Una vez que llegó a aquella inmensa casa de dos plantas, le pagó al taxista, y luego se bajó del auto.
Caminó hacia la escalinata, le abrieron la puerta apenas tocó el timbre, y alguien que no conocía en lo absoluto la invitó al interior de la casa. Llegó sola a la sala donde se estaba llevando a cabo la fiesta de gala del compromiso de su jefe. Y lo peor de todo, era que odiaba ser vista por la mayoría. Pero el color de la falda de su vestido, llamó la atención de uno, luego de un par más, y así sucesivamente, hasta llegar al entorno de su jefe también.
—¿Quién es? —preguntó Begoña.
—No lo sé, no distingo desde aquí, Begoña —le dijo Caden.
—Creo que ha llegado, Venus —le respondió la madre de Caden.
—¿Venus? ¿Quién es Venus? Suena a nombre de estrella porno —acotó su prometida y tanto ella como su fina madre se rieron entre dientes.
—Mi secretaria personal, así se llama, Venus Avner —le dijo su prometido.
—¿Has invitado a tu secretaria a nuestro compromiso? —le preguntó ardida.
—Así es, mis empleados están aquí también, era de poco caballero el no invitarla a ella.
—Sabes perfectamente que tu secretaria no me gusta para nada.
—Lo siento por ti, Begoña.
—Encima, tiene el vestido que tanto estaba queriendo que me compraras Caden, es un Oscar de La Renta el que lleva puesto, y uno muy original por lo que se ve a simple vista, ¿cómo carajo lo consiguió ella y yo no?
—Ni se te ocurra joderme la noche, porque te pongo en tu lugar enseguida, ¿por qué no se lo preguntas a ella dónde lo consiguió y a mí me dejas de joder con pedirme siempre que te compre un vestido, o joya o cualquier estúpida cosa que se te antoja?
—Iré a buscarla —dijo la mamá de Caden.
—Ni se te ocurra Jules —le dijo la madre de Begoña.
—Ve a buscarla, mamá.
—Obviamente que sí la iré a buscar, Caden —le terminó de decir su madre y caminó hacia la joven.
—Buenas noches, señora Wayland.
—Buenas noches para ti también, Venus, ven conmigo.
—De acuerdo, ¿cómo está, usted?
—Muy bien, ¿y tú, querida?
—Muy bien también.
—Le queda pintado el vestido a esa estúpida —dijo entre dientes Begoña y Caden la escuchó.
—¿Qué te pasa, Wayland, se te ha secado la boca o qué? —le preguntó por lo bajo y sarcásticamente, Hutson, dándole un codazo disimulado, para que su prometida y ni muchísimo menos su madre las escuchara—, después de todas las veces que la vi en el estudio tan recatada, le sienta muy bien un vestido como ese, ¿verdad, socio?
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La Secretaria ©
ChickLit#FinalistaPremiosWatty 2014 De chica de los encargos, paso a ser su secretaria personal. Venus Avner era la más joven de aquel estudio de arquitectura, y la más atenta a los pedidos de su jefe también, tanto, que terminó demasiado prendada de él. ¿Q...