• Hello I'm Eighteen • [SeokChan - DK X Dino]

🚗 • 5 • 🗺

    -Probablemente te hubiera preguntado cosas para empezar a romper el hielo, pero soy bastante cerrado como para hacer eso. Me hubiera llevado bastante tiempo.

    El paisaje a la derecha captaba la atención de Dino. No quería mirar a la persona tras el volante, porque terminaría por abusar de su confianza. Se mordía la uña del pulgar con el codo apoyado en el borde de la ventana, y se enterneció ante la confesión del mayor.

    -Mi turno - agrega - ¿Por qué vas a comprar un yogur todas las madrugadas?

    -Al principio era una especie de hack para minimizar la resaca. Solía salir todas las noches, ahora solamente dos veces por semana. Paso todas las noches porque... porque ahora se me hizo rutina. Tengo insomnio y desayuno demasiado temprano para ir al colegio. O supongo que simplemente me paso por ahí porque me apetece un yogur de madrugada. La gente tiene gustos extraños.

    -Pero vos no te parecés a «la gente».

    -Bueno, si, pero ya sabés - soltó una risa nerviosa - es algo humano tener gustos extraños, la gente común suele tener los mismos entre sí.

    Se cumplieron los cuatrocientos metros, SeokMin giró a la izquierda.

    «A quinientos metros, gire a la derecha»

    -Tu turno - señala el mayor.

    -Bien - pensó un segundo, se dio vuelta a ver a su hyung - ¿Saldrías con un hombre?

    -Con un hombre como Minghao, sí.

    Le estaba tomando el gusto a poner así a Dino. Sentía una extraña satisfacción al hacerle enojar y ver que era imposible que se las tome con él. Era apenas el segundo día, pero ya era consciente de la debilidad del menor.

    El pelinegro estaba hecho una furia. Le pegó en el hombro y exclamó un «¡ya!» cuando SeokMin se rió. Muy dentro de su alma, donde los patos hacen eco, le dolió de verdad.

    -Está bien, es mi turno - dijo el mayor cuando terminó de carcajear - ¿Compraste las cervezas para empezar a hablar conmigo?

    Chan se puso tenso y agarró con fuerza la parte blanda del asiento. Pensó brevemente en una respuesta rápida.

     -No. Las compré porque el amigo que siempre me las compra se quedó en ese club y de igual forma siempre lo compra a un horario decente. Ayer de verdad necesitaba tomar algo de alcohol en lugar de un yogur.

    La explicación no era mentira, pero la negación del principio sí. Hace semanas que Dino no paraba de pensar en una excusa para hablar con el cajero. La cerveza no estaba en su plan, pero cuando empezaron a discutir por su venta el menor vio la oportunidad. Ya que el castaño hizo una pregunta tan incómoda, Dino decidió devolverle el favor.

    -Me toca. ¿Qué anotás en tu cuaderno?

    El auto no se detuvo abrupto ni los nervios le fallaron al conductor, de modo que la aceleración de su corazón era un poco más fácil de disimular. Sin embargo, palideció bastante al escuchar esa pregunta. Pensó en una excusa fugaz.

    -Mi jefe me dijo que anotara todas las ventas.

    -¿No soy tu único cliente?

    -Igual.

    -¿El escáner no anota las ventas?

    -Acabás de perder dos turnos, loquito.

    Chan se dio cuenta de sus preguntas y suspiró esbozando una sonrisa.