cosas que hacer, Tiffany práctica con las porristas y yo, reunión con el equipo de fútbol del cual soy capitana. ¡Soy capitana! ¡Y llegaba tarde, dios! Ni por ser la más deseada del lugar me lo iban a dejar pasar, menos en un día tan importante...

Nuestro entrenador de toda la vida, YunHo, se iba de viaje con su esposa o esposo, siempre tuve dudas con él. ¡Bueno! Se iba de viaje y nos iba a dejar a su reemplazo, el cual íbamos a conocer en la práctica siguiente. ¡Y era hoy! ¡Ah!

Llegué corriendo lo más rápido que pude al gimnasio y sentí inmediatamente todas las miradas en mí.

— Ya era hora, Jessica.

Escuché a la estúpida de Hyomin decir. El entrenador Yunho, que se encontraba en frente de las gradas me sonrió al verme tomar asiento en la primera fila de ellas. Las demás miradas y personas, realmente no me importaban.

— Bueno, como les decía, chicas. Viajaré y para que sigan dando lo mejor de sí en el juego de final de temporada, les dejaré el mejor reemplazo posible como se los prometí. — Dijo nuestro apuesto entrenador, no estaba demás decir, que aunque ya iba para los 40, varias se lo querían coger.

— ¡Pero no hay nadie mejor que usted! — Joy, una de las más jóvenes del equipo y una de las más putas también, exclamó. Apenas y la aguantaba por su talento, pero tenía razón. No había nadie mejor que él.

Él, tan apuesto como siempre, se limitó a sonreír. La puerta se abrió nuevamente, al parecer yo no era la única tardona. Una chica alta y morena de contextura delgada apareció, dirigiéndose directamente al entrenador.

UN VERANO EN SEÚL | TAENY |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora