Stephane me mira con atención y logro ver la comprensión en sus ojos, me consuela con un abrazo al cual correspondo con gusto y necesidad.

¿Por qué todo tiene que ser tan difícil?

—Es difícil pensar que somos diferentes a los demás a grandes rasgos... que no somos humanos —susurro, fundiéndome en sus brazos.

—Mi princesa —me susurra al oído. —Nada debe cambiar si no lo quieres, yo puedo vivir en este mundo solo para hacerte feliz y estar a tu lado, no necesito nada más.

Gimo con dolor ante sus palabras porque no es todo tan simple.

—Pero de Alfheim me esperan. —me separo de el y lo miro a los ojos. —Hay algo en mi que me incita a ir junto a ellos y protegerlos, pero no se que hacer.

—No quiero perderte, no otra vez —susurra y siento su aliento sobre mis labios.

— No me perderás —le aseguro y beso dulcemente sus labios.

La campana suena justo en ese momento, dando comienzo a las clases.

**

— ¡Michelle! —escuche que alguien grita tras mio, volteo hacia la voz y encuentro a Anthony acercándose a mi.

— ¿Qué ocurre Anthony? —le pregunto.

Ya era la hora de salida e iba junto a Emma a mi casa hasta que Anthony llego.

Lo mire esperando su respuesta, en cambio Emma lo miraba con odio.

Ellos dos nunca llegaron a amistarse.

—No te olvides que hoy tenemos una salida pendiente —me avisa.

Frunzo el seño y pienso en que esta hablando, y no lo recuerdo.

—No me digas que lo olvidaste —suena decepcionado.

Hago memoria y logro recordarlo, debía ir con el a Alfheim para el alfablot o lo que sea que eso es.

—Ya lo recuerdo ¿pero debe ser hoy?

—Si, solo hoy —responde con seriedad.

— ¿Dónde llevaras a mi amiga imbécil? —le pregunta Emma interrumpiendo nuestra conversación.

—Donde no te importa retardada —le responde Anthony y yo pongo los ojos en blanco.

— ¿Pueden llevarse bien al menos en mi presencia? —pregunte un poco irritada.

—No. —respondieron los dos en unísono.

—Anthony te llamo luego ¿está bien? —le suplico con la mirada.

El simplemente asiente con la cabeza, se despide con un gesto y vuelve a su motocicleta.

Entro a mi coche y vuelvo mi mirada a Emma.

— ¿Dónde iras hoy Michelle? —pregunta una Emma enfadada.

Muerdo mi labio inferior y me debato internamente en decírselo a no, arranco el coche sin responder a su pregunta.

La miro de reojo y se que esta aun mas enfadada; tiene los brazos cruzados y no me dirige la palabra; seguirá así hasta que decida contarle lo que ocurre.

Emma sin dudas es mi mejor amiga desde siempre, la única que siempre se mantuvo a mi lado ¿seria buena idea contarle?

Aunque la pregunta principal seria ¿creerá en mí?

Lo último que deseo es que ella se aleje de mí al pensarme loca.

Pero tampoco quiero que se distancie de mí por mis secretos.

Alma Guerrera EN REVISIÓN Y EDICIÓNWhere stories live. Discover now