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La noche buena había llegado y un aire de euforia con una pizca de felicidad se respiraba.
El alcohol abundaba e incluso habían conseguido pequeños árboles de Navidad que decoraron con brillantes envolturas de chocolates y cigarrillos.
Aún había destellos de esperanza en sus vacíos cuerpos.
Sus ojos chocolate brillaban como luces de Navidad al ver como sus compañeros decoraban esos árboles.

Una sonrisa semi-amarga se forma en su rostro.

Estaba feliz por ver que sus compañeros, aún en medio de esta tragedia, no habían perdido la esperanza y el espíritu navideño. Pero también estaba triste por pasar la Navidad lejos de sus seres queridos, aunque hace años ya las navidades no eran lo mismo sin su padre, él extrañaba a su familia. Lo último que supo fue que su madre se recuperó de la tuberculosis que la había llevado al borde de la muerte. Él lo daría todo por ver a su madre ya recuperada.... pero no lo hará jamás.

-¿hey Tyler, no quieres decorar un árbol?- le pregunta Gerard mientras sostiene un pequeño árbol entre sus manos y camina lentamente hacia el castaño.
-Si, pero no tengo con que-
-sólo ponele papeles de cigarrillos brillantes y una que otra botellita de whisky, yo hice eso con el mío.- Dice mientras señala su árbol.
-ah bueno, voy a ver que tengo.- contesta mientras toma el pequeño árbol entre sus frías y sucias manos.

Sus yemas sieniendo la textura de ese joven y aún verde árbol lo transportan a su infancia. Inhala, cierra los ojos y se deja llevar
Su padre trayendo un pino recién talado, su madre haciendo galletas, Maddy bebiendo chocolate caliente, Zack dibujando angeles para colocar en el árbol.
Los recuerdos son tan fuertes que juraría que podía sentir el aroma de las galletas de su madre. Sonríe dejándose inundar por los recuerdos de momentos felices que jamás volverán.
Todo era felicidad y tonos pasteles en su infancia. Ahora todo es negro y putrefacto.

Abre los ojos y ve como sus compañeros ríen con, felicidad? Se podría llamar así? O sólo era el efecto del alcohol?
Él no quería saberlo, sólo por está vez quería creer en el cuento de hadas, engañar al demonio de la tristeza que lo asechaba.
"Sonrie que hoy va a ser un buen día"








Ardiente y desgraciado vodka desciende por su garganta, quemando sus desgracias por un instante.
Su cuerpo está inundado de alcohol y tristeza.

Esta era la primera Navidad que pasaría sólo. Siempre estuvo Jordan con él y ahora está sólo.
Siempre tuvo miedo a la soledad, y ahora su peor pesadilla se había vuelto realidad.
No importaba si estaba rodeado de millones de personas, él se sentía sólo, a la deriva, él no se sentía vivo.

Sonrisas falsas y vacías manchadas de alcohol y desgracia, con aroma a cigarrillos y putrefacción. Eso era Josh Dun, una alma en pena que todavía no encontró la forma de escapar de su cuerpo.

Un trago tras otro, el alcohol comienza a hacer estragos en su organismo, al borde de la inconsistencia.
Todo se ve obscuro y borroso.
Junta fuerzas y trata de ponerse de pie, sus gruesas y destruidas piernas tiemblan como ojas de un árbol en otoño azotado por el viento. No tiene fuerzas ni el suficiente equilibro para ponerse de pie. Sus piernas seden y cael al suelo, de la misma manera que sus lágrimas descienden al los abismos de las tristezas.
Su mirada perdida en el infinito, saladas gotas brotando de sus cuencas, respiraciones pesadas y tortuosas.

Josh está destruido.

-eyy estas bien Josh?- pregunta Brendon cuando se da cuenta del Estado de su amigo.
Él permanece en el mismo estado, como si no escuchará a Brendon. Y de hecho así era, su mente estaba muy lejos de su cuerpo, en otro plano existencial tal vez. Sólo escuchaba la voz del pelinegro alejada y distorcinada, inentendible. El alcohol lo había afectado demasiado.

-eyy Josh no me escuchas!?- el pelinegro se acerca con pasos rápidos al mayor, se agacha y toca su hombro.
-Estas bien?-
Josh lo mira con ojos perdidos, no entiende lo que dice, sólo escucha su voz distorcinada, como si estuviera bajo el agua y Brendon le hablará desde la superficie.
-Q-que?- trata de formular alguna palabra entendible, no lo logra demasiado.
-ven Josh, tenes que mojarte la cara para que se te pase la borrachera- dice el pelinegro y ayuda a levantarse a Josh. Toma su brazo y lo pone alrededor de su cuello para ayudarlo a caminar. Lo lleva fuera de la trinchera.

-eh que haces Brendon!? Nos van a cagar a tiros!- dice soltando el agarre del pelinegro y luchando por mantenerse en pie.
-Josh, no lo recuerdas?-
-Re-recordar que?-
-estamos en tregua-
-en-encerio? Abre sus ojos impresionado, trata de recordar lo que pasó días antes, pero su mente está muy confusa, apenas recuerda su nombre.
-ay Josh, veni- Brendon lo toma de nuevo del brazo y lo ayuda a caminar. Llegan a una fuente de agua, las mismas que usan para darles de beber a los caballos de los comandantes.
-mojarte la cara ahí, a ver si se te pasa un poco el pedo que tenes- dice indignado por el estado deplorable de Josh.
Apenas lo suela Josh se tambalea y casi cae dentro de la fuente, pero Brendon lo toma del brazo justo a tiempo e impide que caiga.
-Deja que te mojo yo mejor, a ver si te ahogas en 20cm de agua- exclama con un tono ligeramente sarcástico y toma una vieja taza de metal que se encontraba dentro de la helada agua. Vierte el contenido en la nuca y cabeza del mayor.
-es-está muy fría- balbucea con voz temblante por el frío.
-y que querés si estamos en pleno invierno?-
Josh se incorpora, aún un poco mareado y con frío, pero ya más consciente. Se seca la cara con su propia jacketa.
-Estas mejor?- pregunta Brendon
-Eso creo, pero estoy cagado de frio- exclama tiritando de frío.
-jajajaja, veni vamos a la trinchera que están preparando té para pasar noche buena.-
-da-dale vamos- contesta aún temblando por el frío.

Nadie se imaginaria lo que iba a pasar en esa mágica noche buena.

Se viene lo bueno ☻

Este limón lxs ama ❤

~Truce~Where stories live. Discover now