Capítulo 6

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Ahora nada sera igual, nada.

Repito en mi mente una y otra vez recordando lo que ha ocurrido ésta tarde con Stephane. Me arden las mejillas al recordarlo, tengo ganas de que me tragara la tierra, pero debo admitir que sus palabras habían hecho palpitar mi corazón como nunca antes.

El deseaba besarme, y yo no sé que hacer.

Tomo un sorbo de mi humeante té e intento relajarme y realizar mis tareas correctamente, pero es imposible. Quizás es solo una escusa para recordarlo a cada minuto, el cual perduraba.

Al terminar mí té y mis tareas, tome un reconfortante baño y caí rendida en mi cama.

...
En toda la noche soñé con el roce de sus labios con los míos, dulces y suaves.
Aparco en el lugar de siempre, bajo del auto y camino a la entrada. Aspiro una bocanada de aire y lo expulso de golpe, me siento casi lista para enfrentarlo.

Camino hacía mi casillero y como lo había predicho, ahí está él. Como todos los días.
Lo miro y me siento derretir, nuevamente mis mejillas arden.

Llego hasta él, Stephane me mira y sonríe de lado, cosa que hizo que ardiera más en vergüenza.

-Hola. -saludo con los ojos puestos en mis pies.

-Hola -responde de la misma manera, mientras me da espacio para abrir mi casillero y sacar los libros de las primeras horas correspondientes.

Al terminar lo miro, en comparación a mí, el actuaba como normalmente lo haría.

Una parte de mí se siente molesto por su actitud. ¿Tendrá amnesia o qué?

Niego con la cabeza para eliminar todo tipo de pensamiento sobre el tema, el actuaba normal, y si el podía yo también.

-¿Cómo está tu tobillo?

-Bien, gracias.

Desde ahora será un tema olvidado, como el día del trabajo en mi casa.

Mierda, lo que hago es recordar más.

-Oye, ¿te ocurre algo? -Stephane me mira con el ceño fruncido.

Su voz me saca de mi confrontación mental, lo miro y sacudo la cabeza.

-N-Nada ¿por que? -pregunto haciéndome la desentendida.

-Bueno, es que pones unas muecas. Además que hace como cinco minutos estás parada en el mismo lugar.

Me golpeo la cabeza mentalmente, ¿mas obvia podía ser?

-Oh, bueno -miro mis uñas encontrando de repente interés en ellas- Ando un poco estresada, solo es eso.

Stephane me mira, por su expresión, no muy convencido con mí respuesta pero se limita a asentir, luego de eso caminamos al aula de Música, la primera clase.

...
Las primeras clases fueron largas y monótonas, intente no hacer tanto contacto visual con mi compañero y lo había conseguido.

Ahora me encuentro en una fila de estudiantes hambrientos. Al llegar mi turno cojo una bandeja y elijo mi almuerzo, una hamburguesa con una soda, todo un almuerzo nutritivo.

Me siento junto a Emma que conversa con Stephane de algo, me limito a comer mientras los veo hablar entre ellos, de vez en cuando opino en algo, no mantener tanto contacto visual sigue en pie.

-Entonces hoy iremos al cine ¿estas de acuerdo Michelle?

Los miro por un momento, estaba aburrida y el cine sería bueno; pero declino esa idea al imaginarme a oscuras con Stephane.

Alma Guerrera EN REVISIÓN Y EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora