Nada más llegar al aeropuerto, Marcos ya estaba esperándola como siempre sonriendo, nada más estrecharla contra su pecho, éste pudo ver el rostro tan blanquecido de Eloísa comenzando a preocuparse.

—No te preocupes Marcos, habrá sido por el viaje. —Clavó sus ojos quitándole importancia al asunto. Aun así no podía excusarse, Marcos la sujetó por su cintura y con delicadeza la llevó hasta su coche para a continuación llevarla al hospital para que le hicieran unas pruebas.

—Marcos cariño, ¿no crees que te estás preocupando demasiado? No tengo nada, solo es por el viaje.

—Me preocupo por ti amor, y tú estado me confirma que algo malo te pasa. Además no tiene nada de malo hacerse unas pruebas.—Sonrió él colocándose junto a ella mientras esperaban que algún doctor pasara para comunicarles el diagnostico.

Un par de horas después, Eloísa comenzaba a sentirse mejor debido a los medicamentos que le habían administrado. Tras las pruebas realizadas un doctor habló con Marcos primero explicándole lo que sucedía.

—Señor Zisis, debo comunicarle que la paciente se encuentra embarazada, aun así presenta un sangrado asociado a la caída de la presión arterial. Por lo cual debemos dejarla en observación esta noche y recomendarle que durante su embarazo esté contralada, la presión en una mujer embarazada es muy importante que esté bien puesto que puede dañar al feto.

En ese momento Marcos escuchó con atención todas y cada una de las recomendaciones del doctor. Por un lado estaba feliz de que poder ser padre, pero por otro estaba demasiado asustado por si algo le pudiese ocurrir a Eloísa.

Inmediatamente pasó a la habitación junto al doctor. Éste comenzando a hablar con Eloísa le comunicó que estaba embarazada recomendándole que debía de cuidarse.

Cuando el doctor se marchó, Marcos alegre con la noticia, estrechó a Eloísa entre su pecho dándole un beso en sus labios. Felices por la noticia, Eloísa llamó a sus hermanas y padre para darles la noticia. Al otro lado, todos estaban contentos por la noticia incluso bromeaban porque Mariola y Eloísa estuvieran embarazadas.

En el hospital, Alena y Elián daban la enhorabuena a los padres, incluso Elián le dio un libro de manual de papás a su primo.

Tres días después Eloísa le dieron el alta. Una vez que llegaron a su casa Marcos tenía todo preparado para su recibimiento, había hecho la compra y había preparado la comida. Entusiasmada, Eloísa no sabía cómo agradecerle el detalle que había tenido con ella.

—Marcos, no tenías por qué molestarte. Todo esto es demasiado.

—No seas modesta mi amor, lo hecho con mucho cariño, solo quiero que descanses y no te preocupes yo cuidaré de ti para que nuestro bebé nazca fuerte y sano.

—Eres un encanto Marcos, ¿Por qué no te he conocido antes?

—Esa misma pregunta me la hago yo. Te quiero Eloísa, y no sabría exactamente como explicar lo feliz que me haces.

Sus ojos esmeraldas se quedaron fijos en los ojos azules de ella, sus miradas se perdían en los recuerdos clavándose en sus corazones, de pronto sus labios se fundieron en un jugoso beso comenzando arder el deseo. Los minutos se consumían deseosos de estar desnudos con sus cuerpos bailando al compás de lo que sienten uno por el otro.

En las siguientes semanas de embarazo, Eloísa no dejaba de vomitar, los mareos no se iban, y su cuerpo comenzaba a sentirse agotado y lentamente perdía peso. Preocupado Marcos llevó a Eloísa al hospital, siguiendo las instrucciones de los médicos que habían estado vigilando el embarazo de ella.

En la habitación, con la poca luz que había, Marcos contemplaba a Eloísa que permanecía dormida pensando en todo lo que habían vivido y sobre todo lo mucho que la quiere. Todos sus sentimientos estaban destinados a ella, tan sólo ella podía poner en marcha su corazón. Al verla así, una pequeña lágrima se deslizó por sus mejillas pensando en lo que podría ocurrirle  a ella y a su bebé. Cerró por un instante sus ojos intentando calmarse, necesitaba ser fuerte y poder seguir dándole la mano para continuar juntos por el camino que ya habían comenzado a construir.

CONCÉDEME EL DESEODonde viven las historias. Descúbrelo ahora