Un Mundo Mejor -Damijon.

Un mundo vacío

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-Damian Wayne, dieciocho años, sexo masculino, unidad asignada setecientos diez, inicia escaneo cerebral- un rayo amarillo se elevó del aparato en su muñeca asustándole un poco y arrancándole sin sutileza de su letargo e iluminando su rostro hostilmente – perfil de personalidad establecido – por favor, proceda a nombrar esta unidad-

Damian no se dio cuenta cuando ocurrió, el solo se dejó caer contra lo que parecía una chimenea cilíndrica, apenas se dio por enterado de donde se encontraba, la adrenalina le condujo a una vieja fábrica a las afueras de Gotham, el solo cerro los ojos, nada importaba, nada tenía sentido, estaba cansado y frustrado, el agotamiento le hizo caer dormido.

La noche seguía ahí como si esperara por él, no tenía idea de la hora y francamente no quería saberla, aun podía saborear la bilis acumulada en la garganta y entonces el aparato sonó sacándole de su pequeño remolino de incertidumbre –aparato inútil- bufó

-aparato inútil, comprobando nickname ¿desea registrar aparato inútil como el nombre oficial de su unidad?-

-¿Qué?- sus ojos se abrieron en grandes círculos –mierda, no, es decir, demonios... cancelar-

Damián rompió la manga de su camisa para cubrir mejor el brazalete, perdido era una expresión muy suave para su estado actual, confundido no era la idea tampoco, su estómago siguió arremolinándose con fuerza, el chico se odiaba a si mismo por eso, nada más que una innecesaria molestia indigna de un hombre forjado con entrenamiento y sufrimientos propios del infierno pero la impresión fue demasiado para sostenerse.

El creería que un hombre viejo y retirado del manto como su padre sencillamente buscaría una vida plena y en paz donde las complicaciones de la gente pararan de martirizar lo sobrante de su ya afectada psique, cuando le hubo pasado de regreso el manto a Richard junto con su robin una vacilante emoción de calidez se apodero de él como un demonio tentando a menospreciar el tiempo que pasó propinando lecciones a villanos junto al batman original, no era que no amara la compañía de su padre, era esa chispa que solo caracteriza a Dick sobre el resto de la gente, era la nostalgia gritando en su oído como un niño que mira por primera vez a un cachorro, ellos eran un equipo antes del padre, el hombre que se entregó a la tarea de aceptarlo y ayudarlo cuando llego a Gotham, su hermano.

Un suspiro largo y tendido viajo hacia arriba con el labio inferior apuntando en dirección al flequillo que se salió de lugar en la maratón de huida. Tenía que tranquilizarse.

Cerro los ojos con fuerza, llevo su mano a su frente y esta subió por su cabello peinándolo de nuevo hacia atrás, no podía verse pero él sabía que se veía mal, la nariz roja, los ojos inyectados en sangre, la camisa rota, los pantalones ahora sucios, era un desastre, todo el día fue un desastre, si había un dios riéndose ahora de él seguramente lo disfrutaba bastante, era una pequeña pieza en un gran tablero, sin brazos ni piernas, tal vez carecía de ojos y solo podía avanzar hacia adelante, probablemente era un peón en un gran juego de ajedrez. Tenía sentido si lo pensaba mejor, su madre se movía como la reina que era, no importaba la dirección ella estaba dispuesta siempre a ganar. El padre como el rey una pieza ganadora con movimientos limitados.

Y él seguía siendo un peón.

¿En qué lugar se encontraba ahora a quien el nombraba su rey?

Evocar el nombre, la sola idea de repasar la mañana, el dolor de cabeza aumentaba.

Hoy era el día que declararía sus sentimientos.

Él se prometió así mismo después de fracasar que ya tendría otra oportunidad, una sonrisa amarga se extendió por sus labios. Necesitaba consuelo, un pecho familiar donde esconderse, la única persona que podía permitirse lo viera vulnerable y frágil.

Llamó por Richard en una alerta de su comunicador.

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Jonathan miraba apesadumbrado a su padre ¿Cómo podía superman caer en una desgracia tal como "un mundo mejor"? Se limitó a preparar la cena de ambos sin hacer demasiado contacto visual con el aparato en su muñeca – papá, solo tenemos harina para hot cakes- el chico revolvió una vez más la alacena.

-lo siento hijo- olvide hacer la compra de nuevo – dijo llevándose la mano hacia a la nuca – de cualquier modo ahora que tengo a Lucciana ella podrá recordarme... –

- no es una ella papá, es un algo- exclamo el joven con voz apática – de todos modos ¿qué tan favorable es usar tecnología de Luthor para superman?-

-Si es por nuestras identidades, en realidad, es divertido porque estamos totalmente seguros de que él ya las sabe, el tiempo que duro en la liga de la justicia hace años – dijo mientras alzaba su taza de café – no dudo que indagara en los archivos sobre todos y cada uno de nosotros, igual que haría Bruce-

-esa es una justificación estúpida papá-

-lenguaje- corrigió Clark

- no puedo creer aun que me llamaras aquí solo para mostrarme esto – dijo el chico lanzando una mirada reprobatoria hacia "lucciana"

-No estabas en una cita o algo así ¿no?- pregunto Clark con un amago de sonrisa asomando tímidamente en su rostro – si es así, Jonathan, lo siento mucho-

-yo... no, rayos papá- las mejillas de Jon se colorearon al instante –estaba con Damian, él dijo que tenía algo importante que decir y todo eso y luego recibí tu llamada y solo lo deje ahí parado con lo que sea que estuviera a punto de decir-

-saliste desde las dos de la tarde Jon, eran las ocho de la noche cuando te llame ¿no era tiempo más que suficiente o se trataba de alguna misión de la que no me hablaste otra vez?- Jon negó con la cabeza – solo salimos por allí, dijo que quería escapar un momento de las tareas de Alfred y hablar de algo más personal-

-se verán mañana en clases de todos modos-

-son vacaciones papá, de cualquier forma me pregunto cuanto más tolerara Damian estar atrapado en la escuela en un grado que no le corresponde- la masa grumosa de los hotcakes saltaba despacio sobre el sartén.

-lo suficiente para no perderte de vista- bromeó Clark.

-¡papá!-

Ambos se sentaron a comer en silencio, el niño estaba realmente molesto y algo perturbado por la elección de su padre, el hombre de acero había comprometido su leyenda a algo más parecido al hombre de goma frente a sus ojos. Jon solía creer que la relación de sus padres era el cuento de hadas perfecto en un escenario bélico, pasaron por tanto juntos y un día se rompieron el uno al otro separándose.

Su madre realmente lo quería con ella, no deseaba abandonarlo, desgraciadamente no se permitía ser egoísta tampoco, llegado el momento sus poderes emergentes necesitarían una explicación que ella no podría proporcionarle, no era ni un poco parecido a atravesar la pubertad. Aun salía con ella y de vez en cuando se quedaba en su departamento en ciudad costera, pero realmente la extrañaba, añoraba esas tardes los tres juntos en familia, abrazaba en silencio un pasado que no iba a recuperar y la ofensa de aquel artefacto solo acrecentó su desilusión. Ahora su padre estaba posiblemente atado de por vida a un frio pedazo de metal o lo que sea de lo que estuviera construido, no le interesaba.

Se llevaría su último pensamiento a la cama, meditando sobre las palabras que habría querido decirle Wayne – no importa- se repitió a sí mismo, solo por hoy, sus preocupaciones apuntaban en una dirección diferente.

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