10.

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Día 18.

Desperté tarde ese día, así que tuve que apresurarme para llegar a tiempo a la sesión de fotos de una marca de ropa con la que trabajaba. A pesar de los preparativos de la boda, no podía dejar de trabajar. No importaba cuán cansada estuviese, me gustaba mi trabajo, me gustaba lo que hacía.

Subí al taxi que había pedido para que me lleve al estudio de fotografía y cuando estuve dentro, comencé a revisar mis mensajes. Tenía varios de Lina y de los chicos de GOT7. Pero ¿acaso había uno de Andrew? No. No habíamos hablado en varios días, de hecho, cada vez que se iba de viaje, nuestra comunicación se cortaba. Al principio, me molestaba que no mostrase el suficiente interés para hablarme. Pero luego me di cuenta que estaba siendo hipócrita, que me estaba enojando cuando nunca sentí el vacío, nunca sentí que algo me faltara porque Yugyeom y Jinyoung estaban allí conmigo.

- Elizabeth-ssi. - me llamó una de las jóvenes que trabajaban en el estudio fotográfico y me volví a ella al instante. La tarde ya había caído, estaba cansada y hambrienta, pero aún así le sonreí. - Le busca alguien. - añadió al señalar la puerta y a un joven de cabello color plata con las manos en los bolsillos y la mirada fija en el suelo.

Yugyeom.

Mi corazón comenzó a latir con fuerza y recordé al instante la conversación con Lina. La forma en la que le había contestado, la forma en la que le había dicho que Yugyeom era lo más importante en mi vida, me había dejado pensando.

Tal vez el amor que sentía por Yugyeom no era uno de amigos.

Me acerqué a mi mejor amigo con las manos temblando. Me sentía extraña, me sentía diferente a tantas otras veces en las que habíamos estado juntos, pero no tenía miedo. Con Yugyeom jamás podía sentir miedo, él solo me transmitía seguridad.

- Annyeong. - saludó mi mejor amigo cuando llegue a su lado. - ¿Cómo estás, Bettie?

- Bien, Gyeomie. - repliqué. - Que sorpresa encontrarte aquí.

- Tenia que hablar contigo y no podía esperar más. - mi corazón pareció detenerse por un segundo cuando dijo eso y, de pronto, me sentí como una adolescente. Yugyeom lo notó, claro que lo notó, y me extendió una mano para que se la tomara. - Ven conmigo. Solo serán unos minutos. - me quedé viendo su mano frente a mi por unos segundos, intentando decidir si debí o no ir con él. Pero mi mente me recordó: esa persona frente a mi era mi mejor amigo, mi compañero, la persona más importante en mi vida. Y entonces, tomé su mano.

Yugyeom me llevó por los pasillos del estudio fotográfico hasta llegar al ascensor del edificio. Seleccionó el último botón, el de la terraza, y se volvió para dedicarme una sonrisa.

- Prométeme una cosa. - pidió cuando estuvimos a un piso de llegar a la terraza. Yo asentí. - No vas a decir nada hasta que termine de decir todo lo que tengo en mente.

Y antes de que pudiese responder, las puertas del ascensor se abrieron. Yugyeom volvió a tomar mi mano y tiró de mi para que entrara a la terraza. Pero en cuanto vi mi alrededor, me quedé inmóvil.

La terraza lucía diferente. Las pequeñas luces que colgaban del techo le daban un ambiente acogedor y el aroma de las flores que habían sido esparcidas por el lugar, me recordaban a aquella vez que habíamos ido a acampar.

Me volví hacia Yugyeom con los ojos abiertos de par en par, completamente sorprendida, y él sonrió. Intenté recordar alguna fecha importante por la cual él haría algo así por mi, pero nada venía a mi mente.

- ¿Gyeomie, qué es...? - él colocó un dedo sobre mis labios, provocando una descarga de electricidad en mi piel.

- Necesito decirte algo. - dijo al tomar mis dos manos y jalarme más cerca de él. Tuve que levantar un poco la cabeza para poder verlo a los ojos y a él pareció agradarle aquello porque sus ojos se iluminaron. O tal vez era solo por la cercanía que teníamos ese momento, por los pocos centímetros que separaban nuestros rostros. - Bettie, desde el día que te conocí hasta ahora, no ha habido persona más importante en mi vida. Eres a quien recurro cuando necesito ayuda, cuando me siento triste y cuando me enojo, pero también cuando estoy feliz y cuando logro algo. - Yugyeom dejó ir mis manos para acariciar mis mejillas y por inercia, mis manos lo rodearon por la cintura. Él solía decirme cosas bonitas, solía halagarme, pero esa vez se sentía diferente, se sentía como si hubiese algo más detrás de sus palabras. - Eres la única persona que me ha acompañado desde antes de que toda esta locura de ser un idol comenzase y que se ha quedado conmigo por quien soy y no por lo que he hecho. Eres una mujer increíble, una amiga fenomenal, eres... eres mi todo. - continuó, mientras sus dedos recorrían mi piel y su frente se recargaba en la mía. - Bettie, perdóname por no haberme dado cuenta antes, por haber dejado que tanto tiempo pasara.

- ¿Perdonarte? Gyeomie, no tengo nada que...

- Bettie, te amo, te amo más de lo que creí posible, mas de lo que debería permitirse y es tanto ese amor que he luchado contra el. Creí que hacía lo correcto al dejar que estuvieses con Andrew, pero no es así, Bettie, no eres feliz y ambos sabemos por qué es.

- ¿Por qué? - pregunté con la voz temblorosa.

- Porque tu también me amas a mi.







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Diez capítulos para que se digan esto. ¿Que les ha parecido?

Gracias a todas las que me leen y apoyan desde ahora. En especial a las chicas que me han acompañado desde mi otra novela: Online. ¡Las amo!

Recuerden que también hay una novela más en la que aparecen los bebes de Got7, se llama Love Smells Like Coffee. Y aunque el protagonista es Seokjin Kim, los bebes de Got7 aparecen también. Denle una leída y cuéntenme que les parece.

Un abrazo a todas. Las leo en el siguiente capítulo.

¡No te cases! | Kim YugyeomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora