Capítulo 04

174K 8.5K 2.8K
                                    

Las rosas inglesas eran un encanto, pero la invitación a su compromiso era desagradable por decirlo así

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Las rosas inglesas eran un encanto, pero la invitación a su compromiso era desagradable por decirlo así. Venus, no quería ir en lo absoluto, no encajaba para nada en esa fiesta de gala, ni siquiera como ornamento.

Golpeó a la puerta del despacho de su jefe, y la hizo pasar. Ella entró y le habló.

—Buen día, señor.

—Buen día, Venus.

—Le agradezco mucho la recompensa que he obtenido de usted, pero no tenía porqué.

—¿Te ha gustado?

—Sí, gracias, son muy bonitas.

—¿Vendrás el sábado a la noche?

—No lo sé todavía, señor Wayland.

—¿Por qué no vienes? Te divertirás, y puede que conozcas a alguien interesante.

—Con respecto a eso, ¿por qué está tan interesado en mi vida privada? Sinceramente, no necesito que se interese en mi vida amorosa, yo no me meto en la suya y usted no se tendría porqué meter en la mía tampoco.

—No quiero que te molestes conmigo, es porque me gustaría que tengas más vida social, y quiero que conozcas a un hombre para que por lo menos salgas con él y la pases bien.

—Gracias, pero no es de su incumbencia, señor Wayland.

—De nada, considere mi opinión, por favor.

—Sí, seguro, señor —le respondió sarcástica—, ¿necesita algo?

—No, nada, puedes retirarte.

—De acuerdo, cualquier cosa, me avisa lo que necesite.

—Sí, Venus.

Aquel día, luego del día laboral, se llevó consigo el florero con las rosas inglesas, y el sobre verde esmeralda también. Se fue en taxi hasta su casa. Y cuando llegó, su madre vio lo que llevaba en las manos.

—Vaya, ¿y ese bonito ramo de flores?

—El señor Wayland me lo ha regalado.

—¿Y eso, por qué?

—Por haberlo acompañado ayer al viaje, y por haber hecho horas extras que no me correspondían.

—Creo que tu jefe te ha tenido en cuenta.

—Eso creo, mamá, ¿tú, cómo estás?

—Muy bien, querida.

—¿Papá no ha llegado todavía?

—No, telefoneó hace un rato atrás para decirme que llegaba más tarde de lo habitual.

—De acuerdo.

—¿Y ese sobre verde esmeralda?

—Es una nota de disculpas, mi jefe me lo entregó, y dentro está también la invitación a su fiesta de compromiso con la señorita Booth.

La Secretaria ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora