HP| Cambio de Cuerpo³

26| Tenías que ser negro

Víctor caminaba en silencio junto con su hija, habia quedado con los chicos que se verían en un lugar muggle para entre todos hablar con la chica.

Le había contado a Fleur que irían al caldero chorriente pero al final al chico se le hizo una lugar de mucho ruido y prefirio mejor ir a un café muggle.

Ambos pelinegros tomaron asiento, Victoria encargo una capuchino y Víctor hizo lo mismo, cuando terminaron de pedir Víctor observó a su hija.

-¿Qué esta pasando contigo?- preguntó Víctor preocupado- Hija ¿Qué tienes?

Victoria observó a su padre y bajo la mirada, tenía tantas cosas, miedo, tristeza, odio, tantas cosas juntas que creía que explotaria

-Estoy cansada papá de ser la nieta de Voldemort, de tener que tener que soportar todos los dias ser señalada por ser quién soy, por no tener una vida normal como mis primos, por ser la mala del colegio.

Víctor observó a su hija sin saber que decir, el sentia lo mismo cuando estaba en Hogwarts pero nunca lo dijo pues no tenía a nadie en realidad.

-Hija- tomo las manos de la chica y está observó a su padre- Ser familiares de Voldemort nos ha hechos mucho daño, pero no podemos dejar que por su culpa nos este causando problemas, nuestra vida es más difícil que la de los demás, lo se.

Victoria sonrió y se paró abrazar a su padre, este le sonrió y la abrazó, su pequeña niña sufría lo mismo que el y no sabía que hacer

-Me tienen miedo papa-habló separandose de el- Yo tengo miedo de mi misma, no quiero causarle daño a nadie pero...no puedo.

-No te preocupes, yo te voy a ayudar- contesto Víctor con una sonrisa- Muchas veces senti lo mismo que tu. En especial con tu tio Draco, era desesperante.

La chica rio y observó a la lejanía a sus tios quienes se aproximaban hacia ellos.

-Mi pequeña sobrina- habló el rubio y abrazó a la chica, esta hizo lo mismo.

-¿Avisaron a sus esposas?- preguntó Victor cuando Theo se iba sentando, este se quedó paralizado observando al chico.

-Oh demonios, lo olvide- contestó el castaño y sonrio

Victoria río al ver a sus tíos, era gracioso como ver eran ya padres de familia y no maduraban. Observó a lo lejos a Harry y Ron quienes venían riendo.

-Siempre son los últimos en llegar a reuniones- habló Blaise a Harry quién río.

-Lo mejor tarda en llegar- contestó Ron con una sonrisa.

-Pero si yo llegué desde hace rato calabaza con patas-habló Draco con una sonrisa.

-¿Y Blaise?- pregunto Ron ignorando al rubio y observando de un lado a otro.

Una mano tomo del cuello al chico y este gritó.

-Hijo de Umbridge, no vuelvas a hacer eso- pidió el pelirrojo- Deja de esconderte.

-¿Es por que soy negro?- preguntó Blaise- Siempre han sido unos racistas.

-¿Umbridge?-preguntó Victoria.

- Una maldita profesora que teníamos, era peor que tu abuelo- le susurró los último Ron a la chica y esta río.

Theo observo a lo lejos y abrió los ojos temor.

-Tenemos un problema- habló el chico hacia los otros, este señaló a las personas que venían a lo lejos.

-Merde- murmuraron Víctor y Victoria al mismo tiempo.

- Actuemos como personas maduras y civilizadas- habló Draco
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-¡Corran! ¡Corran!, no quiero morir en manos de mi esposa-habló el rubio mientras huían de ellas, Victoria solamente se iba riendo como foca con epilpsia.

Llegaron a Sortilegios Weasley y cerraron la puerta de golpe mientras veían por la ventana.

-¿Qué hacen aquí?- preguntó Fred- asustaran a los clientes.

-Freddie necesitamos un favor tuyo y eres el único que puede ayudarnos-pidió Draco.

-No voy a usar falda y bailar hula hula- habló rápido el pelirrojo.

- No eso no, nuestras esposas nos andan buscando y no queremos que nos encuentren- habló Harry con preocupación.

-¿Ahora que hicieron?- preguntó George cruzandose de brazos.

Se giraron hacia la calle donde divisaron a sus esposas que venían.

-Por merlin, no les digan que estamos aqui- rogo Ron.

Fred sonrió y se acercó a su hermano con brazos cruzados.

-Mi silencio cuesta hermanito- contestó George con una sonrisa.

-¿50 galones?-preguntó Ron negociando con sus hermanos.

-100 galones-habló Fred con una sonrisa.

-80-habló Ron

-130 o nada- hablo George.

-200- habló Theo, Ron se golpeó en la cara por la tontería que había dicho el chico.

-Hecho- hablaron los gemelos con una sonrisa.

El sonido de la campana al entrar un cliente sono, las chicas entraron al lugar con una sonrisa.

-¡Chicas, que milagro!- habló George con una sonrisa.

- Hola, han visto a los chicos no los encontramos por ningún lado-habló Fluer.

Victoria detrás del mostrador observaba a su madre por un orificio, esta no se veia de buen humor. Fabiola bajaba las escaleras y gritó a ver a Draco escondido entre los dulces.

-¿Estás bien?- preguntó Hermione a la chica. La rubia se giro al chico que le rogaba juntando las palmas que no hablará.

-Si, estoy bien, crei ver a un huron-contesto con una sonrisa y Draco abrio la boca indigando- ¿Qué hacen aquí chicas?

-Buscamos nuestros esposos ¿No los has visto?

-No, yo acabo de bajar-contestó con una sonrisa.

Gabriela reprimio una sonrisa, observó como Blaise se ocultaba detrás de unas sábanas blancas.

-Bueno...- habló Ginny e hizo una mueca- Nos retiramos hermanitos, nos vemos luego cuñadas.

-Si pequeña pelirroja- contestaron al mismo tiempo las gemelas.

La campana sonó cuando salieron y Victoria salió poco a poco de su escondite.

Observó con una sonrisa a sus tias.

-¿Por que los buscan tan enojadas?- preguntó Gabriela con una sonrisa cuando poco a poco cada uno salía de su escondite.

-Menopausia- contestó Marcos con simplicidad, Víctor río.

-¡¡¡¡Mama!!!-grito un niño pelinegro saliendo del area de las sabanas-¡¡Hay un negro en las sábanas!!

Estos soltaron una carcajada mientras que Blaise salía de su escondite enojado.

-Ese niño malnacido, no sabe con quien se mete- habló Blaise indignado cruzandose de brazos.

-Tenías que ser negro- habló Fred riendo.

-Es que se quemó en la fábrica de bebés cuando lo estaban haciendo-habló Marcos riendo.

-Y a ti te sacaron crudo- contestó Blaise.