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-Veo que no olvidaste mi nombre- exclama Josh con una arrogante sonrisa en el rostro.
-Veo que vos tampoco olvidaste el mío- exclama Tyler con una sonrisa divertida.
-Muy astuto señor....hmmm.
-Joseph, Tyler Robert Joseph es mi nombre...-
-No parece nada alemán-
-Lo se, creo que mis bisabuelos eran ingleses-
-Entonces señor Joseph, usted no es mi enemigo o si?-
Arrogante y provocativo como siempre, Josh era fiel a su estilo, pretender aparentar alguien común, aparentar ser alguien que no quiere morir.
-Y usted señor...
-Dun, Joshua William Dun, pero decime Josh.
-Es mi enemigo o no señor Dun?- pregunta el castaño arqueando una ceja. Toma la botella de champaña y  bebé del pico, sin apartar los ojos del mayor, que parecía devorarlo con la mirada e imaginarse las escenas más obscenas, pretendiendo que la botella que tenía el castaño entre sus carnosos y rosados labios era otra cosa.
Josh traga saliva sonoramente, tratando de apartar todos los lujuriosos pensamientos en su mente.
-Creí que había quedado claro cuando no te disparé ni vos tampoco me disparaste a mi....

-gracias... por no matarme....

Al castaño se le encoge la voz en la última palabra, se podía palpar en el aire su miedo a la muerte.

-gracias a vos Tyler... por no disparar...

Mintiendo otra vez, él deseaba que Tyler hubiera disparado, deseaba.... porque ahora su cabeza era una obscura y confusa maraña de deseos y sentimientos nefastos. Por primera vez desde que murió su hermano, Josh se olvidó de su constante deseo de morir. Ahora todo estaba muy mezclado y borroso en su mente.

El nerviosismo se apodera del castaño, que inmediatamente agarra la botella de champaña de nuevo y da un largo trago al espumante líquido. Tratando de parecer rudo, uno de esos tipos a los que el alcohol no les afecta. La realidad es que Tyler casi nunca bebía, y con la casi media botella que se había bebido de una vez, su cerebro ya estaba comenzando a sentir los efectos.
-¿Me das un poco más de champaña?-
-Si, toma- el castaño le tiende la botella al mayor y este lo mira.
-dicen que cuando tomas del mismo lugar en donde bebió otra persona, podes conocer todos sus secretos-
-¿Y vos creés en eso?-
-probando no perdemos nada- el mayor comienza a beber del pico de la botella y Tyler comienza a reír. Josh deja de beber y lanza un pequeño erupto. El castaño ríe.
-Y bien señor Dun, ¿cuáles son mis secretos?- exclama Tyler lanzandole una provocadora mirada al mayor.
-su mayor secreto, señor Joseph, es que... yo le gustó a usted- Josh sonríe arrogante al ver la expresión de sorpresa y pánico del menor, sus orbes color chocolate, abiertos como platos, sus mejillas teñidas de un precioso color bordó y sus carnosos y mojados labios abiertos ligeramente. El rostro del castaño era una obra de arte tallada por la mismísima Afrodita.



Casi todo los soldados estaban disputando un partido de fútbol. Alemania versus Inglaterra. Caídas, risas y uno que otro grito de gol se oía.
Nadie imaginaria que hace tan sólo unos días, esos hombres, que ahora beben y ríen como si se conocieran de toda la vida, estaban tratando de matarse entre si, como bestias salvajes poseiadas por la más pura de las coleras.

Alejados de todos, en la trinchera alemana, sentados en el suelo, se encontraban dos destellantes almas, riendo y bebiendo juntos.

-Y entonces Dallon le pegó a Brendon en la nuca por boludo, mientras yo estaba cambiando las cartas para ganar Jajajajaja!-
-que tramposo resultante ser Josh- decía el castaño conteniendo la risa.
-En la guerra es ganar o ganar- exclama con un gesto de obviedad en su rostro.
-si, pero no hacerle trampa a tus amigos jajaja- 
La risa de Tyler era como cantos celestiales, desconocidas y hermosas melodías que sonarian en las puertas del paraíso. Así lo sentía Josh, Tyler era un ángel repleto de luz y esperanza en medio de la absoluta putrefacción y desgracia.

-Tyler- exclama el mayor para llamar la atención del castaño, que claramente estaba afectado por el alcohol. 
-¿que pasa?- contesta el castaño con lentas palabras, como esforzándose para hablar.
-Sos hermoso- decía Josh con un notorio brillo en los ojos al ver al castaño.
-Vos también Josh, sos hermoso- con la botella en la mano, tambaleando un poco, Tyler miraba a Josh con lujuriosos ojos. El alcohol estaba sacando a flote sus verdaderos sentimientos.
-¿Sabes que esto es una locura, no?-
-Esta guerra es una locura...

El castaño se acerca a Josh, acortando la distancia entre sus bocas, sus respiraciones se mezclan en un pequeño y mágico remolino de emociones confusas. Azul, negro, rojo, bordó, rosa y dorado. Luces desbanecientes brillan en medio de la oscuridad de sus destruidas y nostalgicas almas. Almas que buscan unirse para poder brillar en medio del frío y la tristeza.

Sus labios se unen, causando estragos en sus organismos. Lentos y miedosos movimientos, coreados por dramáticos violines y pianos  destrozados.
El beso se intensifica, sus lenguas comienzan la más hermosa de las danzas. Dulces y embriagadores sabores se mezclan en sus bocas, creando el más puro elixir, uno digno de ser bebido por el mismísimo Zeus. Tal vez, su elixir de amor, hasta sería letal para el más poderoso de los dioses griegos.

La falta de aire de hace presente en sus pulmones. Sus bocas se separan sólo unos centímetros.

-Tyler esto es una locura!

-shh, no pienso morirme sin hacer esto con vos...

Y el castaño volvió a unir sus labios y se colocó sentado, con sus piernas a cada lado de las caderas del mayor, encima de su pelvis.

El calor se incrementa con sus cuerpos juntos, tanto que podrían jurar que derritirian la nieve, como si fueran una cálida y reconfortante fogata.
Sus corazones acelerados, sangre corriendo rápidamente por sus venas, los poros de sus cuerpos expulsaban vapores de tonos rojos y bordó, pero también pequeños y mágicos desteyos dorados.
Su cálida mano acariciando la nuca del mayor con parsimonia.
Las grandes manos de Josh se posisionaron en la cintura del castaño, bajando lentamente hasta sus caderas y juntando aún más sus cuerpos.
Sus pulmones piden un respiro de nuevo. Entre respiraciones agitadas y latidos acelerados Josh comienza a besar el cuello del castaño, dejando dulces rastros de colores rosado y plateados, creando caminos inconclusos y sin salidas.
Sus manos dirigiéndose hacia su trasero, apretandolo. El éxtasis en el cuerpo del castaño provocaba que mordiera sus rojos e hinchados labios para contener los gemidos que luchaban por escapar de su boca.
Necesitaban sentir sus pieles fundirse en una sola, sentir sus almas como si fuesen una. Deseaban que sus prendas se incineraran en el fuego de su pasión, que sus cuerpos sean libres para unirse en uno.
El ligero vaivén que realizaba el castaño con su trasero sobre el mayor, estaba destrozando sus esquemas, volviendolo insano. Josh necesitaba más de su nueva droga, necesitaba más de Tyler.

-Ty-Tyler- su respiración agitada apenas le permitía hablar- tenemos que ir a un lugar más...privado-
Una excusa perfecta para poder arrancarle todas las prendas al castaño, en un lugar en donde no pasara frío.

-Podemos ir a la enfermería, está vacía-
El mayor asiente y con todo el esfuerzo del mundo, Tyler separa su cuerpo de el de Josh y se levanta, ayuda a levantarse al mayor y emprenden camino a la enfermería.









Les pido mil disculpas pero voy a tener que hacer esto en 2 partes.
Llevo más de una semana sin actualizar y se me complica mucho escribir este smut.
Pero prometo subir pronto la próxima  parte.

Lxs amo por apoyarme en esto 💙💙💙

~Truce~Onde as histórias ganham vida. Descobre agora