04- Ramen.

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"Fallarle a quien quieres"

La rubia llegó a casa después de una larga charla con Nara para la misión.

Le sorprendió que una cabellera rubia no la recibiera como cada día, después de pensarlo un poco sonrió, lo mas seguro es que estuviera en Ichiraku con cierto castaño.

Iruka era no sólo un gran amigo en quien confiar para Meiko, también era la figura paterna que Naruto buscaba y necesitaba, Meiko sabía que no podía mencionar a Minato frente al rubio, pero ella nunca fue buena siguiendo órdenes.

Claro que le había hablado al pequeño de ojos azules sobre la clase de persona que fue su padre, alguien que nunca se rendía y siempre trataba de cuidar de todos, aunque omitió que fue el cuarto Hokage.

La rubia suspiró sentándose en el piso y luego dejándose caer de espalda, el frío recorrió su columna.

Estaba por quedarse dormida cuando la puerta principal fue abierta, el rubio la examinaba con cuidado.

-¿Qué haces en el piso?- Naruto se agachó y tocó la mejilla de su tía-

-Estaba cansada- se justificó-

-¿Qué vamos a cenar?-

-¿Por qué solo piensas en comida?- frunció el ceño-

El rubio se encogió de hombros. Meiko suspiró levantándose del piso, tampoco quería enfermarse por dormir en un lugar innecesario.

-¿Dónde estuviste toda la tarde?- Meiko fué directo a la cocina-

El rubio se sentó en la barra mientras veía atento la olla de comida.

La rubia encendió el fuego, ya que ambos pasaron la tarde fuera de casa, había mucho ramen para cenar.

-¿Me vas a decir dónde estuviste?- cuestionó de nuevo-

-Iruka-sensei me invitó a comer en Ichiraku- sonrió alegre-

Meiko no pudo evitar sonreír también.

-Está bien- asintió conforme con la respuesta-

La olla hervía y Meiko estaba por servir los dos platos de ramen, entonces recordó que debía decírselo.

-Me voy dos meses, tengo una misión que no pude rechazar y...-

-¿Dos meses?- su voz se escuchaba rara-

-Si...- Meiko bajó la mirada, no quería ver su rostro de decepción-

-Me gradúo en un mes- sus ojos azules brillaban- No estarás en mi graduación- las lágrimas se acumularon-

-Naruto juro que no pude rechazar la misión, es de alto rango- el plato en sus manos de volvió bastante interesante, pues no despegaba la vista de él-

-Esta vez si lo lograré- su voz se iba apagando- Está vez prometo que me graduaré-

-Sé que lo harás y confío...-

El sonido de un portazo la interrumpió, Naruto se encerró en su habitación.

La rubia apagó el fuego y sonrió melancólica.

-Ni siquiera probó el ramen- susurró decepcionada-

Se recargó en la barra mientras trataba de no sentirse la peor persona del mundo, cerró los ojos unos minutos, había decepcionado a Naruto. Ell nunca había hecho eso, siempre quiso ser el tipo de persona que te apoya incondicionalmente y que nunca te falla.

Mordió su labio tragándose las lágrimas, sirvió un plato de ramen y un gran vaso de leche, lo puso todo en una bandeja y lo dejó al pie de la puerta del rubio.

Tocó dos veces, silencio absoluto.

-Te traje la cena, deberías comerla- trató de sonar alegre- Estaré en mi habitación, mañana debo levantarme temprano-

No se escuchó respuesta, pero Meiko sabía que el pequeño estaría escuchando. Caminó directo a su habitación y se tiró boca abajo en la cama, hace mucho que no se sentía tan mal.

Sushi Romance [Hatake Kakashi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora